"Las primeras cazas de brujas ocurrieron durante el Imperio Romano". Entrevista al escritor Joel Santamaría
'Nocturnalia', la nueva novela de Joel Santamaría, nos transporta al siglo III d. C. para conocer mejor algunas de las causas de la decadencia del Imperio Romano y las creencias y supersticiones del momento: demonios, brujas, muertos resucitados y mucho más.
Joel Santamaría, filólogo hispánico y anglogermánico además de profesor de Lengua y Literatura Universal en secundaria, es un auténtico apasionado de la escritura. Acaba de publicar la novela histórica Nocturnalia (Espasa, 2021), que se suma a Dies irae, ambientada en la Edad Media. La primera de todas, la distópica Humanofobia, llegó a quedar finalista en el premio de ciencia ficción Isaac Asimov (2019).
Nocturnalia nos lleva directamente al siglo III d. C, a un Imperio Romano decadente e incapaz de afrontar todas las crisis que se le presentan. Tiene como telón de fondo dos escenarios principales, Tarraco y Palmira. En ellos, Santamaría nos muestra cómo el cristianismo, la magia negra y la fuerte crisis económica que experimenta el Imperio se revelan tan enemigos como los pueblos bárbaros que se le aproximan.
El elemento fantástico de Nocturnalia está basado en creencias supersticiosas auténticas del mundo romano
Pregunta: ¿Cuál es límite entre la realidad y la ficción en Nocturnalia?
Respuesta: La ambientación de la novela, a finales del siglo III d. C, está escrupulosamente documentada, no sólo por mí sino por distintos historiadores que la han supervisado. Por lo tanto, cuando el elemento fantástico irrumpe en medio de la narración, lo hace en un contexto históricamente realista; un elemento fantástico que recuerda a la novela gótica y a otros géneros como el de espada y brujería o el de fantasía heroica. Con todo, debo concretar que este elemento fantástico de Nocturnalia está basado en creencias supersticiosas auténticas del mundo romano.
P: ¿Y el límite entre la vida y la muerte?
R: Por aquel entonces, se creía que la línea que separaba la vida de la muerte era bastante difusa. Cualquier bruja o hechicero era capaz de resucitar, por ejemplo, a un muerto y utilizarlo para sus propios fines.
P: ¿Cuál era la situación del Imperio Romano en el siglo III d. C?
R: En esta época ocurrió la peor crisis económica y política del Imperio Romano, la que un siglo después causaría su hundimiento y el triunfo del cristianismo. Aún así, está muy poco tratada en la literatura o en el cine. Se dieron todos los ingredientes para que se formara una tormenta perfecta: un cambio climático que arruinó las cosechas (inviernos fríos y veranos con sequía), una pandemia, denominada la peste Cipriana, las primeras invasiones bárbaras, la desaparición y la ruina de la clase media y, sumado a todo esto, una fuerte inestabilidad política con cuarenta emperadores distintos en medio siglo.
P: El cristianismo cada vez tiene mayor calado entre la población romana durante ese período ¿Qué tensión existe entre esta “nueva” religión y los cultos tradicionales?
R: La época en que se desarrolla Nocturnalia se caracteriza por el progresivo abandono de la religión oficial, la de los dioses del Olimpo y la Tríada Capitolina. A nivel popular, esta religión se cambia por cultos orientales como el mitraísmo, el cristianismo o la adoración a Isis. A nivel oficial, se reemplaza el culto pagano por una especie de monoteísmo que se centra en el dios Sol-Helios, protector del emperador. De todas estas nuevas religiones, el cristianismo era el único que "chocaba" contra los cultos oficiales del Imperio y el que terminó imponiéndose.
Había unas brujas o unos hechiceros capaces de causar tempestades, de volar por los aires, de causar enfermedades y de resucitar a muertos o invocar a espíritus
P: ¿Se practicaba la magia negra en el Imperio? ¿De qué manera se manifestaba?
R: La magia negra en esa época era prácticamente igual a la que persiguió la Inquisición en la Edad Media o en los siglos XVI o XVII. Había unas brujas o unos hechiceros capaces de causar tempestades, de volar por los aires tras untarse de cuerpo entero con un ungüento, de causar enfermedades clavando agujas a una figurilla y de resucitar a muertos o invocar a espíritus. Además, se alimentaban de carnes de cadáveres putrefactos o les chupaban la sangre a los niños. La única manera segura de matarlos, tanto en una época como en la otra, era quemándolos públicamente en una hoguera. De hecho, las primeras cazas de brujas ocurrieron durante el Imperio Romano.
La principal diferencia entre las brujas medievales y las de la Antigüedad estriba en que, mientras las primeras invocaban a Satanás y a otros demonios, las segundas solicitaban la ayuda de la Triada Infernal, formada por los dioses del Averno: Plutón, Proserpina y sobre todo Hécate, la diosa de las encrucijadas y de las almas errantes.
P: Palmira, en la actual Siria, es uno de los escenarios principales del libro ¿Por qué se rebeló esta ciudad contra los romanos?
R: Palmira era en la época la capital del Reino Nabateo. Su reina Zenobia proclamó la independencia cansada de los abusivos impuestos y de la poca protección que brindaban las legiones frente a los ataques partos. El emperador Aureliano, que logró vencerla tras duros años de campaña, se quejó a los historiadores de que su peor enemigo hubiese sido precisamente “una mujer”. Al parecer, lo encontraba humillante.
Los lectores encontrarán abundante información sobre temas esotéricos muy desconocidos como el culto a las divinidades infernales o la resurrección de los muertos
P: En definitiva, ¿qué pueden encontrar los lectores de Espacio Misterio en tu nuevo libro?
R: En Nocturnalia, los lectores van a encontrar en primer lugar una narración entretenida y emocionante, y en segundo, abundante información sobre temas esotéricos poco o nada tratados en las típicas novelas “de romanos”; como el culto a las divinidades infernales de la época, la brujería, la magia negra o las resurrecciones de muertos. Y además, hay referencias indirectas a visitas anteriores a nuestro mundo por parte de alienígenas reptilianos.
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