Una nueva catedral del neolítico emerge en Turquía
Cerca del yacimiento de Göbekli Tepe han emergido cuatro estelas de un nuevo templo neolítico. Los investigadores trabajan para descifrar sus enigmas...
En 1994, el arqueólogo alemán Klaus Schmidt descubrió en Turquía unas construcciones erigidas en el Neolítico que acabarían convirtiéndose en los templos más antiguos de la humanidad. Estaban situados a 14 kilómetros de la ciudad de Sanliurfa, en Turquía, enterrados en un montículo que los lugareños llamaban Göbekli Tepe, que significa «colina panzuda». Los estudios posteriores han permitido datar estas construcciones entre el año 9000-7500 a.C.
El descubrimiento de Göbekli Tepe cambió nuestra comprensión del periodo Neolítico. Hasta entonces, se creía que la invención de la agricultura propició el paso del la sociedad nómada al sedentarismo pero, el caso de Göbekli Tepe demuestra que el motor del cambio fue la religión. Grupos de cazadores-recolectores seminómadas comenzaron a asentarse en esta zona de Turquía para almacenar y defender sus fuentes de comida con el objetivo de proveer al templo. Nadie sabe por qué.
El templo encontrado comparte algunas características con el famoso Göbekli Tepe
No hay templos más antiguos en el mundo que los de Göbekli Tepe. Bueno, debería emplear el pretérito porque, los arqueólogos que trabajan en la ciudad de Dargeçit, en el sureste de Turquía, han encontrado un templo neolítico, que creen posee unos 11.300 años de antigüedad, es decir, contemporaneos a los famosos templos de «colina panzuda».
La nueva estructura, que se halla en la limítrofe provincia de Urfa, tiene unos 80 metros cuadrados y comparte algunas características con el famoso Göbekli Tepe pero, a diferencia de este, las estelas encontradas (cuatro hasta el momento) no muestran decoración ni inscripciones. Algo llamativo por cuanto las de la famosa catedral neolítica son de una belleza y pulcritud asombrosas.
Según Ergül Kodaç, miembro del Departamento de Arqueología de la Universidad de Artuklu y asesor científico de las excavaciones, aún no se ha llegado a la base del templo. Pese a todo, desde que empezaron los trabajos en 2012, se han identificado restos de casas con paredes de piedra y suelos de arcilla, miles de cuentas que formaban parte de ornamentos, hojas de obsidiana y siles, así como desechos de fabricación de joyas y herramientas. Estos hallazgos son de suma importancia pues reflejan que el área no sólo era utilizada como centro religioso sino también como asentamiento donde debieran existir viviendas, molinos y talleres.
La base del templo, según Kodaç, estaría formado por muros de piedra erigidos sobre una plataforma de barro endurecido.
A los especialistas y a los profanos nos sorprende el alto grado de coordinación y organización de muchas personas que necesariamente implicaba la construcción de estas estructuras. Se ha llevado a cabo un intenso trabajo en una gran área, que incluye el sitio conocido como Boncuklu Tarla, que fue descubierto en 2008 durante una encuesta de campo. Las primeras excavaciones –como indicamos al principio- comenzaron en 2012. El área en la que se ubica el yacimiento por el que han pasado numerosas civilizaciones como los elamitas, babilonios, hititas, asirios, romanos y bizantinos.
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