¿Han identificado a QAnon mediante Inteligencia Artificial?

Parecía un delirio o una broma más, de las muchas que se publican cada día en Internet, pero el mensaje que un "posteador" anónimo publicó en octubre de 2017 en el popular foro 4Chan acabó dando inicio a una de las teorías de la conspiración más populares –y preocupantes– de las últimas décadas. En aquellas fechas, el autor de la publicación, utilizando el apodo de Q Clearance Patriot –que más tarde acabaría conociéndose simplemente como "Q"–, afirmó ser un experto de alto rango del Gobierno estadounidense, con acceso privilegiado a información confidencial dentro de la administración de Donald Trump, y aseguró tener datos concretos sobre la existencia de una conjura global que pretendía acabar con el mandato del entonces presidente estadounidense.

Un informe calificaba a QAnon como una fuente potencial de terrorismo doméstico

Según aquellas informaciones supuestamente filtradas por un miembro del Gobierno Trump, la conspiración, que pasó a ser conocida como QAnon (de Q Anonymous, "Q Anónimo"), habría sido tramada por políticos del Partido Demócrata, actores de Hollywood con ideas progresistas, funcionarios de alto rango e incluso magnates como George Soros. ¿Su finalidad? Llevar a cabo un golpe de estado que sacara a Trump del poder. Mientras, de forma paralela, sus integrantes formaban también parte de una supuesta trama internacional de secuestro de niños con fines pedófilos.

La teoría sonaba a auténtico delirio, pero poco a poco fue ganando adeptos en todo el país, especialmente entre la extrema derecha estadounidense, e incluso llegó a traspasar fronteras, reclutando seguidores en países como Francia, Reino Unido o Japón, entre otros. Los mensajes de Q comenzaron a aparecer en otro foro de la red, 8Chan (ahora conocido como 8Kun), y no tardaron en atraer la atención del mismísimo FBI. De hecho, en 2019 el Buró Federal de Investigaciones elaboró un informe en el que calificaba a QAnon como una "fuente potencial de terrorismo doméstico". El propio presidente Trump contribuyó a dar a las a la teoría de la conspiración retuiteando cientos de tweets de cuentas afines a las ideas de QAnon, un apoyo que terminó derivando en el intento de anular las elecciones que encumbraron a Biden como presidente, y que también dio lugar al insólito asalto de los partidarios de Trump al Capitolio estadounidense.

 

Se han utilizado distintos softwares controlados por inteligencia artificial basados en análisis estadístico de las variaciones en el estilo "literario" para intentar identificar la identidad de 'Q'

Ahora, dos estudios elaborados por investigadores independientes en el campo de la lingüística afirman haber identificado a la persona –dos personas, en realidad– que estarían detrás del enigmático personaje que firmaba sus mensajes como Q, y que dio origen a toda la teoría de la conspiración. Dichos análisis han sido realizados por dos equipos europeos: el primero de ellos ha sido realizado por Claude-Alain Roten y Lionel Pousaz, de la empresa OrphAnalytics –una start-up suiza–, mientras que el segundo lleva la firma de los lingüistas computacionales franceses Florian Cafiero y Jean-Baptiste Camps. Tanto unos como otros han empleado en sus análisis distintos softwares de aprendizaje automático controlados por inteligencia artificial, y basados en el análisis de la estilometría o análisis estadístico de las variaciones en el estilo "literario" de diferentes textos.

Para ello, los dos equipos "entrenaron" a sus respectivos softwares de inteligencia artificial con ejemplos de textos (más de 100.000 palabras) escritos por Q en foros de Internet y mensajes de Twitter, y después los compararon con otros textos escritos por al menos 13 personas sospechosas de estar detrás de la enigmática figura de Q. En cierto momento, ambos grupos tuvieron conocimiento de la investigación que estaban llevando a cabo por separado, y decidieron aunar esfuerzos y compartir recursos.

El software de inteligencia artificial arrojó dos nombres como probables autores de los mensajes de Q

Esta investigación conjunta tuvo como resultado que el software de inteligencia artificial arrojara dos nombres como probables autores de los mensajes de Q: una de estas personas sería Paul Furber, un desarrollador de software y periodista tecnológico sudafricano, que según los estudios habría sido el autor de los primeros mensajes firmados por Q. La segunda persona sería Ron Watkins, uno de los administradores del foro 8Chan, y cabeza visible del movimiento QAnon en la red. Según ambos equipos de investigadores, sus respectivos softwares de análisis dictaminaron que ambas personas habían sido los autores de los mensajes de Q en distintas etapas, con una fiabilidad superior al 90%.

Al tener noticia de dichas pesquisas, el diario The New York Times decidió consultar a dos destacados expertos independientes en el campo de la investigación lingüística forense, y tras examinar la información aportada por las empresas francesa y suiza, ambos calificaron los resultados de "creíbles y persuasivos". Cuando el diario neoyorquino contactó con Watkins para conocer su opinión al respecto, el líder visible del movimiento QAnon en la red se limitó a contestar: "No soy Q". ¿Fin del misterio?