Trump, el Arca de la alianza y la 'Guerra espiritual'
En 2019, Trump acordó con el gobierno de Israel que le prestarían piezas sagradas para exhibirlas en la Casa Blanca pero misteriosamente aparecieron en su residencia en Mar-a-Lago
Cinco años. Ése es el tiempo que Estados Unidos ha tardado en devolver a la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI) una serie de objetos sagrados prestados para la celebración de la Janucá en la Casa Blanca durante el primer mandato de Donald Trump.
La festividad judía de la Janucá, simboliza la victoria de la luz sobre la oscuridad. Se celebra entre el 25 de diciembre y el 2 de enero encendiendo lámparas de aceite que conmemoran la llama que quedó encendida en el Templo de Jerusalén durante 8 días, cuando los judíos restablecieron el culto tras expulsar a los seléucidas en el año 160 a.C.
En diciembre de 2019, con la aprobación Israel Hasson, a la sazón director de la AAI, fueron enviados a Washington DC una serie de objetos sagrados que formaban parte de los tesoros nacionales de Israel. La pandemia hizo que los artefactos quedaran «atrapados» en Estados Unidos. Los funcionarios de la administración Trump no querían correr el riesgo de utilizar los canales de envío regulares para devolver los tesoros a Israel. Hasta aquí todo parece «lógico». Y entrecomillo lo de «lógico» porque en julio de 2023, tres años y medio después de la cesión de las piezas, el diario Haaretz informaba que las antigüedades fueron localizadas en la propiedad de Donald Trump en Mar-a-Lago, Florida. ¿Cómo llegaron hasta allí?
Lo más llamativo es que, junto a las piezas cedidas por Israel, fundamentalmente antiguos candelabros de cerámica, había una réplica del arca de la alianza, fabricada en Estados Unidos de acuerdo a las especificaciones de la Torá. A través de las redes sociales se viralizó una fotografía de James O'Keefe frente al mítico objeto de poder. O'Keefe, por cierto, es el fundador del Project Veritas, un grupo activista de extrema derecha que utiliza videos editados engañosamente para atacar a las organizaciones, medios y grupos progresistas. ¿Qué hacía una réplica del «arca de la alianza» en la residencia de Trump en Palm Beach?
Lo aclaró otra activista de extrema derecha, Laura Loomer que es, además, una personalidad de Internet y teórica de la conspiración:
«Fue presentada en una cena privada en Mar a Lago con unas 20 personas. Lo sé, porque fui una de las personas invitadas y presentes en la cena, que estaba muy centrada en los temas de la guerra espiritual y el judaísmo» -escribió desde su cuenta en X.
No he didn’t. The Ark was made by a supporter. It was unveiled at a private dinner at Mar a Lago with about 20 people.
— Laura Loomer (@LauraLoomer) January 28, 2024
I know, because I was one of the people who was invited and in attendance at the dinner which was very focused on the topics of spiritual warfare and Judaism. pic.twitter.com/yyirRcoKgU
¿A qué se refería la candidata republicana por Florida cuando habla de temas centrados en «Guerra espiritual y judaísmo»? ¿Cómo llegó el Arca de la Alianza a la residencia de Trump en Mar-a-Lago?
La réplica del arca de la alianza fue trasladada a Israel en octubre de 2024. Durante el evento de bienvenida a este objeto de poder, que tuvo lugar en el Hotell Rey David de Jerusalén y en el que participaron activistas, políticos y militares y miembros de la Knéset (el órgano que ostenta el poder legislativo del Estado de Israel), Ohad Tal, político del Mafdal (Partido Religioso Nacional-Sionismo Religioso) se refirió a la «guerra espiritual». Dijo que el pueblo judío «no lucha sólo contra Hamás, no sólo para restablecer la seguridad en Gaza o en la frontera norte del Líbano o contra Irán (...) Estamos luchando para devolver al mundo la unidad que representan el Arca, el Templo y Jerusalén». También se dijo en el evento que la réplica del arca podría estar proporcionando cierta ayuda militar simbólica.
«Existe una conexión muy profunda, créalo o no, entre los filisteos y el Arca», añadió Simcha Rothman, miembro del Knésset y presidente de su Comité de Constitución, Derecho y Justicia de Israel. Por esa razón, a los responsables del proyecto, les gustaría llevarla a varios campamentos militares. «La idea original -según recoje Israel Today- era traerla físicamente a Gaza, pero nos estamos encontrando con algunos problemas administrativos».
Estamos luchando para devolver al mundo la unidad que representan el Arca, el Templo y Jerusalén -dijo un político de la Knéset
A la franja de Gaza, que sepamos, no ha sido trasladada aún pero, cuando esta réplica del arca de la alianza llegó a territorio israelí, fue «colocada» en todos los lugares donde estuvo la original. Visitó Silo, que sirvió de capital a los judíos y donde se erigió el Tabernáculo, antes del Primer Templo. También se detuvo en Jericó, la primera ciudad israelí habitada por judíos después del Éxodo bíblico de Egipto e incluso se subió a la azotea del hotel, desde donde es visible el Muro de las Lamentaciones, para que «viera» lo que queda del templo de los judíos.
La pregunta es: ¿Qué pinta Donald Trump con semejantes fanáticos? ¿Está al corriente de estos planes? ¿Por qué celebró una fiesta judía en la Casa Blanca?
El Tercer Templo de Jerusalén
Cuando Trump ganó por primera vez las elecciones presidenciales en 2016, una organización llamada Sanedrín, que tiene entre sus objetivos renovar el glorioso Gran Atrio del mismo nombre del último reino judío, pidió al presidente electo de Estados Unidos y, también, al presidente ruso, Vladimir Putin, que unieran sus fuerzas para respaldar la reconstrucción del Tercer Templo en Jerusalén.
Uno de los impulsores del «nuevo» Sanedrín, el Rabino Hillel Weiss, señaló entonces que «las condiciones políticas, en las que los dos líderes nacionales más importantes del mundo apoyan el derecho judío a Jerusalén como su herencia espiritual, no tienen precedentes históricos». Weiss también trabajó activamente para que América del Sur tuviera su protagonismo en la construcción del Tercer Templo y, en 2018, organizó el evento Concierto de la Creación, donde representantes de Guatemala, Honduras y México firmaron una declaración con la intención de desempeñar su papel profético en Israel. Los dos primeros, además, se alinearon con Washington en reconocer a Jerusalén como capital de Israel.
Llámalo casualidad pero también, durante su visita al Muro de las Lamentaciones, el entonces presidente de Brasil, Jair Bolsonaro expresó claramente su apoyo a la soberanía israelí de Jerusalén y expresó su apoyo a la construcción del Tercer Templo en la ciudad a la que consideró «capital eterna e indivisible de Israel».
Visto retrospectivamente, entonces, no parece casual que, durante el primer mandato de Trump, Estados Unidos trasladara su embajada a Jerusalén o que se comprometiera a reconocer la Ciudad Santa como capital de Israel. Digamos que el Sandedrín supo jugar muy bien sus cartas. Hasta la nueva terminal de trenes, entre tel-Aviv y Jerusalén lleva el nombre de Donald Trump, como reconocimiento de su decisión de trasladar la Embajada de Estados Unidos a la Ciudad Santa. Ahora: ¿Qué obtenía Trump a cambio de su apoyo incondicional? En seguida abordaré esta cuestión pero antes conviene hacer referencia al «deseo expreso de Putin de reconstruir el Templo». Esta declaración está basada en una anécdota vivida por el presidente de Rusia durante su visita nocturna al Kotel, en 2012, en su tercera visita oficial.
De nuevo Weiss jugó sus cartas y, en nombre del Sanedrín, escribió una carta a ambos mandatarios en la que se les proponía actuar conjuntamente, «como lo hizo el rey Ciro de Persia 2.500 años atrás, para reconocer la importancia de Israel y del Sagrado Templo» -se leía en la misiva. Insisto: ¿A cambio de qué?
🚨 IMPRESIONANTE🚨
— DAN (@GordoDan_) July 14, 2024
La bala que rozó a Trump ayer fue disparada exactamente a las 6:11 hs local.
Efesios 6:11 habla de LA ARMADURA DE DIOS
“Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre… pic.twitter.com/VWN5yE5qtB
Que Trump saliera indemne de los dos atentados que sufrió durante la campaña o la victoria misma de Trump en las elecciones, es atribuido a una suerte de «protección» espiritual por parte de ciertos sectores evangélicos y supremacistas blancos de que es una suerte de Elegido, el único capaz de luchar contra Satanás. Pero si, como dice el profesor emérito de Derecho, Richard K. Sherwin, en un interesante artículo, «si usted mira y piensa desde fuera del código hermenéutico del fundamentalismo cristiano, es natural que Trump le parezca un hombre despiadado, totalmente egoísta, decidido a maximizar poder, riqueza y placeres carnales»... Como el Anticristo, que es como lo calificó el cantautor y activista panameño Rubén Blades. A sus 76 años, Blades cuestionó la moralidad de Trump, señalando su condena por abuso sexual y su falta de espiritualidad genuina, a pesar de autoproclamarse defensor de Dios y la religión.
Ésto, unido a su alianza con el sionismo respaldando la construcción del Tercer Templo de los judíos en el emplazamiento donde ahora se erige el tercer lugar más sagrado del islam, no presagia nada bueno. Suma a esto la misteriosa cena con objetos rituales judíos en Mar-a-Lago y tenemos un coctel explosivo que convierte a Trump, en una suerte de Anticristo que encaja con las profecías de su llegada. Pero no todo es culpa de Trump.
La Janucá se celebra en la Casa Blanca desde 2001, cuando George Bush inauguró la tradición para paliar las tensiones religiosas posteriores al 11 de septiembre y se convirtió en el primer presidente de los Estados Unidos en encender la Menorá o candelabro de siete brazos.
Es cierto que antes, Bill Clinton recibió en el despacho oval a un grupo de niños que encendieron velas en 1993 y que Barack Obama continuó con la tradición durante su mandato, por eso a nivel popular se dice que es una fiesta «demócrata» pero Donald Trump organizó dos fiestas en Janucá, en 2018 y 2019. En la última, la Autoridad de Antigüedades de Israel cedió unos candelabros de cerámica procedentes de los territorios ocupados de Cisjordania que, a causa del COVID 19, se quedaron en Estados Unidos. Según supo el diario The Guardian, Israel le pidió a Saul Fox, un importante donante judío estadounidense que asistió a la celebración de Janucá en la Casa Blanca, que cuidara los artículos hasta que pudieran ser devueltos de manera segura pero, de forma «inexplicable», fueron a parar a la residencia de Trump en Mar-a-Lago, donde también estaba la réplica del arca de la alianza. Curioso ¿verdad? ¿Acaso fueron empleados para realizar algún ritual?
Resulta llamativo comprobar como la mansión y club privado de Mar-a-Lago, terminó convirtiéndose en 2024 en el centro del poder mundial donde Trump recompuso la política exterior de Estados Unidos en lo que llamó Conferencia Política de Acción Conservadora con el presidente argentino Javier Milei como uno de sus ejes en América Latina y otro en el empresario Elon Musk. Recordemos que Milei ha dado un fuerte giro a la política exterior argentina y ha expresado un alineamiento incondicional con Estados Unidos e Israel.
Milei, por cierto, también se posicionó a favor de la construcción del Tercer Templo de los judíos durante su visita a Israel.
@neomarinero Javier Milei pidió por la "reconstrucción del Tercer Templo de Jerusalén", durante su visita en Jerusalén. Eso implicaría la destrucción de la Mezquita de Al-Aqsa, uno de los lugares más sagrados para los musulmanes.
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La réplica del arca de la alianza, destinada a ocupar el Santa Sanctorum del Tercer Templo ha sido elaborada en oro de 23 kilates y madera de acacia egipcia. Pesa 40 kilos y está ensamblada sin tornillos ni clavos, como marcan las Sagradas Escrituras. En sus cuatro caras, se muestran las etapas bíblicas del Éxodo de Egipto: la profecía de Moisés en la zarza ardiente, la apertura de las aguas del Mar Rojo, las nubes y la columna de fuego que protegieron y guiaron a los judíos en el desierto y la entrega de los Diez Mandamientos en el Monte Sinaí.
Durante su presentación en Israel se exhibió con una Torá procedente de Tesalónica, Grecia, que sobrevivió al Holocausto. Los ortodoxos judíos siguen trabajando para la construcción del Tercer Templo como paso previo a la llegada de su Mesías.
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