El terrible vampiro de sacramento
Existen tipos que, de algún modo, encarnan el mal. Este malnacido es uno de ellos. Llegó a ser catalogado como vampiro, pero lo que les hacía a sus víctimas merece una calificación peor.
El vampiro de Sacramento, así bautizó la prensa a Richard Trenton Chase, fue un psicokiller que ingería la sangre y vísceras de sus víctimas y que actuó entre 1977 y 1978 en California.
Había crecido en una familia desestructurada, y tenía claros síntomas de la "Triada MacDonald", una hipótesis médica que determina que unos comportamientos reiterados de niño pueden ser sintomáticos de un futuro asesino, como miccionar en las sábanas después del primer lustro de vida, mostrar tendencia a la violencia con los animales y la piromanía. Durante la preadolescencia Chase mataba animales como entretenimiento.
Conforme cumplió años su camino se fue ahogando en el alcohol y los narcóticos, mientras que unas delirantes crisis alucinatorias se le iban repitiendo cada vez más a menudo hasta acabar en ocasiones en el hospital. Aseguraba que le habían extraído su tronco pulmonar y que su corazón ya no latía.
Tras un tratamiento ineficaz, Chase creyó haber descubierto la fórmula que le sanaría: alimentándose de carne cruda de animales muertos.
Fue diagnosticado esquizofrénico paranoide. Durante el tiempo que permaneció interno en un centro médico fue descubierto en diversas ocasiones con la boca empapada de sangre y lanzando desde las ventanas del edificio los cuerpos sin vida de las aves a las que había succionado su fluido vital. Era apodado con el pseudónimo de Drácula.
Concluido el tratamiento, los responsables de la institución decidieron darle el alta médica, bajo la tutela de sus progenitores. Apenas un año después sería detenido al sorprenderle con las ropas empapadas de sangre proveniente de un barreño que portaba en su vehículo. Analizada la sangre, fue puesto en libertad.
La primera de sus víctimas fue un hombre de 50 años al que asesinó de un disparo mientras entraba a su casa junto a su esposa.
A continuación acabaría con la vida de Teresa Wallin, una mujer embarazada. El asesino accedió a su casa aprovechando un descuido de la mujer. Tras matarla con la pistola, la agredió sexualmente al tiempo que la descuartizaba con un arma blanca, arrancaba varios de sus órganos y bebía su sangre.
El 27 de enero de 1978 acabó con la vida de Evelyn Miroth, sus dos hijos –de seis años y veintidos meses– y Danny Meredith, un amigo que les acompañaba en la vivienda en aquel funesto momento. Un descuido provocó que el asesino fuera sorprendido por una niña que se había citado con Jason, el hijo de Evelyn, mientras que Chase, ensangrentado, huía con el cuerpo del bebé en el vehículo robado de la familia.
Al asaltar la guarida del vampiro de Sacramento, el rostro de los agentes de policía se tornó en la imagen del horror. Un hedor putrefacto emanaba en el interior, las habitaciones exhibían rastros de sangre por las paredes y recipientes con las entrañas de sus víctimas y pedazos desmembrados aparecían desperdigados por la casa.
En 1979 fue procesado por los seis asesinatos y sentenciado a muerte en la cámara de gas sin que su patología mental sirviera como atenuante. Pero a finales de los años ochenta Chase fue hallado muerto en su propia celda tras intoxicarse por una buena dosis de fármacos que se había estado guardando a escondidas.
Mientras estuvo encerrado en la prisión de San Quintín habría recibido amenazas de otros reclusos que prometían matarle si no acababa él mismo con su vida. Los servicios médicos de la institución optaron por trasladarle a Vacaville, instalaciones que mantenían a dementes criminales.
Uno de los psiquiatras que le atendió obtuvo unas insólitas revelaciones, que cuando menos llaman la atención.
Chase le aseguró que disponía de información muy valiosa para el FBI. Insistió en la existencia de OVNIs sobrevolando los cielos nocturnos, y que mantenían un estrecho vínculo con varios accidentes de aviones, además de tener relación con el armamento antiaéreo que las fuerzas iraníes utilizaban contra los americanos.
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