Creencias
20/06/2018 (13:42 CET) Actualizado: 08/03/2019 (13:04 CET)

Desvelan cómo es la cara de Dios

¿Cómo te imaginas a Dios? Ahora un estudio científico le ha puesto cara. Y no tiene nada que ver con lo que hasta ahora nos habíamos figurado. Sergio Basi.

20/06/2018 (13:42 CET) Actualizado: 08/03/2019 (13:04 CET)
Desvelan cómo es la cara de Dios
Desvelan cómo es la cara de Dios

Observa la foto con la que abrimos el presente artículo. ¿No es así como el imaginario colectivo se ha enfrentado siempre a una posible imagen de Dios? Desde los inicios del cristianismo la imagen de Dios ha consistido en representar a un hombre imponente, con barba frondosa y rostro de persona rigurosa, así nos lo muestran cientos de obras de arte como la representación de la Creación de Adán en la Capilla Sixtina de Miguel Ángel entre muchas otras grandes obras de la pintura, la literatura o el cine.

De hecho, pretender concebir una imagen de Dios es en sí mismo algo imposible pues aquello que se define como eterno e infinito no puede ser asimilado por una palabra que lo conceptualice o una representación gráfica que lo ilustre. El cristianismo, en el momento en que reconoce Dios se hace hombre, inicia uno de los misterios más grandes e incomprensibles de la espiritualidad: Dios, lo infinito, se vuelve finito al hacerse hombre (Jesús). 

Entre este último hecho y la idea de que el ser humano tiende a proyectar su ego sobre todo lo demás, no es difícil que se dé un imaginario tan antropomorfo a la hora de hablar de Dios, y es que, al fin y al cabo, como se reza en el Génesis, "a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza". Entonces, ¿nosotros nos parecemos a Dios (espiritualmente) o Dios se parece a nosotros? Vaya lío. 

Recientemente ha sido publicado un estudio que parece hablar de la imagen de Dios. Investigadores de la Universidad de Carolina del Norte tuvieron la determinación de construir una imagen "real" de Dios. La conclusión del experimento se puede ver en la imagen que tenemos a continuación: Dios es joven, con facciones delicadas, de tez morena y nada parecido al que imaginábamos. 

Pero este resultado tan sólo tiene un carácter real dentro de los márgenes de acción de la investigación. Esos márgenes se reducen a 511 cristianos estadounidenses a los que se les pidió una descripción de la imagen que tenían de Dios. A lo largo de este estudio también se les mostraba a los participantes un montón de rostros de entre los cuales debían escoger el que más se asemejaba a su idea de la deidad. 

Así, el resultado del experimento confirma lo que anteriormente hemos sugerido: la gente proyectaba parte de sí misma en la imagen de Dios, así que no sólo lo hacemos antropomorfo como género sino que además lo adecuamos a los rasgos personales que cada persona tenemos. 

Más allá de una cuestión de ego desmedido, el estudio demuestra que la imagen de Dios de cada persona depende de creencias, ideas políticas o incluso el grupo demográfico al que cada individuo pertenece. Por ejemplo, las personas mayores imaginaron a Dios con más años y algo más oscuro de lo que habitualmente se ha representado; los más conservadores lo imaginaron una persona más poderosa que los liberales, los cuales lo veían amoroso y dulce, etc.

Algo interesante que podemos comprobar de este estudio es el hecho de que la deidad sea vista como un ente masculino, lo cual habla de que todavía vivimos en una sociedad eminentemente patriarcal aunque los rasgos ultramasculinos y barbudos que se hacían al dibujar a Dios en el pasado han desaparecido considerablemente para dar paso a una imagen de Dios algo más andrógina y menos racista. Así, se puede ver una evolución en nuestra concepción de la dividad del pasado a hoy. 

Y tú, ¿cómo te imaginas a Dios? Mira en el siguiente vídeo cómo lo ven unos niños:

 

 

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