Civilizaciones perdidas
01/07/2006 (00:00 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)

¿Qué ocurrió en Tunguska?

En esta región siberiana tuvo lugar una misteriosa explosión el 30 de junio de 1908. Su causa sigue siendo desconocida pero sus efectos devastadores aún perduran, casi un siglo después. Por ello, ENIGMAS ha contactado con los especialistas rusos que llevan a cabo las investigaciones para intentar averiguar algo más de lo sucedido…

01/07/2006 (00:00 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)
¿Qué ocurrió en Tunguska?
¿Qué ocurrió en Tunguska?
Lo acontecido en Tunguska se clasificó erróneamente como la caída fortuita de un meteorito. Aunque no se ha descubierto ningun ';bólido verdadero' en el lugar de esta supuesta caída, este término sigue empleándose". De esta forma se refería Victor Zhuravlev al desconcertante suceso que tuvo lugar en la región rusa de Tunguska. Este doctor en química nació en Siberia en 1933 y realizó estudios en la Academia Rusa de las Ciencias, entre otros centros. Es uno de los padres fundadores de la Expedición Interdisciplinaria e Independiente a Tunguska –EIIT–, un cuerpo científico de investigación que surgió a finales de los años cincuenta –todavía está en activo–, y que desde 1959 ha realizado muchas expediciones a la región donde cayó el supuesto meteorito. Zhuravlev es asimismo coautor de dos libros sobre el tema: The Tunguska Miracle –escrito con el otro "padre de la ufología soviética", Felix Zigel– y The Tunguska Phenomenon of 1908 as a Kind of Cosmic Connection Between the Sun and the Earth –escrito con Alexey Dmitriev–.

Existe un gran dilema entre los estudiosos a la hora de clasificar el extraño fenómeno. Zhuravlev intenta aclarárnoslo: "La ambigua expresión de ';caída de un meteorito' en Tunguska suele ser utilizada tanto por los que defienden dicha tesis como por aquellos que no están totalmente de acuerdo. Dado que este término ha sido empleado tanto en la literatura científica por los especialistas y los escritores populares, quizá debería mantenerse por resultar comprensible para todos, pero es más bien metafórico. Describe el extraordinario suceso que tuvo lugar el 30 de junio de 1908: un bólido gigantesco voló sobre la zona occidental de Siberia y explotó 70 kilómetros al noroeste de la pequeña estación mercante de Vanavara".

Después del suceso y durante tres noches, el cielo sobre Europa oriental y Asia occidental brilló increíblemente. "Desgraciadamente no hay ninguna posibilidad, al menos en mi opinión, de encontrar allí restos de un meteorito usual. Un cuerpo de esa naturaleza nunca habría dejado, tras explotar, esos restos en la zona. En apariencia, el término más preciso sería el ';fenómeno de Tunguska', que también se emplea en la literatura científica. Los términos ';explosión de Tunguska' y ';catástrofe de Tunguska' también podrían utilizarse, pero no cubren el conjunto de consecuencias que tuvo la invasión del "bólido"en la atmósfera terrestre.

Son muchos los investigadores que han estudiado el fenómeno de Tunguska desde que tuvo lugar. Por eso, repasamos junto a Zhuralev los más relevantes para dar una interpretación al suceso.
"Los primeros investigadores del fenómeno fueron astrónomos europeos y rusos, quienes observaron las anomalías ópticas en la atmósfera inmediatamente antes y después del suceso, y luego publicaron los informes de las mismas en revistas académicas. Sin embargo, no sabían nada sobre el vuelo y la explosión del gigantesco bólido de Tunguska y, por tanto, no pudieron asociar sus observaciones con él".

El director del observatorio de Irkutsk en Siberia, A. V. Voznesensky, el 30 de junio, apreció extrañas perturbaciones en un sismograma que se debían a la explosión. No obstante, las "señales" europeas y siberianas sólo formaron parte de una imagen global cuando Leonid Kulik comenzó su investigación a partir de 1921. "Si no hubiera sido por la perseverancia y esfuerzos organizativos realmente heroicos del doctor Kulik, la catástrofe podría haber escapado a la atención de la ciencia mundial".

Fueron Kulik y sus colaboradores quienes descubrieron, 20 años después del suceso, el epicentro de la explosión.

El segundo factor que desempeñó un papel crucial fue La explosión, obra escrita por el ingeniero soviético y autor de ciencia ficción Alexander Kazantsev y publicada en Moscú en 1946. Este autor conjeturó que el supuesto meteorito no era un cuerpo natural procedente del espacio, sino una nave extraterrestre equipada con una bomba nuclear que explotó por alguna razón desconocida cuando la nave entró en la atmósfera terrestre. "Sin embargo, resultó muy difícil encontrar formas de verificar esta ';hipótesis fantástica' hasta que se formó la EIIT. Pero después de eso, la situación ha cambiado por completo. La competición entre las dos hipótesis incompatibles –meteorito y nave espacial– ha estimulado en gran medida las investigaciones detalladas del área de la explosión, así como los estudios en los archivos científicos de principios del siglo XX".

Simultáneamente, desde principios de 1959, el problema de Tunguska fue estudiado independientemente por el notable geofísico Alexey Zolotov. Intentó sustanciar la hipótesis de Kazantsev y ha conseguido probar algunas similitudes esenciales entre la explosión de Tunguska y una explosión nuclear. En cuanto a la EIIT, sus dirigentes centraron su investigación en la búsqueda de información cuantitativa detallada de todos los restos existentes del fenómeno de Tunguska con importantes resultados.

Uno de los derivados más importantes de la investigación de la EIIT ha sido la creación de catálogos y mapas de los efectos que acompañaron el fenómeno. El lugar principal lo ocupa el catálogo del primer rastro de la catástrofe: la nivelación radial del bosque. Los especialistas de la EIIT elaboraron mapas por ordenador en los que se observaba la auténtica geometría de la explosión.
"Un resultado importante de las investigaciones de la EIIT fue la predicción y consiguiente descubrimiento en los archivos del observatorio de Irkutsk del llamado ';efecto geomagnético', el rastro más raro de la explosión. Consistió en perturbaciones abruptas del campo geomagnético terrestre que tuvieron lugar pocos minutos después de la misma y que persistieron durante unas cuatro horas. Los magnetogramas del observatorio de Irkutsk plantearon a los investigadores una auténtica paradoja: no hubo perturbación magnética por el vuelo del bólido, pero tras explotar se produjo una tormenta geomagnética regional muy similar a las perturbaciones del mismo tipo que se producen en las explosiones termonucleares a gran altitud en la atmósfera".

Parece que la comunidad científica y los estudiosos del fenómeno todavía no han conseguido un consenso para explicar el fenómeno… "La disputa sobre su naturaleza prosigue. Sigue existiendo una abierta controversia entre los defensores de la teoría de que lo explotó en Tunguska fue un cometa y los que piensan que se trató de un meteorito, sin duda, posiciones enfrentadas a aquellos que creen que el fenómeno pueda estar relacionado con algún tipo de inteligencia extraterrestre".

Tras cuarenta años de investigación, Nikolay Vasilyev había expresado en su libro The Tunguska Meteorite que "no se ha efectuado una elección entre las dos interpretaciones del fenómeno de Tunguska –meteorito y cometa–. Uno puede incluso suponer que ninguna de las dos tiene que ver con la verdadera naturaleza de este ';meteorito'. "Personalmente creo que Valilyev estaba en lo correcto. Hay al menos cinco rasgos del fenómeno que no pueden explicar la hipótesis del cometa, ni la del meteorito. Son los siguientes: primero, la zona nivelada de bosque tiene contornos peculiares –algo similar a una mariposa gigante– y una estructura regular muy compleja. En segundo lugar, la concentración de la energía de la explosión de Tunguska se aproximó a la de una explosión nuclear y no menos de un 10% de la misma fue emitida con el flash. Además, bajo la zona recorrida por el cuerpo espacial aumentó notablemente la termoluminiscencia de los minerales. Esto pudo haberse debido a radiación intensa, emitida en el curso del vuelo y en el instante de la explosión. El examen médico del estado de salud de los habitantes nativos de Evenkiya –el territorio de los evenks o tungus– revela efectos genéticos en la población similares a los observados en las regiones afectadas por pruebas de armas nucleares. Por último, y a juzgar por la nivelación del bosque, inmediatamente antes de la explosión el cuerpo espacial estuvo desplazándose casi exactamente de Este a Oeste. Sin embargo, los testimonios recopilados lejos del epicentro en los años veinte sugieren que el cuerpo llegó desde el Sur o del Sudeste. ¿Acaso maniobró? Si así fue, ¿podría haber sido un meteorito o un cometa?".

Parece que entre los medios de comunicación occidentales existe una idea muy extendida de que la ciencia cree que el "bólido" de Tunguska fue o bien un meteorito o bien un cometa pequeño, mientras que la idea de que se tratase de una nave espacial parece ridícula, defendida únicamente por pseudo-científicos y chalados. No todo, sin embargo, es tan sencillo…
"Ya he señalado que la competición entre las concepciones del meteoro y la nave espacial desempeñaron un papel muy importante en la historia de los estudios sobre la explosión. La idea de Kazantsev de que se trató de una nave extraterrestre que sobrevoló la taiga liberó al problema de los límites estrechos de las explicaciones puramente ';naturales'. Sin embargo, no debemos olvidar que esta idea fue expuesta en 1946. Durante los últimos sesenta años hemos avanzado mucho y se han producido cambios esenciales en la imagen científica del mundo. El mismo auge del fenómeno OVNI –ver recuadro– fue posterior". Zhuravlev cree que el "problema" de Tunguska se resolverá seguramente en unos pocos años, gracias al avance de la tecnología y a la exhaustividad de los estudios que ahora mismo se están realizando.
"Creo que bajo circunstancias favorables podemos esperar encontrar la solución definitiva a este problema durante los próximos 10 ó 12 años –cuando se cumplan 110 años del fenómeno–. Podría haber dos variantes alternativas a dicha solución: una, que se demostrará que el bólido de Tunguska fue el núcleo de un cometa. En este caso los modelos contemporáneos de la estructura de los cometas, así como su interacción con las atmósferas de los planetas tendrán que experimentar importantes modificaciones. Esto supondrá un logro científico fundamental en sí mismo.

Otra opción es que se confirmara que el fenómeno de Tunguska fue, de una forma u otra, generado por una civilización extraterrestre. No hace falta señalar la importancia potencial que tendría tal descubrimiento para la humanidad".
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