El misterio de la ciudad perdida de Cahokia
Cuatro siglos antes de la llegada de Cristóbal Colón a América se fundó Cahokia, una gigantesca urbe repleta de misterios.
En la llanura del río Misisipi, al suroeste del estado de Illinois y en las proximidades de San Luis, Misuri, se erigen 120 montículos en una vasta superficie de 16 kilómetros cuadrados. Es lo que queda de Cahokia, la primera ciudad de América del Norte.
Cuando pensamos en nativos americanos solemos imaginar sociedades que vivían de la cacería y la agricultura en grandes tipis, pero ni todas las tribus vivían igual ni erigían las mismas edificaciones. Un ejemplo claro lo constituye Cahokia que, en su apogeo, allá entre los años 1050 al 1200, era más grande que muchas ciudades europeas, incluida Londres.
Llegó a albergar hasta 40.000 almas, nutriéndose de inmigrantes de todo el Medio Oeste, que viajaron posiblemente desde lugares tan alejados como los Grandes Lagos y la Costa del Golfo.
A pesar de todo, cuando en el siglo XVII los exploradores franceses llegaron a la zona, sólo encontraron los restos de una sociedad avanzada que había desaparecido siglos antes. ¿Qué pasó? ¿Por qué abandonaron la ciudad? Nadie lo sabe. Es un misterio.
MONTÍCULOS DE LOS MONJES
No es el único misterio. En Cahokia se erige el “Monks Mound” una impresionante estructura de cuatro terrazas que cubre casi 7 hectáreas de terreno y se eleva 30 metros sobre el resto de la ciudad. Se creía que era de origen natural pero los estudios realizados en el suelo mostraron que el terreno, originalmente ondulado, fue nivelado artificialmente, lo que la convierte en la mayor plaza de tierra del mundo.
El nombre de montículo de los monjes se debe a que un grupo de monjes trapenses vivió cerca de él
Los arqueólogos encontraron agujeros que algún día sujetaron gigantescos postes en la parte superior que podrían indicar la presencia de lo que pudo haber sido un templo, de madera, que mide 30 por 15 m.
Al oeste del Montículo de los monjes hay una serie de cinco círculos, originalmente realizados con postes de madera de cedro rojo que los arqueólogos consideran como un "woodhenge". Es decir, que pudieron ser empleados como calendario astronómico para marcar solsticios y equinoccios. Esto, y un hallazgo en el túmulo 72 hace pensar a los investigadores que Cahokia fue un centro ceremonial, lo que explicaría, además, el flujo migratorio hasta este lugar considerado hoy Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
EL TÚMULO 72
En efecto, no hay ciudad perdida sin rituales misteriosos y los de Cahokia se encuentran en el Túmulo 72, el único construido durante la época clásica (entre los años 1050 y 1150 de nuestra era) que no estaba orientado en la dirección norte-sur, sino 30º fuera del eje este-oeste, alineado con los solsticios de verano e invierno.
Se trata de una estructura de 3 metros de altura que contiene los restos de 272 personas, muchas de ellas sacrificadas. Llamaron la atención de los arqueólogos dos cadáveres yacientes sobre un lecho de abalorios que formaban la imagen de un halcón, lo que condujo a que el superior pasase a ser llamado el hombre pájaro. Que a su alrededor hubiese infinidad de conchas, artilugios de caza y otros cadáveres decapitados indicaba que era un entierro ritual.
Los investigadores también descubrieron la causa de muerte de 39 hombres y mujeres. Debieron estar alineadas en el borde del pozo y golpeadas una a una para que sus cuerpos cayeran en él secuencialmente.
Más extraño es el sacrificio de 52 mujeres desnutridas, de entre 18 y 23 años, junto a otra mujer de 30. Un estudio odontológico indica que las mujeres eran del área local, lo que sugiere que no fueron capturadas durante una guerra.
El motivo de su desaparición ha sido objeto de debate entre los estudiosos desde hace años, y una última investigación ha descartado la teoría de que un desastre ambiental pudiese haber provocado el abandono de Cahokia, una ciudad que sigue conservando sus secretos.
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