Profecías de los círculos de las cosechas
Gracias a los avances tecnológicos a nuestro alcance, hemos podido desmitificar algunos de los caballos de batalla que atormentaban a los investigadores de los fenómenos antes inexplicables. Pero, ¿qué me dirían si precisamente esas técnicas avalaran la autenticidad de algunos círculos de las cosechas, donde aparecen predicciones claras sobre eventos astronómicos y científicos imposibles de predecir? ¿Sería factible que la inteligencia que está detrás del fenómeno estuviese intentando comunicarse a través de las matemáticas antes de que ocurriesen eventos significativos?
Empezaremos exponiendo uno de los casos más recientes a propósito de estas supuestas predicciones. Ocurrido el 16 de julio de 2014 en Forest Hill, Marlborough (Inglaterra), consistió en una espectacular figura de 90 metros de diámetro, con una serie de puntos de diferentes tamaños que causaban el efecto de una espiral áurea. Lo curioso es que esta espiral era muy similar al emblema de la conocida agencia de noticias Reuters, que justo al día siguiente informaría del atentado contra el avión MH-17 de la compañía Malaysia Airlines estrellado en Ucrania.
Pero la similitud formal del crop circle con el logotipo de Reuters no era el único dato digno de mención. Al observar con más detenimiento las nueve líneas de puntos contenidas en el diseño, contabilizando los puntos de cada línea desde fuera hacia dentro, surge el siguiente patrón: 13-14-15-15-15-15-16-16-16. Pues bien, anotando la secuencia lógica de esta serie, los siguientes dígitos habrían sido 17-17, curiosamente, las dos cifras involucradas en el mencionado accidente: MH-17 y 17 de julio. Es más, si nos fijamos, hay otro detalle llamativo. El avión MH-17 era un Boeing modelo 777 y, si consultamos cómo son los motores de ese tipo de aviones, también descubrimos que tienen un peculiar dibujo de fábrica donde aparece una espiral tridimensional, muy similar al diseño del crop circle de Forest Hill. Además, dentro de los códigos existe otra interesante característica: si lo estudiamos por alturas y distancias, hay 36 divisiones de 10 grados, simbología muy usada en radares militares de captación de objetos aéreos. Todo esto, insistimos, sólo un día antes de la catástrofe que se cobró la vida de 298 personas sobre Grábovo (Ucrania.)
COINCIDENCIAS ASOMBROSAS
Curiosamente, siguiendo con la casuística de accidentes aéreos, no es la primera vez que alguien advierte de la relación entre un círculo de las cosechas y la compañía Malaysia Airlines. Si recordamos los diseños surgidos en East Field en 2005 y 2009, y en Alton Priors en 2008, todos ellos se nos antojan sospechosamente parecidos al emblema de esta aerolínea, cuyo historial se vio recientemente ensombrecido por dos terribles siniestros, acaecidos con muy pocos meses de diferencia. Pero si evaluamos en profundidad los glifos correspondientes a los citados diseños, podemos observar diferentes capas o niveles de información.
El más interesante de ellos, el de 2009, expone una serie patrones que a día de hoy aún no han sido descifrados, aunque el experto australiano Horace R. Drew declaró en 2010 haber encontrado ciertas alineaciones de puntos en las que creyó ver similitudes con algunas constelaciones del planisferio celeste. En cualquier caso, estas semejanzas parecen adaptarse mejor a diagramas eléctricos o al diseño de los saltos de electrones. No obstante, insistimos, nadie hasta la fecha ha logrado decodificar el mensaje y, tampoco, ningún grupo de circlemakers se ha atrevido a atribuirse tal hazaña. Pero, ¿quién o qué dibujaría en aislados campos de cultivo el emblema de una aerolínea vinculándola con jeroglíficos indescifrables?
JEROGlÍFICOS Y FERROFLUIDOS
Se pensaba que estos complejos símbolos eran algo único en la evolución del fenómeno y, sin embargo, aquellos jeroglíficos volvieron a aparecer. Sin movernos de la histórica temporada de 2009, disponemos de otra interesantísima figura surgida en las cercanías de Milk Hill y que pareció haber ido organizándose por etapas, exactamente desde el 21 hasta el 29 de junio de aquel año. En dicha formación, muchos adivinaron la presencia de un sextante un instrumento de navegación ya en desuso que servía para medir la posición de los astros respecto del horizonte y una serie de planetas tal y como se verían desde la Tierra un siete de julio (Continúa en AÑO/CERO 292).
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