Creencias
25/01/2010 (11:10 CET)
Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)
LOS GUARDIANES DEL FUEGO
Isabela Herranz¿Hasta qué punto ha sido el hallazgo del fuego determinante para la evolución humana? Mientras los antropólogos argumentan al respecto, la forma en que los humanos descubrieron este proceso sigue envuelta en leyendas relativas a héroes benefactores y magos capaces de dominarlo con sus artes mágicas. Por otra parte, mediante ciertas técnicas psico-fisiológicas, algunos especialistas del alma han logrado transmutar el fuego interno y alcanzar la iluminación.
La habilidad para manipular el fuego, como el lenguaje y el empleo de herramientas, es un logro humano universal. De hecho, no se tiene noticia de sociedad alguna que viviera sin él en tiempos históricos. Por otro lado, la destreza para utilizarlo es también exclusivamente humana: sólo los humanos hemos aprendido a hacerlo. Además, su control ha desempeñado un papel más importante en la historia humana y la evolución social de lo que normalmente se reconoce», explica el sociólogo holandés Johan Goudsblom, autor de Fire and Civilization (Fuego y civilización), libro fundamental dedicado al estudio de los sistemas socioecológicos que han marcado a la humanidad.
Goudsblom está en lo cierto. La habilidad para controlar el fuego se convirtió en un elemento civilizador, acaso el primero. Descubrimientos recientes realizados en el sitio arqueológico de Gesher Benot Ya'aqov, en el valle de Hula, al norte de Israel, han confirmado que la capacidad para hacer fuego fue determinante entre los homínidos.
En efecto, excavaciones en el lugar efectuadas a finales de 2008 mostraron que los proto-humanos dominaron el fuego hace 790.000 años: «Los nuevos datos son excepcionales porque mantienen las pruebas de uso del fuego a través de una secuencia ocupacional muy larga. Esta continuidad sugiere que estos primeros humanos no se vieron obligados a recoger el fuego de deflagraciones naturales, sino que eran capaces de producirlo a voluntad», ha explicado la arqueóloga Nira Alperson-Afil, de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Goudsblom está en lo cierto. La habilidad para controlar el fuego se convirtió en un elemento civilizador, acaso el primero. Descubrimientos recientes realizados en el sitio arqueológico de Gesher Benot Ya'aqov, en el valle de Hula, al norte de Israel, han confirmado que la capacidad para hacer fuego fue determinante entre los homínidos.
En efecto, excavaciones en el lugar efectuadas a finales de 2008 mostraron que los proto-humanos dominaron el fuego hace 790.000 años: «Los nuevos datos son excepcionales porque mantienen las pruebas de uso del fuego a través de una secuencia ocupacional muy larga. Esta continuidad sugiere que estos primeros humanos no se vieron obligados a recoger el fuego de deflagraciones naturales, sino que eran capaces de producirlo a voluntad», ha explicado la arqueóloga Nira Alperson-Afil, de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
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