El gobierno secreto del mundo
Desde finales de los años 70 del siglo XX, las élites económicas que dominan el mundo iniciaron una serie de planes para subordinar el Gobierno de EE UU y de otros países occidentales a ciertas organizaciones secretas que actúan bajo el control de los verdaderos amos del mundo. En «El despertar del León» (Obelisco, 2012), obra de la que extractamos el siguiente reportaje, el conocido escritor David Icke desvela cuáles son esos poderes en la sombra y en qué consisten sus proyectos
El microchip es la pieza central de la enorme red mundial de vigilancia y control sobre la cual llevo advirtiendo desde hace tiempo. Richard Thomas, ex comisionado de Información de Gran Bretaña, dijo que las personas están «caminando dormidas hacia una sociedad vigilada». No podía haber dado más en el clavo, salvo que hubiera dicho «corriendo dormidas» o «haciendo un sprint dormidas». El estado policial orwelliano se vuelve incluso más tiránico y brutal tras la cubierta de la crisis política y económica, los escándalos de «famosos», el deporte espectáculo y todo lo demás. Estos engaños están ideados para que la mayoría de las personas miren hacia otro lado y no se den cuenta de lo que está ocurriendo realmente.
Richard Thomas, que terminó su mandato en 2009, realizó estos comentarios acerca de la «sociedad vigilada» en respuesta a un informe sobre el uso de cámaras de vigilancia publicado por David Murakami Wood, editor encargado de la revista Surveillance & Society, y la doctora Kristie Ball, una conferenciante de estudios de organización en la Open University. El informe lo redactó un grupo de académicos llamado Surveillance Studies Network. Advertía de que tal vez se obligaría a las personas a llevar microchips «como animales de compañía», para rastrear sus movimientos y almacenar información personal que, por supuesto, dejaría de ser personal ante cualquiera con un lector de chips. Estos diminutos artilugios no sólo podrían ser utilizados por el gobierno, decía el informe, sino también por las empresas para llevar la cuenta de sus empleados. En resumen, seríamos como monos en jaulas electrónicas.
EL OJO QUE TODO LO VE
Según dicho informe, en 2016 una compleja red de cámaras de vigilancia interconectadas controlará casi cualquier movimiento, compra y comunicación de cada uno de nosotros. «Actualmente se está debatiendo seriamente en relación a la necesidad de que todos llevemos incorporados microchips», advertían los autores. En realidad, tal «debate» es una farsa, porque los dueños del mundo han estado planificando la consecución de dicho objetivo desde hace décadas. A este respecto, el doctor David Murakami Wood aseguraba: «Realmente tenemos una sociedad que se basa en el secretismo de estado y en la negativa de éste a renunciar a su supuesto derecho a guardar cierta información. Mientras, al mismo tiempo, quiere saber todo lo posible sobre nosotros».
En el citado documento podemos leer que «la vigilancia de la sociedad se ha hecho realidad sin que nadie se haya dado cuenta». Bien, eso depende de dónde hayas estado mirando todos estos años. Yo llevo advirtiendo sobre esto desde principios de los noventa, y lo mismo han hecho muchas otras personas. El estado de vigilancia se ha introducido mediante el método escalonado, poco a poco, y sólo ahora un número cada vez mayor de individuos está empezando a ver la magnitud de esta tiranía. En el informe redactado por los expertos de Surveillance Studies Network se puede leer que Gran Bretaña, cuyos últimos gobiernos presumen de haber extendido la «libertad y la democracia», es el líder mundial en la tecnología de las cámaras de vigilancia. Por tanto, los británicos son los ciudadanos más controlados del «mundo libre» (Continúa en AÑO/CERO 283).
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