Los monstruos del coronel Fawcett
El explorador Percy Fawcett recogió informes de críptidos en las selvas de Brasil y Bolivia, también sugirió que eran especímenes de bestias primordiales.
El canal Mysterious Universe informó de uno de los aspectos menos conocidos de las aventuras de Percy Fawcett, el militar y explorador británico que desapareció en 1925, en circunstancias sin aclarar, cuando trataba de descubrir «Z», como él llamaba a una ciudad perdida en las selvas de la Amazonia –que suele identificarse con El Dorado–.
Se trata de algunas de las extrañas criaturas con las que Fawcett se topó durante sus agotadoras marchas, como milpiés que lanzaban cianuro, híbridos de perros y gatos, así como arañas y serpientes gigantescas. Sin embargo, uno de los avistamientos más interesantes tuvieron que ver con una especie de versión amazónica del Mokele-mbembe, el monstruo lacustre común a varias culturas de África Central.
Fawcett se topó en su incursión amazónica con milpiés que lanzaban cianuro, híbridos de perros y gatos, así como arañas y serpientes gigantescas
El destacado miembro de la Real Sociedad Geográfica de Inglaterra escribió en uno de sus diarios que «un amigo de cuya honestidad puedo dar fe, vio en un punto cercano a la latitud 12 grados Sur y la longitud 65 grados Oeste (en los límites entre Bolivia y Brasil) la cabeza y el cuello de un enorme reptil que él difinió como un brontosaurio. La criatura parecía tener más miedo que él, porque se sumergió rápidamente y su hundimiento sugirió que, en efecto, tenía un tamaño descomunal».
No es de extrañar que Fawcett se atreviese a proponer que las enormes bestias avistadas por él en los pantanos de las selvas del Madidi (Bolivia) y otras partes de Suramérica fuesen “monstruos primitivos” que habrían sobrevivido a su tiempo.
Fawcett también escribió sobre otro críptido que moraba en las tierras salvajes de Bolivia: «Una bestia enorme y misteriosa ha sido vista frecuentemente en los pantanos. Es probable que se trate de un monstruo primordial como los que se han reportado en otras partes del continente. Ciertamente, se han encontrado huellas mucho mayores que las de cualquier especie conocida».
Todas estas crónicas de sus viajes fueron escritas por el coronel en 1924, un año antes de su desaparición. En su libro se convierte en héroe de su propio relato, describiendo las penurias, peligros y sucesos extraños de los que fue testigo.
De todos los animales que habitan el Amazonas, la anaconda gigante es, con seguridad, la que mayor cantidad de historias ha desatado y Fawcett fue uno de los tantos que se encargaron de divulgarlas. A diferencia de los críptidos mencionados, la anaconda gigante o Eunectes beniensis, no solo ha sido descrita en tiempos modernos sino que, además, se ha confirmado su singularidad genética a través del ADN. En 2002, tras un largo proceso de búsqueda y estudio, el biólogo alemán especializado en anacondas, Lutz Dirksen publicó la descripción científica de la cuarta especie viva del género Eunectes, la anaconda boliviana, capaz de superar los 10 metros de longitud. Un tamaño que compite con la avistada recientemente en Brasil, de 15 metros de longitud.
Anaconda de más de 10 metros avistada en Brasil #nature #Naturaleza pic.twitter.com/tIh4qunO8k
— Puerta de Tannhäuser 🛡️ (@JaviTannhauser) March 7, 2019
Según el propio Fawcett, él mismo fue testigo de la aparición de una anaconda que medía unos 18 metros de largo. Un verdadero monstruo que, al decir de los lugareños, no era el de mayor tamaño avistado, ya que afirmaban haber encontrado ejemplares de 23 metros, y aún otro que rondaba los 40 metros de longitud. Un prodigio de la naturaleza
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