Una estatua provoca huracanes, según los mexicanos
Dicen que Chaac, el dios maya de la lluvia, está enojado porque se colocó en su territorio una estatua de Poseidón, el dios griego de los mares. Por eso los huracanes azotan México según la superstición.
Después de que México fuera azotado por una profunda sequía en la primera mitad de 2024 (desapareciendo lagos, cascadas y ríos emblemáticos del país), la caída de las primeras lluvias del verano alivió a sus habitantes. Tradicionalmente se dice en el centro de México que el dios mesoamericano del agua Tláloc, no podía dejar indefensos a los mexicanos. Por eso mientras los pueblos indígenas le agradecen, en las grandes urbes se crean memes al respecto. El problema surgió en la península de Yucatán cuando las inundaciones atacaron varios poblados.
En el puerto de Progreso en el estado de Yucatán, por petición del alcalde Julián Zacarías Curi, se colocó a finales de mayo una estatua de fibra de vidrio del dios Poseidón. Esta obra (para muchos, no muy agraciada y digna de publicidad de un gimnasio) fue realizada por el soldador industrial Chapa Balam Díaz y colocada a orillas de la costa con el fin de atraer turismo.
Tras el paso de la tormenta tropical Alberto a finales de junio que derivó en inundaciones, en la red Tik Tok se hizo la burla de que el dios maya Chaac estaba enojado. Pero la burla se tomó con seriedad al anunciarse la formación del huracán Beryl con amenaza de tocar tierras mexicanas entrando por la península de Yucatán en los próximos días.
Entre burla y seriedad, se creó un evento en la red Facebook para destruir la estatua de Poseidón con el fin de aplacar a Chaac el próximo lunes 15 de julio. El evento se viralizó hasta alcanzar 30mil interesados, pero desapareció de la red fomentando la creación de otros. La alcaldía por su parte no se ha pronunciado al respecto.
Lo cierto es que en la zona maya, la estatua sí provocó incomodidad por la profunda ignorancia de las costumbres indígenas por parte de las autoridades. Toda la zona costera conserva ritos dedicados al dios Chaac que, de acuerdo al mito, fue hermano del sol pero al cometer adulterio con la esposa de este, llora arrepentido provocando la lluvia.
Para atraer la lluvia, los agricultores realizan la ceremonia del Cha-chaac en donde se le ofrendan guisos de gallina, jabalí y venado cocinados por mujeres, mientras los hombres hacen las tortillas y beben una bebida alucinógena creada con néctar de corteza de balché. Se cree que vive en los cenotes y golpea las nubes con un hacha provocando los truenos. Por eso en la ceremonia, mientras el sacerdote inunda el altar con incienso, los niños deben golpear con varas el suelo simulando truenos e imitando el canto de las ranas con su voz.
A Chaac no le gusta la sangre, por eso las mujeres no participan en la ceremonia debido al ciclo menstrual. De hecho el arqueólogo Guillermo de Anda, asegura que por eso y por el gusto que los dioses tenían por las cosas pequeñas, la mayoría de huesos extraídos del cenote sagrado de Chichén Itzá pertenecen a niños de 3 a 11 años que antiguamente eran sacrificados en su honor. Muy contrario a la creencia de que doncellas vírgenes eran arrojadas en sacrificio.
Muchos indígenas creen que Chaac fue insultado al colocar la estatua de Peseidón
Otra teoría académica asegura que Chaac no es una deidad sino un conjunto de gigantes poderosos habitantes de los extremos del plano que controlaban el agua. Alguna relación guardan con las misteriosas estatuas Chac Mool encontradas en las culturas prehispánicas de todo el país y que sirvieron de inspiración al cuento fantástico de terror de Carlos Fuente de 1954, en donde una de las estatuas cobra vida.
Lo que para algunos es tomado a broma, para otros es asunto serio, pues en efecto se cree que Chaac fue insultado al colocar la estatua. Mientras en la mitología griega, Poseidón altera o calma los mares para las embarcaciones, en el mundo maya Chaac todavía es venerado y su control sobre el agua lo mismo puede provocar los más tormentosos huracanes que las más intensas sequías. De ahí que se insista en retirar la estatua antes de la llegada del huracán.
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