La mano oculta que agita el porno en Internet
Una discreta sociedad afincada comercialmente en Canadá se erige en la gran proveedora de imágenes para adultos del país, uno de los grandes negocios del ciberespacio. El fundador de la corporación: un reservado emprendedor del que ignoramos casi todo. Descubrimos los secretos de este misterioso y polémico personaje.
Nos resultan familiares los nombres y biografías –en algunos casos llevadas incluso a la gran pantalla por Hollywood- de los principales arquitectos del mundo cibernético en el que vivimos: Bill Gates en Microsoft, Steve Jobs en Apple, Mark Zuckerberg en Facebook, los fundadores de Google Sergey Brin y Larry Page…
Pero si internet alberga un imperio que ensombrece casi a cualquier otro, ese es el cine para adultos. Solamente en España, con cifras de 2016, se estima que la industria pornográfica movió alrededor de 400 millones de euros.
En todo el planeta, los números suben hasta los 88.000 millones, de los cuales, un 10% procederían exclusivamente de los Estados Unidos. No en vano, en este país, la rama más erótica y mundana del séptimo arte supera en dólares a las tres franquicias juntas del fútbol profesional, béisbol y baloncesto.
Si descendemos a lo cotidiano, los servicios porno de televisión en las habitaciones de los hoteles estadounidenses recaudan más dinero que las bebidas de sus minibares. Por otro lado, solo el portal web PornHub registró en 2017 más de 28.500 millones de visitas, unos 81 millones de visitas diarias. Y, desde la llegada de los teléfonos móviles inteligentes o Smartphones, el consumo se ha disparado a cotas estratosféricas.
La selva de números podría darnos la impresión de que estamos ante un mercado plural, donde miles de páginas de internet independientes vuelcan sus contenidos subidos de tono y luchan por rentabilizarlos económicamente. De hecho, así lo parece cuando efectuamos una búsqueda en Google y nos asaltan centenares de opciones posibles.
En 2010, se calculó que el 12% de todos los sitios web del mundo eran porno. Sin embargo, las apariencias engañan y a la popular lista de grandes emprendedores todopoderosos del ciberespacio habría que añadir un nombre más: Fabian Thylmann, el magnate alemán fundador de MindGeek. Solamente esta empresa posee RedTube, PornHub, YouPorn, Brazzers, Tube8, XTube, SexTube y otras decenas de portales web similares.
Constituye el mayor holding de ocio para adultos del planeta y tiene tan estratégicamente copado todo el sector que pertenece al selecto club de los cinco principales consumidores de ancho de banda del planeta junto a Facebook, Amazon, Youtube o Twitter. Sin embargo, a diferencia de las demás, seguramente nunca habías oído hablar de esta discreta corporación afincada en Canadá.
EL ORIGEN
Thylmann es el inventor de una idea muy simple, pero tremendamente exitosa: ofrecer porno gratis en internet copiando el modelo de negocio de los agregadores de vídeos como Youtube. En 2007 compró su primera empresa, pagada con los beneficios reportados por un programa informático de su creación llamado Nats –Next-generation Affiliate Tracking System–. Un software dedicado a rastrear y contabilizar el cliqueo sobre los anuncios publicitarios y enlaces en las páginas porno.
EL TRIUNFO
La industria pornográfica había entrado en crisis con el auge de internet y Thylmann aprovechó la situación para adaptarse y acaparar los restos abaratados del naufragio. Adquirió y reconvirtió una empresa detrás de otra y, bajo la bandera del "todo gratis", dominó el mercado en poco tiempo.
Sus sitios web solo tenían que albergar contenidos y webcams en directo que otros producían. Paradójicamente, esta nueva multinacional hegemónica del porno no tenía necesidad de gastarse un euro en filmar ni una sola película. Tan sólo, monetizar en favor de los usuarios el tráfico de visitas y publicidad de los contenidos producidos por ellos mismos.
LA CAÍDA
En 2012, Thylmann acabó denunciado y extraditado a Alemania por fraude fiscal y evasión de impuestos. Vendió sus acciones por 73 millones de dólares y pasó el testigo de su reino del porno a otras manos. Los actuales gestores de MindGeek.
EL SECRETO
A diferencia de otras marcas señeras de internet, el mutismo que envuelve a la corporación MindGeek es casi total. Prefiere considerarse una empresa privada que no detalla información financiera ni facilita datos públicos sobre sus actividades comerciales más allá de lo legalmente obligatorio.
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