Historia oculta
27/05/2022 (12:56 CET) Actualizado: 27/05/2022 (12:56 CET)

La Gran pirámide se reutilizó en el nombre de Keops

Una teoría sugiere que el nombre de Keops se escribió en tumbas como «símbolo de santidad y protección» hasta bien entrado el Imperio Medio y Nuevo

Josep Guijarro

Periodista y escritor

27/05/2022 (12:56 CET) Actualizado: 27/05/2022 (12:56 CET)
La Gran pirámide se reutilizó en el nombre de Keops
La Gran pirámide se reutilizó en el nombre de Keops

Llama la atención que la única representación del faraón Keops sea una pequeña estatuilla de marfil, de no más de 7 centímetros, encontrada sin cabeza lejos de la meseta de Gizá, en Abydos. Del faraón que más piedra movió en la antigüedad de Egipto no ha quedado rastro. Tampoco su momia ha aparecido. Cuando, tras romper algunos bloques, los obreros del califa Abdullah Al Mamun conseguían acceder, por "primera vez" al interior de la Gran Pirámide, se llevaron la desagradable sorpresa de que el edificio estaba vacío. Corría el año 820 y, aunque la hazaña de Al Mamun quedó registrada como una muestra más de la codicia humana, como un asaltador de tumbas, las razones del califa para adentrarse en el interior de la pirámide no eran económicas.

Según la leyenda, sus servicios secretos le informaron que en la Gran Pirámide existía una sala donde se encontraban depositados mapas de las esferas terrestre y celeste, así como otros muchos datos relativos a los cielos ya que, según se creía, el monumento fue creado por unos hombres sabios que dejaron en la obra todo su conocimiento geográfico y astronómico. Y no les faltaba razón.

Khufu
Khufu

Edgar Cayce, uno de los videntes más célebres de Estados Unidos creía que la Gran Pirámide era una suerte de depósito monumental de conocimiento que servía como templo de iniciación a la Hermandad Blanca. Preconizó, además, que debajo de la Esfinge de Giza se encontraría lo que denominó Cámara de los Registros, un recinto que supuestamente contendría información que demostraría la existencia de una civilización pre-faraónica muy avanzada, ya desaparecida, y vinculada a la Atlántida.

En cualquier caso, Al Mamun y sus hombres constataron como en ninguna de las tres cámaras se hallaba la momia ni sus ambicionados tesoros. Todo estaba vacío; sus paredes y techos desnudos, sin relieves ni pinturas. ¿Qué la vinculaba entonces a Keops, el célebre faraón de la IV dinastía?

Sólo un discreto cartucho con su nombre descubierto por Howard Vyse, en 1837. Y sobre el que existe, además, cierta controversia. Me explicaré.

No sólo porque el cartucho esté escrito en demótico, una escritura que empezó a utilizarse en Egipto alrededor del 660 a.C. y por tanto muy posterior a la construcción de la Gran Pirámide sino porque, en su libro La Escalera al Cielo, Zecharia Sitchin, acusó a Vyse (y sus ayudantes Hill y Perring) de perpetrar la falsificación del cartucho. Al parecer, el tiempo apremiaba para este coronel británico y sus colaboradores ya que, sin un hallazgo importante, se les cortaría la financiación a sus investigaciones. Reparó, entonces, que podía introducir una caña por encima de la cámara situada sobre el techo. Trató de cincelar sin éxito el granito superior. ¿Cómo acceder entonces? Ni corto ni perezoso, Vyse decidió dinamitarla. Junto a la cámara nueva que surgió, descubrió tres superiores por encima de ésta. De abajo a arriba, se las denomina cámara de Davidson, de Wellington, de Nelson, de Lady Arbuthnot y de Campbell. Explorándolas, Vyse tropezó con unos supuestos cartuchos jeroglíficos con los nombres de Keops y Kefrén. ¿Los falsificó?

Es una posibilidad. Otra es que, si el nombre de Keops no fue pintado en la cantera, fuera añadido posteriormente lo que abre nuevas incógnitas acerca de cómo llegó a las cámaras de descarga pues eran inaccesibles por mucho que encaje con la siguiente teoría.

El nombre del faraón Keops fue sinónimo de santidad y buena suerte en el antiguo Egipto

Kartu Chufu
Kartu Chufu

Y es que el último mito sobre Keops afirma que instauró un culto propio. El geólogo Robert M. Schoch asegura que se llegó a considerar el nombre de este faraón como sinónimo de santidad y buena suerte. Incluso se llegó a escribir en las tumbas de los fallecidos como "símbolo de santidad y protección" hasta bien entrado el Imperio Medio y Nuevo.

En 2001, arqueólogos japonenses hallaron en Saqqara una cámara de la XXVI dinastía (664-525 a.C. lo que encaja con la escritura demótica hallada por Vyse) con fragmentos de, al menos, quince estatuas. Una de ellas, una figura con forma de esfinge sentada entre dos piernas de león llevaba también inscrito el nombre de Keops, probando la tesis de Schoch. ¿Se inscribió el cartucho en la Gran Pirámide con ese propósito?

UN FARAÓN QUE HIZO ESCUELA

El propio Hawass aseguró que, en el trigésimo año de su reinado, cuando Keops comenzó a sentir las penalidades de la vejez y la enfermedad, ordenó a sus sirvientes que le trajeran rollos de papiro y sus pertrechos de escriba con el propósito de completar El libro sagrado de Keops, por el cual sería recordado en las generaciones posteriores. En él –según el ex ministro de Antigüedades egipcio– podría haber reflejado el saber acumulado a lo largo de su vida y quizá la ciencia adquirida durante la construcción de su pirámide, o tal vez las epifanías religiosas que lo habían movido a transformar el culto. De cualquier forma, el libro no se ha conservado y sólo podemos especular que una escuela de sacerdotes mantuviera vivo su recuerdo insertando su nombre con posterioridad a su muerte y resurrección entre las estrellas.

Entonces, insisto: ¿Pudo haber sido inscrito el cartucho en la Gran pirámide como parte del culto a Keops mucho más tarde de que fuera erigida? ¿Explica esta circunstancia que la 'tumba' estuviera vacía, sin su momia y sus tesoros o, puede que el faraón siga allí, en una cámara oculta? ¿Existe una cuarta sala?

Sobre el autor
Josep Guijarro

Josep Guijarro es reportero de prensa, radio y televisión, además de autor de varios libros entre los que cabe destacar El secreto de los aliens (edición ampliada y actualizada en 2024 de Aliens Ancestrales) o Casualidad, que continúa la saga de su bestseller Coincidencias Imposibles. Es documentalista de la serie Extraterrestres (DMAX) y forma parte de los programas El Colegio Invisible y La Rosa de los Vientos, ambos en Onda Cero.

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Comentarios (2)

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