Encuentran el altar donde se posó el Arca de la Alianza
El Dr. Zvi Lederman y su colega Shlomo Bunimovitz han hecho público un sensacional descubrimiento que fusiona la narrativa bíblica con la arqueología.
Se trata de un ara, de una mesa con forma de dolmen, de 3.100 años de antigüedad que se ha encontrado en el antiguo asentamiento de Beth Shemesh, a unos 20 kilómetros al oeste de Jerusalén. Este yacimiento es objeto de excavaciones desde 2012.
Lederman y Bunimovitz creen que este altar que descansa sobre dos rocas más pequeñas sostuvo la mítica Arca de la Alianza después de que los filisteos se la devolvieron a los judíos. Según reza en Samuel 6: 13-15:
“13 Y los de Bet-semes segaban el trigo en el valle; y alzando los ojos vieron el arca, y se regocijaron cuando la vieron.
14 Y el carro [enviado por los filisteos] vino al campo de Josué de Bet-semes, y paró allí donde había una gran piedra; y ellos cortaron la madera del carro, y ofrecieron las vacas en holocausto a Yaveh.
15 Y los levitas [custodios del arca] bajaron el arca de Yaveh, y la caja que estaba junto a ella, en la cual estaban las joyas de oro, y las pusieron sobre aquella gran piedra; y los hombres de Bet-semes sacrificaron holocaustos y dedicaron sacrificios a Yaveh en aquel día.”
Los arqueólogos de la Universidad de Tel Aviv basan sus hipótesis en que la construcción ahora excavada estaba aislada de las áreas residenciales y tenía paredes más resistentes. La planta del mismo revela que era un cuadrado perfecto de 8,5 metros de largo y esquinas orientadas a los puntos cardinales. El recinto, además, contiene dos grandes piedras cóncavas con canales que los especialistas han relacionado con ofrendas de libación, así como una gran variedad de cerámica y huesos de animales, que indican una cierta actividad ritual. No era una vivienda… sino un templo.
El hallazgo retrasa en varios siglos la aparición del Arca de la Alianza
Los arqueólogos relacionaron la curiosa piedra con una massebah caída, es decir, una losa vertical asociada asociado con la adoración o la actividad conmemorativa, “pero pronto nos dimos cuenta de que estaba destinado a ser una mesa“ – añadió Lederman en declaraciones a The Jerusalem Post. También la localización del yacimiento coincide con el escenario descrito en la Biblia, a sólo 7 Kilómetros de Tel Batash, un asentamiento filisteo y, tal como indican los especialistas, la estructura parece haber sido profanada en la guerra entre las naciones.
Según la Biblia, tras ser devuelta por los filisteos, el Arca de la Alianza permaneció siete años en Beth Shemesh hasta que Salomón la colocó en el Sancta Sanctorum del Templo de los Judíos. El arqueólogo de la Universidad de Tel Aviv, Israel Finkelstein, afirma que la historia del arca fue editada en Jerusalén y compilada en la Biblia probablemente a fines del siglo VII a. C. en un formato que reflejaba las reformas religiosas llevadas a cabo bajo por el rey Josías. En consecuencia, el hallazgo retrasa en varios siglos la aparición de la reliquia, es decir, que sería mucho más antigua.
Este monarca judaíta estaba decidido a erradicar la adoración de todas las deidades que no fueran Yaveh y centralizó la adoración de Dios en el Templo de Jerusalén. La historia del arca que se instaló sin éxito en diferentes lugares, en Shiloh, Beth Shemesh, etc., probablemente refleja el deseo de los escribas de Jerusalén de establecer la primacía de su ciudad (y templo) sobre todos los otros lugares sagrados.
Bunimovitz insiste que la Biblia “no es un documento histórico, sino ideológico“, y aladió que “en cada narrativa ideológica, si quieres que se crea y se acepte, debes insertar algunos elementos reales“. ¿Fue el altar del Arca de la Alianza uno de ellos?
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