Ayudantes del más allá en el Antiguo Egipto
Desde el Libro de los Muertos, pasando por las maldiciones y la invocación de criados mágicos. Estos son solo algunos de los grandes misterios de la magia egipcia.
La magia, en tanto que atrayente y, a la vez, ciertamente enigmática, ha gozado de un fuerte protagonismo durante los distintos períodos históricos de la humanidad. En el caso del Antiguo Egipto, no podría ser menos, e incluso gozaba de opiniones muy favorables por parte de la sociedad egipcia. De hecho, la magia en Egipto tiene dos dimensiones que para nada resultan contrarias: la magia de carácter más institucional, junto a la que tiene una vinculación más popular, continuadora de la que salió de los templos. En definitiva, sacerdotes y ciudadanos desarrollaban la magia, pero, ¿con qué fines?
Un elemento mágico por antonomasia en la cultura egipcia es el Libro de los Muertos, un auténtico texto funerario que apela directamente a la magia. "A partir del Imperio Nuevo y durante generaciones, los antiguos egipcios enterraron sus momias junto a un ejemplar de esta obra que recogía los sortilegios y oraciones ancestrales necesarias para que el difunto superara todos los obstáculos en su viaje al más allá y alcanzara la vida eterna", como especifica la historiadora Imma Panyella, en su publicación El papiro egipcio: el primer libro de la historia. A estos libros tenían acceso principalmente las personas pertenecientes a las clases altas, que, en este caso, lo adquirían y sobre él añadían su propio nombre, motivo por el que en la actualidad contamos con una gran cantidad de ellos.
Este papiro permitía que el difunto entrara en el más allá. "Estos escritos mágicos estaban situados o cerca de la cabeza o cerca de los pies, o bien entre las piernas del cuerpo momificado. El muerto disponía así de fórmulas eficaces, de itinerarios, de indicaciones a seguir para llevar a buen fin su viaje póstumo", establece el egiptólogo Christian Jacq en su libro El saber mágico del Antiguo Egipto.
Existía una gran variedad de papiros 'mágicos'
En lo que respecta a la magia, fuera del ámbito funerario, se tiene constancia de que existían una gran variedad de papiros "mágicos", como el papiro de Bremner-Rhind. En ellos, se trataban diferentes campos de estudio como la botánica, la zoología o incluso las matemáticas. Y es que la magia, durante el Antiguo Egipto, no estaba mal vista. El hecho de que un nigromante o un ocultista la practicase le convertía en una persona con amplios conocimientos, un auténtico sabio, un sacerdote.
LA MAGIA NOCIVA
La magia, además de para hacer el bien, esconde una dimensión cruel, destinada a la destrucción de otras personas. Esto acrecentaba los temores de los egipcios, no solo por miedo a un mal de ojo, que estaba bastante presente, sino porque la magia oscura era también un arma en manos de enemigos externos, que perfectamente podían usar contra los intereses de Egipto.
Posiblemente no fue hasta el período tardío cuando este tipo de métodos para atormentar y maldecir a los enemigos trascendieron a la esfera pública, coincidiendo con el momento en el que la magia sale de los templos y empieza a alcanzar una dimensión más popular. En ese momento, la magia fue directamente utilizada para paliar cualquier odio, rencor o venganza presente entre la población.
Se solían utilizar estatuillas, en donde se colocaba cabello de la víctima para influir directamente en esa persona
"En los hechizos de odio injustificado se invoca sobre todo a dioses asociados al mundo de los muertos, o a genios y espíritus oscuros del inframundo. Por supuesto, Set (dios de las tormentas, la guerra y la sequía) era una de las deidades favoritas en este tipo de trabajos", como explica Javier Arries en Magia en el Antiguo Egipto.
En estas maldiciones, la necesidad de que las partes del cuerpo de la víctima fueran correctamente mencionadas era una realidad de la que acababa dependiendo el propio resultado final. También se solían utilizar estatuillas, en donde se colocaba cabello de la víctima para influir directamente en esa persona. Además, cualquier tipo de fluido o de objeto que perteneciera o hubiera estado en contacto con esa persona servía de "testigo" dentro del ritual. Esto se producía especialmente en los hechizos de amor, en donde los fluidos seminales y menstruales eran muy utilizados, otorgando al hechicero un poder completo sobre la persona a la que pertenecía el fluido.
USO DE CRIADOS MÁGICOS
Los magos solían traer a la vida a una especie de ayudantes, los denominados "criados mágicos", que cumplían absolutamente todas las órdenes que recibían por parte del mago. Esto puede recordar a los conocidos como "familiares", demonios pertenecientes a la brujería medieval que se encargaban de cumplir todos los deseos de sus hechiceros.
Estos criados mágicos no solo tenían la finalidad de ayudar a los magos, sino que también eran creados para ayudar a los difuntos en el más allá
También podían obtener sus "criados" a partir de seres vivos. En un papiro mágico, de época tardía, se describe a la perfección cómo un mago se encargó de provocar la muerte de un gato y de enterrarlo momificado, a partir de lo cual su alma se convirtió en su ayudante. A este respecto, Javier Arries muestra más prácticas similares: "Cualquiera podía pagar por un rito que consistía en tomar un animal sagrado correspondiente a un dios cuya atención se quería reclamar para alguna cuestión personal. Dicho animal era sacrificado y momificado. Su ka haría de intermediario, de mensajero, entre el peticionario y el dios".
Estos criados mágicos no solo tenían la finalidad de ayudar a los magos, sino que también eran creados para ayudar a los difuntos en el más allá, realizando por ellos los trabajos más duros a los que tuvieran que enfrentarse. A partir de pequeñas figuritas, que se guardaban en pequeños ataúdes, el mago les daba vida y les ordenaba que realizaran el trabajo más pesado del difundo, como llevar agua o arar campos, por lo que en muchas ocasiones iban acompañados de cestas, sacos o azadas. Conforme fue pasando el tiempo "llegaron a hacerse miniaturas con la casa, el mobiliario y las propiedades del difunto; muñecos de madera pintados hasta el último detalle simulando sirvientes ocupados en diversos menesteres y trabajos; mascotas, ganado... A veces se incluían barcas, con su tripulación", añade Arries en el libro.
El hecho de que las tumbas de sus seres queridos pudiesen acabar siendo abandonadas, al caer en el olvido, era un gran temor entre la sociedad egipcia. Por este motivo, aunque la persona encargada directamente de su cuidado era el heredero, apareció la figura de los "sirvientes del ka", sacerdotes que se encargaban de las tumbas en su lugar. La magia aquí también estaba muy presente: Los alimentos y las bebidas que se llevaban a la tumba atravesaban, mediante los salmos del mago, la dimensión del más allá, permitiendo así al difunto gozar de ellas en la otra vida.
Con este breve repaso en torno a algunos de los aspectos más interesantes de la magia en el Antiguo Egipto es posible observar la fuerte presencia que tenía en la sociedad del momento. Tanto dentro como fuera de los templos, era posible practicar la magia, en cualquiera de sus dimensiones; o bien como protección hacia el difunto o o bien como canalizadora del odio y el rencor hacia otra persona.
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