Peligra la acción climática de la Agenda 2030
Cuatro gigantes financieros abandonan la Agenda 2030 por creer que las iniciativas climáticas han ido demasiado lejos
Peligra uno de los grandes ejes de la Agenda 2030: la lucha contra el cambio climático. Cuatro gigantes financieros estadounidenses han abandonado o reducido su vinculación con Climate Action 100+, una iniciativa fundada en 2017 con el objetivo de unir a los principales fondos de inversión del sector privado, a nivel mundial, para garantizar que las empresas que liberan una mayor cantidad de gases de efecto invernadero tomen las medidas necesarias sobre el cambio climático.
State Street, junto a JPMorgan, BlackRock y Pimco, cuatro gigantes financieros estadounidenses que suman billones de dólares en activos en todo el mundo, han abandonado o reducido su vinculación con el séptimo ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) de la Agenda 2030.
JP Morgan Chase anunció su salida del grupo inversor a través de un comunicado oficial, mientras que BlackRock y State Street expresaron su preocupación por considerar que las iniciativas climáticas de la alianza han ido demasiado lejos.
Parece que la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos (la SEC) “están cediendo ante los negacionistas del clima” –señala un cargo Demócrata.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible ha sido objeto de debate en los últimos años, generando en las redes desinformación y todo tipo de bulos que tratan de convencer de que las élites mundiales tienen un plan oculto para implantar a través de las diecisiete ODS un Nuevo Orden Mundial, una suerte de dictadura global, que sirva a sus intereses.
Intentar demostrar que los ODS responden a una manipulación política “globalista” ha estado en la base de la mayor parte de los ataques.
Los fundamentos de la teoría de la conspiración del Nuevo Orden Mundial se remontan a mediados del siglo XX, pero ahora se ha reinventado para centrar sus esfuerzos en desinformar y generar confusión sobre el cambio climático.
Se resta importancia a las olas de calor, a las sequías y las inundaciones con todo tipo de recursos: desde fotos antiguas que muestran termómetros marcando más de 50º (sin citar que están a pleno sol), a imágenes que muestran el mismo nivel de las aguas con diferencia de cien años. Se argumenta que “en verano siempre hace calor”, que “siempre ha habido gotas frías” y que el “clima siempre ha cambiado”.
“En muchos casos se trata de confundir con verdades obvias como que ‘el CO2 es necesario para la vida de las plantas’, omitiendo que es el exceso de este gas lo que provoca el efecto invernadero” –cita la fundación We Are Water.
Desde los sectores de la conspiración antiglobalista, se dice que la lucha contra el cambio climático es una excusa inventada para reducir la libertad de las personas, por el hecho de que no todos podrán asumir el cambio a vehículos no contaminantes.
El objetivo Acción por el clima (ODS 13) está en la diana de los sectores políticos de extrema derecha, quienes han negado siempre que el calentamiento global sea una consecuencia de la acción humana, de la industrialización, por intereses políticos y económicos.
La decisión de JP Morgan Chase y BlackRock de abandonar la alianza climática de Naciones Unidas pone en evidencia las tensiones entre los intereses financieros y la lucha contra el cambio climático.
Según explica El País, el presidente del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, Jim Jordan, y otros dos republicanos más enviaron cartas a los directivos de State Street, BlackRock y Vanguard, pidiéndoles explicaciones sobre sus prácticas en materia medioambiental, social y de gobernanza (ESG). En las misivas, los congresistas sugerían que las entidades estaban violando la legislación antimonopolio estadounidense al coordinarse y celebrar acuerdos colusorios para “descarbonizar” los activos gestionados y reducir las emisiones a cero neto.
Y flaquearon a esa presión política. La retirada de los gigantes financieros no supone –como se trata de vender desde la teoría de la conspiración- que las compañías renieguen de la lucha contra el cambio climático, pero sí que se desmarcan en su actuación de las directrices que marque Climate Action 100+.
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