Historia oculta
02/02/2022 (11:43 CET) Actualizado: 02/02/2022 (11:43 CET)

La maldición de Tenskwatawa

¿Existe una maldición contra determinados presidentes estadounidenses?

Javier Ramos

Periodista y escritor

02/02/2022 (11:43 CET) Actualizado: 02/02/2022 (11:43 CET)
La maldición de Tenskwatawa
La maldición de Tenskwatawa

Nada menos que siete presidentes de los Estados Unidos estaban predestinados a un final trágico durante el ejercicio de su mandato. Eso es lo que se traduce de la supuesta maldición de Tecumseh, de origen amerindio. Al parecer, el profeta de los pueblos indígenas, Tenskwatawa, contaba con una rara habilidad para adivinar el futuro.

Los presidentes blancos que hubieran ganado las elecciones en un año terminado con cero, morirían en el cargo

Según su augurio (a modo de venganza por el trágico desenlace de una rebelión de los suyos en contra del Gobierno de Estados Unidos, que dio lugar a la batalla de Tippecanoe; 1811), los presidentes blancos que hubieran ganado las elecciones en un año terminado con cero, morirían en el cargo.

Supuestamente, en 1836, mientras Tenskwatawa posaba para un retrato y los presentes discutían el posible resultado de las elecciones, uno habría publicado su profecía: "Harrison no ganará el puesto de Gran Jefe este año. Pero ganará la próxima vez. Y cuando lo haga, su mandato no terminará. Morirá durante el mandato".

Cuando uno de los presentes objetó que ninguno de los presidentes de Estados Unidos habían muerto en el cargo, el Profeta respondió: "Les digo que Harrison morirá y cuando él muera, ustedes recordarán la muerte de mi hermano Tecumseh. Ustedes creen que he perdido mis poderes, yo que hago que el sol se oscurezcan y los pieles rojas dejan el aguardiente. Pero, les digo que morirá y después de él, todo Gran Jefe elegido cada 20 años desde entonces, morirá, y cuando cada uno muera, que todos recuerden la muerte de nuestro pueblo".

Coincidencia o no, parece que la maldición lanzada por Tecumseh se fue cumpliendo

Y la profecía se fue cumpliendo. La coincidencia resulta asombrosa: William Henry Harrison, electo en 1840, murió de neumonía; Abraham Lincoln, electo en 1860, asesinado; James A. Garfield, electo en 1880, asesinado; William McKinley, electo en 1900, asesinado; Warren. G. Harding, electo en 1920, falleció víctima de un ataque cerebrovascular; Franklin D. Roosevelt, electo en 1940, murió por un derrame cerebral; John F. Kennedy, electo en 1960, cayó asesinado; Ronald Reagan, electo en 1980, fracturó el pronóstico, aunque estuvo a punto de morir también asesinado el 30 de marzo de 1981. Zachary Taylor, el general invasor de México en la guerra de 1846, por medio de la cual EE. UU. despojó a México de dos millones de kilómetros cuadrados, electo en 1848, también falleció en el cargo enfermo de diarrea…

VERSIÓN DISTORSIONADA

Aunque Hollywood nos ha falseado la realidad de lo que realmente aconteció al presentar la colonización de los blancos como una empresa idílica y pacífica y obstaculizada por la furia asesina y violencia de los indios en el Oeste americano, hay que señalar, en honor a la verdad, que los indios también tenían su punto de crueldad.

Los apaches podían lanzar bebés contra los cactus gigantes, quemar a sus víctimas a fuego lento o rebanarles las plantas de los pies y obligarles a caminar. Su intención era la de asustar a un enemigo que sabían muy superior.

Los indios de América en general y del Oeste en particular no constituían una realidad homogénea, a pesar de que el cine los ha presentado como un bloque. Los aborígenes llevaban siglos guerreando en lugares con historia de los Estados Unidos, pero sus guerras no eran de exterminio.

Tampoco eran amantes de la barbarie del escalpelo y cortaban las cabelleras de enemigos. No: fueron los colonos que habitaban los primigenios estados del este los que extendieron esta práctica por toda Norteamérica, ya que la caza de cueros cabelludos fue un comercio muy lucrativo. Esta manía la inventaron los europeos en los s XVII y XVIII: ingleses y franceses se las exigían a los indios a los que contrataban para matar soldados enemigos.

Portada libro oeste
Portada del libro de Javier Ramos: Mitos, leyendas y tesoros del Salvaje Oeste

 

Sobre el autor
Javier Ramos

Apasionado por la historia y los viajes, colabora para diferentes publicaciones relacionadas con estas temáticas. Es autor, entre otros trabajos, de Historia maldita del Rock y Eso no estaba en mi libro de Historia de Roma. Administra el blog lugaresconhistoria.com.

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