El Gran Hermano controlará el mundo
Los estados están desarrollando tecnologías para convertirse en un auténtico Gran Hermano que vigile nuestras actividades y pensamientos.
Gobiernos como el de Arabia Saudí o empresas como Google llevan años desarrollando proyectos para crear «ciudades de nueva generación», en las cuales todas las actividades –comercio, tráfico, salud, transporte público, etc.– y los movimientos de los ciudadanos estarán completamente controladas por las autoridades a través de medios tecnológicos.
Pero es en China donde ya existen algunas urbes de este tipo, que serán unas 500 antes de mediados de 2028. Para las empresas tecnológicas suponen un nicho de mercado muy prometedor y para el Gobierno chino una oportunidad inmejorable para mantener bajo vigilancia y control a la población.
Todos los movimientos de los ciudadanos estarán completamente controlados por las autoridades a través de medios tecnológicos
Un buen ejemplo es Hangzhou, una ciudad de nueve millones de almas que alberga la sede central de Alibaba, la multinacional de comercio por Internet. Tecnología basada en inteligencia artificial detecta y resuelve problemas de tráfico, avisa a la Policía de accidentes, advierte de futuros problemas a los habitantes, etc. Además, es posible pagar en tiendas y restaurantes mediante un sistema de reconocimiento facial, y en muchos de estos establecimientos ya no existen empleados, sino que todo está automatizado.
Ranking social
Desde hace un par de años, el Ministerio de Seguridad Pública de China pretende extender por todo el país una red de videovigilancia basada en tecnologías de reconocimiento facial. De momento ya se está empleando para identificar a absentistas en universidades, reconocer a los visitantes en centros oficiales o detectar a los peatones que cometen una infracción.
Pero el proyecto que están desarrollando las autoridades del gigante asiático para obtener el control absoluto de su población es el llamado «ranking social»: un informe de cada persona que comprende todos sus datos personales, incluidas sus actividades financieras y en redes sociales o sus relaciones de amistad.
De momento, la participación es voluntaria, pero supone ventajas en el acceso al crédito, reservas de hoteles y vuelos, obtención de documentos oficiales, etc. Incluso el comportamiento de los amigos en redes sociales influye en la calificación del individuo. Para 2020 será obligatorio pertenecer a dicho ranking en China, y en Occidente los grandes centros de poder están planeando introducir un sistema similar de control absoluto de la población. El Gran Hermano ha llegado.
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