Papá Noel contra los caníbales
Una leyenda asegura que San Nicolás resucitó a tres niños asesinados por un carnicero que quería vender sus cuerpos como carne de cerdo
En estas fiestas navideñas, la figura del afable personaje ataviado con los colores de una reconocida empresa de bebidas gaseosas impregna la cultura de masas. No obstante, ¿qué se oculta tras ese caminante logotipo de barba blanca? Su historia se aleja considerablemente de Laponia y nos traslada a los tiempos de San Nicolás, en el siglo IV de nuestra era. Este relato no es necesariamente apropiado para compartir en las cenas familiares, aunque eso dependerá de la relación que mantengas con tu cuñado. No obstante, ruego que no lo compartas con los más pequeños de la casa, ya que la ilusión es uno de los pocos elementos sagrados que nos restan.
Todas las civilizaciones del hemisferio norte celebran el Solsticio de Invierno. Para los pueblos germánicos, este renacimiento del astro rey y su festividad se denominaba Yulé, mientras que para los romanos era Saturnalia, y para nosotros, Navidad.
La folclorista Margaret Baker sostiene que la aparición de Papá Noel, cuyo día festivo coincide con el 25 de diciembre, debe mucho a Odin, el antiguo Portador de Regalos del norte, caracterizado por su capucha azul, capa y barba blanca, que cabalgaba por el cielo invernal en su corcel Sleipnir, de ocho patas, distribuyendo obsequios a su pueblo. Conscientes de esto, los cristianos, siguiendo la tradición de sincronizar creencias, decidieron adecuar esta figura a una más aceptable a ojos de la Iglesia. Para tal fin, se seleccionó a San Nicolás.
Sin embargo, ¿por qué precisamente este personaje fue elegido entre el nutrido grupo de santos y mártires?
La historia de San Nicolás cumplía con dos características fundamentales: la generosidad al ofrecer regalos y la protección hacia los niños.
Para profundizar en la vida detallada de este venerado hombre, no es necesario viajar a las frías tierras nevadas del Ártico, sino dirigirse a la cálida ciudad de Valencia, donde se erige la espectacular iglesia de San Nicolás. Este edificio gótico, erigido gracias al Papa Calixto III, el Papa Borja, fue adornado con frescos barrocos en el siglo XVII. Entre estas pinturas, se destacan varias escenas de la vida de San Nicolás, que ilustran vívidamente esta historia navideña.
San Nicolás fue un obispo de la ciudad de Mira (actual Dembre, en Turquía) que vivió durante el siglo IV d.C., falleciendo alrededor del año 343 d.C. Poco se conoce del San Nicolás histórico, ya que los primeros relatos de su vida se redactaron siglos después de su muerte y probablemente incluyan elaboraciones legendarias. Según se cuenta, nació en el puerto griego de Patara, Lycia, en Asia Menor, de padres cristianos acomodados.
San Nicolás rescató a tres jóvenes de la prostitución arrojando cada noche un saco de monedas de oro por la ventana de su casa
Uno de los incidentes más antiguos y famosos de su vida relata que rescató a tres jóvenes de ser forzadas a prostituirse arrojando un saco de monedas de oro por la ventana de su casa cada noche, permitiendo que su padre pudiera pagar una dote por cada una de ellas. En otras versiones, tras pasar la noche predicando a las jóvenes, el benevolente Nicolás regalaba manzanas doradas a las desafortunadas. Esta última versión, la de la manzana, es la que podemos apreciar representada en el templo de la ciudad del Turia.
Así, ahora comprendemos por qué San Nicolás distribuye regalos en Navidad. Ahora, centrémonos en los niños.
Otra famosa leyenda tardía relata cómo resucitó a tres niños que habían sido asesinados y escabechados en salmuera por un carnicero con intenciones de venderlos como carne de cerdo durante una hambruna que afectó a la ciudad de Mira. Nuevamente, el Santa Claus valenciano ilustra este pasaje. Todas las personas que transiten frente a la puerta de la iglesia de San Nicolás en Valencia observarán, en lo alto del pórtico, una esfera que representa un plato y sobre este un hueso, haciendo alusión a los niños que fueron canibalizados, antes de que el virtuoso Santa detuviera tal aberración. Ahora se comprende por qué se eligió a este obispo, que vivió en lo que hoy es Turquía, para adecuar la figura del pagano Odin a un canon más católico. Daba regalos y cuidaba de los niños, aunque no de la manera edulcorada que comúnmente creemos.
Sin embargo, la leyenda mundial de este obispo no culmina aquí. Sus restos, tras ser inhumados en 1087, yacen en Bari, Italia, ciudad que más tarde formó parte de la Corona española en el Reino de las Dos Sicilias. En aquel momento, los Países Bajos y Bélgica también eran parte del imperio Hispánico, razón por la cual, en los Países Bajos, se afirma que San Nicolás proviene de España.
Los colonos holandeses se llevaron al América sus costumbre de su patrono que cambio de 'niklaus' a Noël
Cuando los inmigrantes holandeses fundaron la ciudad de Nueva Ámsterdam, posteriormente llamada Nueva York, llevaron consigo sus costumbres y mitos, entre ellos la festividad de su patrono, San Nicolaus. Con el tiempo, el término "niklaus" se deformó fonéticamente a Noël. El camaleónico arquetipo del solsticio invernal tuvo que adaptarse para ser políticamente correcto.
La recuperación folklorista del siglo XIX y el menosprecio hacia todo lo hispánico (opinión personal del autor) modificaron la figura del obispo, presentándolo como el personaje más nórdico que conocemos hoy en día. Así, Nicolás amalgamó características de Odín, feroz y sabio, con elementos de los gnomos y las duendes, dando origen a un nuevo mestizaje cultural.
Sin embargo, las metamorfosis de este arquetipo no concluyeron ahí. Otro imperio alteró la figura para adaptarla a su deidad consumista y refrescante. La representación del personaje no estaba estandarizada y eso es algo malo para la producción en masa. Por esta razón, Papá Noel apareció por primera vez en un anuncio de Coca‑Cola en 1920, en una ilustración publicada en The Saturday Evening Post. De aspecto serio, este primer Santa Claus fue creado por el ilustrador Thomas Nast, y durante algunos años el refrigerio que se fabricó en un principio con extracto de hoja de coca, usó en su publicidad diferentes diseños de este personaje, desarrollados por otros ilustradores.
El icono se extendió como el imperio estadounidense. Ahí lo tenemos, tan campechano y regordete, en todos los escaparates de ese inframundo, que llamamos centro comercial.
Cuando te levantes la mañana de Navidad con dolor de tripa y/o de cabeza, antes de maldecir a Odín y la madre que lo engendró, recuerda que, ese día, la luz solar estará durante pocos segundos más en el firmamento. Lo suficiente, para que se pueda apreciar que, el Sol amanece un poco más al norte que los días anteriores. Es este, el sutil augurio de que, la próxima primavera, llegará. La esperanza y la ilusión, es de lo poco sagrado que nos queda.
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