Conspiraciones
22/04/2013 (08:38 CET)
Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)
MATERIA RESERVADA: LOS SECRETOS DE FÁTIMA Y LA CIA
Miguel PedreroNi el más imaginativo de los novelistas sería capaz de hilvanar un argumento como el que se oculta tras el intento de asesinato contra Juan Pablo II. Oscuras intrigas de espionaje internacional, mensajes celestiales, crímenes y conspiraciones políticas se entrecruzan en una trama cuyo telón de fondo es el acuerdo secreto al que llegaron el Pontífice y la CIA, con el fin de hacer cumplir el Segundo y el Tercer Mensaje de Fátima, referidos al derrumbe de la Unión Soviética
La mayoría de los prelados del Vaticano todavía se decantan por la «pista búlgara», según la cual el atentado contra Juan Pablo II fue ordenado por los más altos jerarcas de la URSS en aquel lejano 1981. Entonces, el Papa era el principal ariete de Occidente contra el sistema soviético, y para ello se apoyaba en los Mensajes de Fátima, apariciones marianas de las que era un fiel creyente.
Y es que en esta intrincada historia –que ni se hubiera imaginado el mejor de los novelistas de best sellers– se dan la mano los Secretos de Fátima, visiones proféticas, conspiraciones internacionales y oscuras tramas de espionaje. Para arrojar algo de luz sobre unos hechos tan complejos, conviene situarnos en el 13 de mayo de 2000, cuando Juan Pablo II acudió a la explanada del santuario de Fátima para llevar a cabo la ceremonia de beatificación de Jacinta y Francisco Marto, dos de los tres niños videntes, que vieron por vez primera a la Virgen un 13 de mayo de 1917. Durante el transcurso de las más famosas apariciones marianas de todos los tiempos, los pequeños recibieron tres Secretos, o mejor dicho, un Secreto dividido en tres partes, la última de las cuáles permanecía hasta ese momento bajo el sello de confidencial.
Juan Pablo II leyó una homilía ante la presencia de Lucía dos Santos, la única superviviente de los tres videntes, quien se hizo monja de clausura en cuanto las apariciones llegaron a su fin. Las palabras del Papa no dejaron traslucir ninguna pista sobre lo que sucedería a continuación, pero apenas una hora después saltó la sorpresa. Angelo Sodano, entonces número dos del Vaticano, tomó la palabra y dio a conocer a grandes rasgos el contenido del Secreto y la interpretación que la Iglesia había hecho del mismo. En suma, haría referencia a la lucha de los cristianos contra los sistemas ateos y al intento de asesinato de Juan Pablo II el 13 de mayo de 1981 en la plaza de San Pedro, a manos del terrorista turco Ali Agca
Sodano declaró ante los cientos de miles de católicos que seguían atentamente sus palabras que Juan Pablo II no sólo había acudido a Fátima para la beatificación de los dos pastorcillos, sino también como «renovado gesto de gratitud hacia la Virgen por la protección que le ha dispensado durante estos años de pontificado. Es una protección que parece que guarde relación también con la llamada tercera parte del Secreto de Fátima». Sodano tomó aire y continuó con su alocución: «Este texto (el Tercer Secreto) es una visión profética comparable a la de la Sagrada Escritura, que no describe con sentido fotográfico los detalles de los acontecimientos futuros, sino que sintetiza y condensa sobre un mismo fondo hechos que se prolongan en el tiempo en una sucesión y con una duración no precisadas (Continúa en AÑO/CERO 273).
Y es que en esta intrincada historia –que ni se hubiera imaginado el mejor de los novelistas de best sellers– se dan la mano los Secretos de Fátima, visiones proféticas, conspiraciones internacionales y oscuras tramas de espionaje. Para arrojar algo de luz sobre unos hechos tan complejos, conviene situarnos en el 13 de mayo de 2000, cuando Juan Pablo II acudió a la explanada del santuario de Fátima para llevar a cabo la ceremonia de beatificación de Jacinta y Francisco Marto, dos de los tres niños videntes, que vieron por vez primera a la Virgen un 13 de mayo de 1917. Durante el transcurso de las más famosas apariciones marianas de todos los tiempos, los pequeños recibieron tres Secretos, o mejor dicho, un Secreto dividido en tres partes, la última de las cuáles permanecía hasta ese momento bajo el sello de confidencial.
Juan Pablo II leyó una homilía ante la presencia de Lucía dos Santos, la única superviviente de los tres videntes, quien se hizo monja de clausura en cuanto las apariciones llegaron a su fin. Las palabras del Papa no dejaron traslucir ninguna pista sobre lo que sucedería a continuación, pero apenas una hora después saltó la sorpresa. Angelo Sodano, entonces número dos del Vaticano, tomó la palabra y dio a conocer a grandes rasgos el contenido del Secreto y la interpretación que la Iglesia había hecho del mismo. En suma, haría referencia a la lucha de los cristianos contra los sistemas ateos y al intento de asesinato de Juan Pablo II el 13 de mayo de 1981 en la plaza de San Pedro, a manos del terrorista turco Ali Agca
Sodano declaró ante los cientos de miles de católicos que seguían atentamente sus palabras que Juan Pablo II no sólo había acudido a Fátima para la beatificación de los dos pastorcillos, sino también como «renovado gesto de gratitud hacia la Virgen por la protección que le ha dispensado durante estos años de pontificado. Es una protección que parece que guarde relación también con la llamada tercera parte del Secreto de Fátima». Sodano tomó aire y continuó con su alocución: «Este texto (el Tercer Secreto) es una visión profética comparable a la de la Sagrada Escritura, que no describe con sentido fotográfico los detalles de los acontecimientos futuros, sino que sintetiza y condensa sobre un mismo fondo hechos que se prolongan en el tiempo en una sucesión y con una duración no precisadas (Continúa en AÑO/CERO 273).
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