El síndrome de la gente embrujada

La investigación, que ha sido publicado por Spirituality in Clinical Practice, ha mostrado que aquellas personas que presencian apariciones y que viven ciertas experiencias paranormales podrían padecer del «síndrome de la gente embrujada ». Pero, ¿en qué consistiría exactamente este síndrome? Los psicólogos Brian Laythe y Jim Houran han realizado una investigación de cinco años cuyo objetivo principal ha sido construir una mejor compresión de los fenómenos paranormales. La premisa ha sido la siguiente, como Laythe ha especificado: «Los fenómenos inquietantes son complejos entrelazados que involucran la personalidad, la ideología, la cultura y la experiencia previa para dar sentido a un evento o serie de eventos considerados inquietantes».

Los investigadores hablan también de la necesidad de tratar este tipo de experiencias como fenómenos reales

A partir de esta investigación, han propuesto cuatro características principales que podrían evidenciar la presencia de este síndrome:

1. Estas personas serían capaces de crear una narrativa en torno a experiencias inquietantes, influyendo en la misma su propio pasado, creencias y personalidad.

2. A su vez, padecerían de angustia y ansiedad ante estas apariciones, debido a la cercanía y la espontaneidad de los sucesos.

3. Este malestar aumentaría la probabilidad de que se experimentaran más experiencias anómalas posteriormente.

4. Por último, las experiencias anómalas son «contagiosas», por lo que podrían sufrirlas otros.

A su vez, la «transliminalidad», es decir, el límite entre el yo consciente y el inconsciente, así como el entorno exterior, es otro predictor de estas experiencias anómalas. Como podemos comprobar, esta investigación califica a los propios eventos paranormales y a las personas que los sufren como «síntomas». Como explicó Laythe, «al igual que los síntomas de la gripe, la gravedad del diagnóstico depende del grado y la rareza de los síntomas y su duración».

SON FENÓMENOS REALES

Los investigadores hablan también de la necesidad de tratar este tipo de experiencias como fenómenos reales. Debido a la propia naturaleza de las mismas y, sobre todo, al impacto que generan en el individuo, su negación puede llevar a aumentar la ansiedad que sufre este al experimentarlas. Laythe lo compara así: «Los profesionales clínicos ciertamente no les dicen a las personas con ansiedad o depresión que sus experiencias no son reales o válidas. Como mínimo, el síndrome de la gente embrujada es un fenómeno transcultural válido comúnmente experimentado y debe ser tratado como tal. El hecho de saber que su experiencia en realidad no es infrecuente y tiene algunos componentes predecibles suele ser útil».

En el futuro, estos psicólogos centrarán la investigación en los practicantes religiosos, los cuales tienden a reivindicar y a experimentar este tipo de fenómenos de forma más regular: «Sospechamos firmemente que estos grupos han desarrollado procesos y métodos mentales significativos para facilitar su transliminalidad hacia objetivos espirituales/experimentales», aseguró Laythe.