Resuelven el misterio del 'microchip' insertado en una roca de 450 millones de años
Científicos del Instituto de Investigación de Nanotecnología de Rusia han analizado la roca que contenía presuntamente un microchip
En noviembre de 2014, Viktor Morozov, un pescador de la región de Krasnodar, en la República de Adygea, encontró en el lecho del río Khodz, una piedra que parecía integrar un "antiguo microchip". Intrigado y desconcertado por el curioso hallazgo donó la piedra a Alexander Burlutsky, un hombre culto, miembro de la Sociedad Geográfica Rusa (RGS) quien aseguró haber encontrado esquemas visualmente similares. "Por ejemplo –especuló–, esto podría parecer una línea de retardo acústico. Y, aunque parezca una fantasía, asumiré que una inteligencia extraterrestre podría dejar un concentrador de energía biológica en nuestro planeta en un pasado lejano. ¿Por qué no?".
Sergey Frolov, de la asociación Kosmopoisk de Armavir, declaró al diario Pravda que "lo primero que me llamó la atención fue una inserción inusual en una roca sólida, del tamaño de una tarjeta SIM de teléfono y exteriormente similar a un microcircuito".
Grupos ufológicos se convencieron así de que la roca de Krasnodar era, en realidad un OOPART, un objeto fuera de tiempo y contexto que podía constituir la prueba de una antigua civilización tecnológica o, incluso, la visita de seres extraterrestres a la Tierra hace miles de años.
Y decimos miles de años porque especialistas del Instituto de Investigación de Nanotecnología y Nuevos Materiales de la Universidad Técnica Estatal de Rusia del Sur, practicaron diversas pruebas y, tras su análisis, que la piedra tenía 450 millones de años y, claro, en el Silúrico-Devónico, no había microchips… salvo que lo trajeran los extraterrestres en una nave espacial.
La muestra analizada tenía un tamaño de 15 x 11 x 4,5 centímetros y presentaba un color marrón grisáceo, con una plataforma pulida que, en realidad era un ¡material organogénico!
Sergei Frolov, del Instituto Politécnico de Novocherkassk determinó que el misterioso microchip era en realidad "un fragmento de esqueleto de lirio marino (crinoideos) y un número subordinado de valvas de pequeñas conchas redondas de hasta 1 cm de tamaño" a su alrededor.
Científicamente hablando, los crinoideos son una de las clases de equinodermos que prosperaron en los mares del Paleozoico (Palaeocrinoidea) y Mesozoico (Neocrinoidea), donde vivían en aguas poco profundas. Teniendo en cuenta la ubicación del hallazgo, en la cuenca del río Khodz, afluente izquierdo del Laba, la caliza crinoideo tendría efectivamente, entre 410-450 millones de años.
Lo que muestra la roca es, concretamente, un fragmento del tallo del lirio, específicamente su sección axial. Fin del misterio
El informe divulgado el pasado año no ha molestado ni a Burlutsky ni a otros miembros de la Sociedad Geográfica Rusa, Al contrario, el hecho de que un hallazgo de estas características cayera en sus manos, con un ser vivo de más de 400 millones de años les ha permitido conocer los tiempos en que nacieron las montañas del Cáucaso, cuando el océano de Tethys cambió de posición, derramándose en el mar Negro, de Azov, Caspio y Aral y sobre la biodiversidad de aquel tiempo.
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