Neuromarketing: así nos lavan el cerebro
Gracias al enorme desarrollo de las ciencias que estudian el cerebro humano, en la actualidad se sabe que empleamos unos dos segundos y medio en decidir si compramos o no un producto, proceso que tiene lugar en nuestro inconsciente.
. Tomando como base esta circunstancia, en los últimos años se han desarrollado una serie de técnicas, conocidas como neuromarketing, que emplean los más modernos desarrollos tecnológicos con el fin de dirigir nuestros pensamientos e ideología, además de empujarnos a un consumismo desenfrenado
La publicidad data de los orígenes de la civilización. De hecho, en unas antiguas tablillas babilónicas se hallaron inscripciones comerciales en relación a una serie de ungüentos.
Ahora bien, el nacimiento de la imprenta supuso un desarrollo sin precedentes de las técnicas de venta, que sufrieron un impulso definitivo con la Revolución Industrial que dio comienzo a mediados del siglo XVIII. Unas décadas más tarde hacen su aparición las primeras agencias de publicidad, que alcanzan un enorme poder y notoriedad a principios del siglo XX. En la actualidad, estas empresas son las encargadas de gestionar la apetecible «tarta publicitaria» en prensa radio y televisión, además de encargarse, por regla general, del aspecto creativo. Se trata, sin duda, de un sector en auge donde se dirimen contratos multimillonarios.
Sin embargo, en los últimos años el modelo publicitario tradicional ha entrado en crisis. La sobreexposición del público a los anuncios, el enorme número de impactos propagandísticos que recibimos cada día y la altísima competencia por captar la atención del consumidor, han provocado una innegable pérdida de capacidad de persuasión de la publicidad. Indudablemente, la industria no puede sostenerse sin obtener beneficios, de modo que las grandes agencias, en vista del agotamiento de las técnicas clásicas de marketing, se han centrado en nuevas tecnologías y herramientas para seguir haciendo lo mismo: vendernos cosas que no necesitamos En este punto conviene aclarar algo: la publicidad consiste en lograr que adquiramos bienes que no son prioritarios, porque aquellos productos verdaderamente necesarios no precisan de tal bombardeo mediático.
PENETRANDO EN NUESTRO INCONSCIENTE
Supuestamente, las empresas emplean las técnicas de marketing con el fin de conocer a los consumidores para identificar sus necesidades y deseos y, de este modo, adaptarse mejor a las exigencias del mercado que la competencia. La clave de este proceso, como decimos, está sin duda en averiguar todo lo posible sobre los compradores potenciales del producto que pretendemos vender. El problema es que ya Sigmund Freud descubrió que buena parte de las decisiones que tomamos las personas no son conscientes, de modo que conocernos es algo más complicado que preguntarnos directamente cuáles son nuestros gustos.
Uno de los expertos que más estudiaron el poder de la irracionalidad en la toma de decisiones fue Edward Bernays, curiosamente sobrino de Freud. Bernays está considerado el padre de las relaciones públicas. En 1923 escribió Cristalizando la opinión pública, libro en el que ahonda en el enorme poder de la llamada opinión pública, y en cómo ésta puede influir tanto en el éxito como en el fracaso de ciertas instituciones (Continúa en AÑO/CERO 283).
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