Zombis en la antigua Grecia
El miedo a los no muertos estuvo muy presente en la antigua Grecia. Existen diferentes relatos al respecto.
De un tiempo a esta parte, los zombis han resucitado –nunca mejor dicho– en la cultura popular. Aunque en nuestros días su función se reduzca más bien al ámbito del entretenimiento, la creencia en los muertos vivientes ya existía en la antigua Grecia, donde infundía bastante respeto. Así lo demuestra el descubrimiento que un equipo de arqueólogos publicó en la revista Popular Archeology Magazine. En él, los investigadores exponían un curioso hallazgo realizado en el cementerio de Kamarina, una antigua ciudad griega situada en la actual Sicilia. De entre los 2.095 cuerpos desenterrados –todos ellos acompañados de sus respectivos ajuares funerarios–, hubo dos que llamaron poderosamente la atención de los expertos, ya que se encontraban sepultados bajo grandes piedras y con restos de vasijas sobre sus pies y cabeza con la aparente intención de inmovilizarlos e impedir así que salieran de sus tumbas.
La necrofobia, o miedo a los muertos, es un concepto que estuvo presente en la cultura griega desde el período Neolítico
"Para los antiguos griegos, los muertos eran objeto tanto de miedo como de súplicas. La necrofobia, o miedo a los muertos, es un concepto que estuvo presente en la cultura griega desde el período Neolítico. En lo más profundo de esta fobia reside la creencia de que los cadáveres tienen la capacidad de volver a la vida y existir en un estado que no es exactamente ni vivo ni muerto, sino más bien no-muerto", explica Carrie L. Sulosky Weaver, una de las arqueólogas responsables del estudio.
"Estas figuras, situadas en la frontera entre la vida y la muerte, se consideran peligrosas porque se entiende que abandonan sus tumbas por las noches con la intención explícita de causar algún daño a los vivos. Como métodos de protección, los supuestos no-muertos eran clavados a sus tumbas o se les ‘mataba’ ritualmente. Paradójicamente, los griegos también practicaban la necromancia, es decir, la invocación intencionada de los muertos".
La niñera quedó estupefacta al encontrarse en la habitación del invitado a una joven que no era otra que la fallecida Filinion
AMOR MÁS ALLÁ DE LA MUERTE
A este respecto, el historiador griego Flegón de Trales (siglo II), liberto del emperador Adriano, narra una serie de historias sobre "zombis" en su Libro sobre los prodigios. La más llamativa tiene como protagonista a una joven llamada Filinion, quien falleció al poco de casarse. El dolor de sus padres, Demóstrato y Caritó, ante semejante pérdida fue enorme. Meses después, éstos hospedaron en su casa al joven Mácates sin intuir siquiera lo que esto supondría. Una noche, la niñera quedó estupefacta al encontrarse en la habitación del invitado a una joven que no era otra que la fallecida Filinion. Presa del pánico, la nodriza no dudó en dar la voz de alarma y avisar a los padres de la difunta que, muy alterados, la acusaron de haber perdido la cabeza, aunque finalmente la curiosidad venció a Caritó, la madre, que decidió comprobar tamaña afirmación. Una vez en el umbral de la puerta del cuarto de Mácates poco pudo hacer, dado que éste y su misteriosa acompañante ya dormían y resultó imposible reconocer el rostro de la joven.
A la mañana siguiente, entre la intriga y la desesperación, Caritó regresó al cuarto del joven, pero la muchacha ya había desaparecido. Suplicó a Mácates que le diera todos los detalles acerca de la chica, quien respondió que se había presentado como Filinion y le había dejado un anillo y una banda para el pecho. Al mostrárselos, Caritó se percató de inmediato de que, efectivamente, era de su hija. Mácates prometió presentarles a la joven si esta regresaba. Y así lo hizo esa misma noche al regreso de la "muerta". Impactados y con el rostro desencajado al comprobar que, efectivamente, la joven no era otra que Filinion, su hija fallecida meses atrás, ésta les reprendió por "ver con malos ojos que pasara tres noches con el huésped en la casa paterna". Acto seguido, la joven tornó cadáver y su cuerpo sin vida quedó sobre la cama.
Llegó a celebrarse una asamblea que dictaminó abrir el panteón familiar para comprobar si el cuerpo de la joven seguía allí
La noticia corrió como la pólvora y decenas de vecinos se dieron cita ante la casa de Demóstrato y Caritó, hasta el punto de que las autoridades tuvieron que tomar cartas en el asunto para evitar disturbios. Pero la cosa no quedó ahí, ya que llegó a celebrarse una asamblea que dictaminó abrir el panteón familiar para comprobar si el cuerpo de la joven seguía allí. La sorpresa fue mayúscula al encontrar su tumba vacía, ocupada tan sólo por unos objetos que Mácates le había dado. Ante esta situación, los vecinos se dirigieron de nuevo a la casa de las "apariciones", encontrando allí el cadáver de Filinion. La historia no acabó del todo bien, ya que Mácates, el joven huésped que había yacido con el "zombi" de Filinion, se quitó la vida y hubo que dar aviso a un adivino de nombre Hilo que determinó enterrar de nuevo el cuerpo de la muchacha fuera de la ciudad y la realización de una serie de ritos expiatorios y de purificación.
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