Implantes de chips en 10 pasos

Pero, ¿qué hay de cierto en esta inquietante elucubración? ¿Es posible llevar a cabo un proceso de estas características, sean quienes fueran sus promotores? Como veremos a continuación, lejos de resultar descabellado, este escenario es absolutamente plausible.

Cualquier persona un poco versada en la materia habrá oído hablar del chip RFID. Es un tema que está en boga y que, como siempre pasa con estas cuestiones, tiene partidarios y detractores. Es decir, gente a favor y en contra de que una implantación masiva de chips en humanos pueda llevarse a cabo. Sin embargo, la información que suele divulgarse al respecto no es muy precisa. Se habla de la implantación como si un terrible secuestro de libertades fuera a ser decretado mañana. Para los escépticos, claro está, este planteamiento no es verosímil.

El presente artículo pretende describir el escenario más probable y realista que se seguiría en la implantación del chip. De existir una agenda, ésta es secreta. Pero es posible identificar un conjunto de pasos, que ilustrados con ejemplos, nos harán entender que el proceso está mucho más avanzado de lo que cabría suponer… Sólo se necesitan 10 pasos para implantar un chip subcutáneo a toda la población civil.

Etiquetándolo todo

Paso 1: Diseño eficaz. En la década de los 40, surgieron los primeros desarrollos de una tecnología que desembocaría en lo que hoy se conoce como RFID (Identificación por Radio Frecuencia). Generalmente, se trata de pequeños dispositivos que se incorporan a un producto, animal o persona, siendo su misión la de transmitir a distancia un número que identifique la etiqueta para propósitos de control, localización o gestión. Es, básicamente, una etiqueta identificativa por medios informáticos.

En los últimos años, esta tecnología ha experimentado un enorme desarrollo, incorporándose prácticamente a cualquier cosa imaginable: etiquetas antirrobo en los supermercados, control logístico de las mercancías, pago automático en los peajes… Hasta que alguien pensó que lo de las «cosas» ya estaba superado y se planteó ir un poco más allá: ¿Por qué no implantarlos también en seres vivos?, debió preguntarse.

Paso 2: Control de seres vivos. Quienes idearon la estrategia para el control de seres vivos utilizando chips fueron especialmente precavidos, pues se fijaron en «colectivos desprotegidos» como los que integran la población reclusa y los animales, lo que sugiere la existencia de una «hoja de ruta»… (Continúa en AÑO/CERO 285).