Félix Rodríguez de la Fuente: ¿accidente o asesinato? (I)
La Audiencia Nacional continúa investigando el expediente abierto sobre la verdadera causa de la muerte de Félix. ¿Son sólo rumores infundados los que atribuyen su accidente mortal a una conspiración auspiciada por altas esferas?
El 5 de mayo de 2020, la Audiencia Nacional de Madrid tramitaba una insólita denuncia: la presentada por un abogado (cuya identidad no ha trascendido) que demandaba una investigación “de hechos ocurridos en el extranjero, Estados Unidos, con fecha 14 de marzo de 1980”. Se trata de la muerte del célebre naturalista Félix Rodríguez de la Fuente y sus compañeros Teodoro Roa y Alberto Mariano después de que su avioneta se precipitara en las nieves de Shaktoolik, pequeña localidad de esquimales situada en el Área censal de Nome en Alaska, durante un rodaje para la serie El hombre y la tierra.
¿Hubo una conspiración que decidió acabar con la vida del hombre más influyente en la España de la época?
En la tramitación de las diligencias previas, el Juzgado Central de Instrucción número 5, a cargo del juez José de la Mata, insta a la Fiscalía a la apertura de un expediente investigativo al “presumir la posible existencia de una infracción penal”, y denunciando la instauración de cuarenta años de “ley del silencio” (sic) por parte de TVE con respecto a las verdaderas causas que rodearon la trágica muerte de Félix. Entre estas posibles causas, la denuncia baraja dos posibilidades: que el siniestro fuera en realidad un asesinato o que el propio Félix decidiera premeditadamente suicidarse. ¿Hubo una conspiración que decidió acabar con la vida del hombre más influyente en la España de la época?
CIUDADANO FÉLIX
El doctor Rodríguez de la Fuente se convirtió en el personaje de mayor influencia social en la España de los setenta. Ni siquiera el rey Juan Carlos, el presidente de gobierno o el deportista más mediático gozaban de su popularidad. Toda una generación de niños –hoy adultos– desarrolló su conciencia ecológica a través del mensaje difundido a través de Félix. En la España de la Transición, tras la muerte del general Franco (1892-1975) y la convocatoria de las primeras elecciones generales en junio de 1977, la popularidad de Rodríguez de la Fuente le sitúa en el contexto de una lucha de intereses políticos. Su capacidad de convocatoria, traducida en votos, podía catapultar directamente en el poder al partido político que lograra seducirle para integrarlo en su lista electoral. El único precio era ceder a su mensaje ecológico. Y aunque el naturalista nunca se manifestó a favor de ninguna opción política, su amistad con Adolfo Suárez (1932-2014) y su discurso afín a un darwinismo social, le situaban más próximo al eje de centro-derecha. Aunque también es cierto que su mensaje en favor de la naturaleza era lo suficientemente transversal como para calar entre el electorado de todo el espectro ideológico.
¿GUERRA DE INTERESES POLÍTICOS?
Entre bastidores, hubo conversaciones de representantes políticos que pudieron haber propiciado la posibilidad de la creación de una formación, de corte ecologista, integrada o liderada por el propio Félix. En el libro Félix Rodríguez de la Fuente, su vida, mensaje de futuro (2010), Benigno Varillas relata un encuentro en Toledo, en enero de 1977, en homenaje al que fuera su gobernador Jaime de Foxá (1913-1976), político falangista y amigo de Félix, en el que se sugirió la idea de la creación de un partido ecologista: “Félix asintió con el entusiasmo que le caracterizaba –relata Benigno Varillas–, sin ser consciente de las implicaciones que iba a tener aquella conversación. Alguien filtró a la prensa la noticia de que Rodríguez de la Fuente veía con buenos ojos la creación de una fuerza política que enarbolara la causa ecológica. El tema del surgimiento del voto verde ocupaba las portadas de los periódicos por aquellas fechas…”.
Hay quienes atribuyen el accidente en el que Félix Rodríguez de la Fuente perdió la vida a un sabotaje instigado por su pretendida ambición política
La creación, por parte de dos empresarios catalanes, de un Partido Ecológico Español, difundió la noticia de que Félix se presentaba a las elecciones generales, lo que tuvo que ser desmentido por el propio naturalista en su programa de radio: “Yo nunca he creído que la ecología pueda constituirse por sí misma en una doctrina política. La existencia de un partido político me parece algo tan desnaturalizado como la existencia de un partido zoológico, de un partido matemático o de un partido de la guitarra”.
En más de una ocasión, Félix tuvo que desmentir los rumores que le atribuían la intención de participar activamente en el escenario político. Y lo hizo incluso meses antes de morir en el fatal accidente que algunos atribuyen a un sabotaje instigado precisamente por su pretendida ambición política. En una carta remitida al escritor José María Gironella (1917-2003) para su libro 100 españoles y Franco (1979), Félix confiesa: “Yo viví absolutamente al margen de la política durante la dictadura y pretendo seguir haciéndolo en la democracia. En primer lugar, porque mi trabajo, la divulgación de las ciencias naturales, es un campo escasísimamente politizado; en segundo lugar, porque la pasión con que me entrego a mis actividades no sólo me ha privado de tiempo para dedicarme a disquisiciones políticas, sino que me obligó, incluso, a abandonar el ejercicio de mi profesión médica; y, por último, porque opino como Winston Churchill que la política… no pasa de ser un mal necesario”. Así pues, si Rodríguez de la Fuente se situaba al margen de la política, ¿qué móviles podían haber inducido a provocar un pretendido sabotaje contra su persona?
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