Newton buscó las medidas del Templo de Salomón
Dos documentos quemados por los bordes, revelan el interés del padre de la ley de la gravedad por las pirámides y el templo de los judíos
El padre de la ley de la gravedad, Isaac Newton (1642 – 1726), uno de los científicos más extraordinarios de todos los tiempos, tuvo la intención de descubrir los secretos de las pirámides y las dimensiones exactas del Templo de Salomón según revelan unos escritos hallados 200 años después de su muerte. Estos documentos inéditos fueron escritos hace 340 años (alrededor de 1680) y fueron descubiertos en la década de los años treinta, 200 años después de la muerte de Newton.
Los documentos forman parte del manuscrito "Prolegomena ad Lexici prophetici partem secundam" y demuestran que este polifacético científico, filósofo y teólogo, estaba interesado en escrutar los misterios de la estructura del Templo de Salomón basándose en fuentes literarias bíblicas y extrabíblicas.
Bajo su adusta apariencia de tratado técnico, los Prolegomena esconden una síntesis del pensamiento de Newton sobre Dios, el Universo y el destino de la humanidad; en el manuscrito escrito en latín, se pueden descubrir rasgos expresivos de su fe, de sus creencias heterodoxas y de su intento de reconstrucción de la historia.
Newton buscaba describir la arquitectura y las dimensiones del Primer Templo de los judíos, construido por el rey Salomón y destruido en el año 586 a. C. por el rey de Babilonia, Nabucodonosor. Para ello buceó en los mensajes ocultos de los pasajes del Antiguo Testamento. Y es que, como teólogo y cristiano profundamente creyente, Newton estudió a fondo la Biblia. A través de la descripción del Templo, Newton se nos revela como teólogo y erudito que manejaba las fuentes literarias en sus lenguas de origen (hebreo, griego y latín) y que empleaba el método crítico-filológico como un consumado filólogo.
Isaac Newton se sintió cautivado por la belleza y la fuerza simbólica del Templo de Salomón
Recordemos que el templo de Salomón es el único santuario legítimo del pueblo israelita. En su interior se conservaba el Arca de la Alianza, un altar de oro, el candelabro de siete brazos, una mesa con panes sagrados y demás utensilios empleados para llevar a cabo el culto a Yahveh. El templo se ubicó en la explanada del monte Moriá, en Jerusalén, donde hoy se erigen la famosa Cúpula de la Roca, el tercer lugar más sagrado del islam y la Mezquita de Al-Aqsa, refugio de los templarios durante la Edad Media La construcción del templo de los judíos marcó una ruptura con la tradición hebrea según la cual Yahveh moraba en el tabernáculo y no en una casa.
El experto en manuscritos de Sotheby's, Gabriel Heaton, declaró al diario británico The Observer que se trata de documentos fascinantes, “en ellos se puede ver el intento de Newton por descifrar los secretos de las pirámides".
Parece que Newton estudió las pirámides a finales del siglo XVII, mientras vivía en la finca Woolsthorpe en Lincolnshire, Inglaterra. Estaba convencido que una vez que descubriera cómo habían sido construidas, podría resolver también muchos otros misterios. Su intento fue por entender la unidad de medida utilizada por los faraones en la construcción. Newton creía que los antiguos egipcios habían podido medir la tierra y pensó que, si pudiera entender la unidad de medida egipcia, podría calcular él también la circunferencia de la tierra. Los documentos están quemados por los bordes, no porque la inquisción quisiera eliminarlos sino porque el perro de Newton, saltó por encima de un cuchillo y arrojó una vela sobre las notas del científico.
La idea de que la ciencia es una alternativa a la religión es muy moderna. Newton no pensó que su trabajo científico pudiera ser castigado por sus creencias religiosas Los escritos de Newton se discutieron en 1936. Tras su lectura y análisis, el famoso economista John Keynes, definió a Newton como "el mago supremo".
Comentarios
Nos interesa tu opinión