Desvelan el misterio de la ‘sirena’ de Japón
Durante 300 años la momia de una sirena se expone en el Templo de Enjuin, en Japón. Un grupo de científicos ha desvelado sus secretos.
En Japón, concretamente, en el Templo de Enjuin de Asaguchi, en la Prefectura de Okayama se conserva, desde hace tres siglos, un misterioso cuerpo momificado.
Dentro de la caja en la que está depositado había una nota manuscrita en la que se explica que se trata de una sirena atrapada frente a la isla japonesa de Shikoku, en Tosa, durante la era Genbun, esto es, entre los años 1736 y 1741.
Se sabe que la familia Kojima, que residía en la provincia de Bingo-Fukuyama, compró la momia que, posteriormente, pasó a manos de otros propietarios al finalizar la Era Meiji (1868-1912) pero todos ignoran cómo llegó al templo de Enjuin.
La momia de la sirena de Enjuin tiene un aspecto grotesco
La momia de la “sirena” está lejos de la imagen icónica de estas criaturas mitológicas que sedujeron por sus cánticos y su aspecto femenino a una larga lista de navegantes. Su aspecto es grotesco, con el pelo pegado aún en la cabeza, dientes y cinco dedos en las manos, que le cubren parcialmente los lados del rostro. Además, tiene escamas en la espalda. Tan “horrorosa” es que, durante años, se especuló con la posibilidad de que la momia fuera, en realidad, un primate al que se le había pegado una parte de pez.
Hiroshi Kinoshita, miembro de la junta de la Sociedad Folclórica de Okayama, estaba convencido que podía tratarse de un engendro, resultado de haber juntado la parte superior de un orangután, con la parte inferior de un salmón.
El enigma ha sido despejado ahora, cuando un grupo de científicos de la Universidad de Ciencias y Artes de Kurashiki, ha sometido el ejemplar a diferentes pruebas como rayos X, tomografías, análisis de ADN y la ha datado por radiocarbono.
Sucedió el pasado 2 de febrero, cuando el sacerdote principal del templo, Kozen Kuida, sacó de la caja el preciado espécimen, de tan sólo 30 cm. de longitud, para someterlo al examen de la ciencia. Las conclusiones son interesantes.
La “sirena” es en parte un animal modificado. La investigación ha desvelado, por ejemplo, que las escamas de la espalda y que cubren los brazos, los hombros y su cuello son, en realidad, de un pez globo. La mitad inferior está compuesta por una malla de "aletas, dorsal, anal y pélvica, los huesos sostienen las aletas y el esqueleto caudal".
La sirena de Enjuin es un animal modificado por un taxidermista
En la parte superior de la sirena, los investigadores hallaron rastros de tela y papel, con relleno de algodón junto a una sustancia muy similar al yeso; lo que parece indicar que se trata de una obra de taxidermia que se hizo para exportarla a Europa durante el periodo Edo, o para espectáculos en Japón.
Popularmente se creía que era un Amabies, nombre de las sirenas legendarias con tres piernas, cuya presencia es recurrente en la mitología japonesa. Hasta la fecha se conocían tres ejemplares, uno en el monte Koyasan, en la prefectura de Wakayama; otro en la isla Amami-Oshima, en la prefectura de Kagoshima y la del templo de Enjuin, que ahora ha sido analizada, poniendo punto final a un misterio de tres siglos.
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