Civilizaciones perdidas
22/04/2013 (08:35 CET)
Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)
NEANDERTALES: LA CLONACIÓN DE UNA NUEVA HUMANIDAD
Juan José Sánchez-OroEsta especie del género Homo habitó Europa y partes de Asia Occidental durante unos 200.000 años, pero hace 28.000 se extinguió, probablemente a causa de la aparición del belicoso Sapiens, del que procedemos todos los humanos. Recientemente, prestigiosos científicos plantearon la posibilidad de «recuperar» a los Neandertales mediante modernas técnicas de clonación, empleando muestras de ADN que se conservan en algunos laboratorios. En caso de que se lograra, tendríamos que aprender a convivir con otra humanidad que, a tenor de lo que sabemos en la actualidad, probablemente poseía un pensamiento totalmente diferente al nuestro
En enero de 2013, el profesor de Genética en la Universidad de Harvard (EE UU) George Church sorprendía al mundo científico, al manifestar que sería posible la clonación de Neandertales en muy poco tiempo, siempre y cuando se diera con una mujer lo suficientemente valiente como para cobijar a un embrión de esta especie en su seno. Sus declaraciones sembraron la polémica y, al cabo de unos días, Church tuvo que enmendar sus palabras. «No estoy buscando ninguna madre de alquiler para tener un bebé neandertal, ni tengo ningún proyecto en marcha al respecto», aseguró. Pero la controversia estaba servida. Sus comentarios alertaron a la opinión pública sobre lo que era un secreto a voces entre los más prestigiosos biólogos del planeta: en un futuro inminente estaremos en condiciones de resucitar a una humanidad que existió hace decenas de miles de años.
¿SEREMOS CAPACES DE EDUCARLOS?
Las probabilidades de éxito aumentaron enormemente en 2010, cuando científicos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (Alemania) lograron decodificar el 60% del ADN neandertal, de modo que sería posible completar la secuencia completa del genoma. Una vez conseguido, se añadiría a los cromosomas de una célula viva para que los genes pudieran expresarse convenientemente. Después, estas células madre se implantarían en un embrión humano, del cual se extraerían todas las células no neandertales pasado un cierto periodo. Si finalmente se consiguieran resolver ciertas cuestiones técnicas, obtendríamos el primer bebé prehistórico del siglo XXI.
Curiosamente, llevar a cabo la clonación de un Neandertal podría ser el menor de los problemas. La mayor dificultad estribaría en educar a una nueva especie, cuya psicología desconocemos por completo. ¿Seríamos capaces de comunicarnos o convivir con los Neandertales? Si no lo lográramos, podría resultar catastrófico para ellos. Lejos de obtener un congénere perfectamente adaptado al «mundo sapiens» del siglo XXI, quizá convertiríamos al Neandertal en un ser traumatizado, una mera mascota o algo peor: un siervo u obrero destinado a sustituirnos en las tareas más arriesgadas y duras. En definitiva, mano de obra barata o tropa menuda para nuestros ejércitos. En cualquiera de estos supuestos, se daría la paradoja de haber propiciado el renacimiento de una especie humana sólo para deshumanizarla (Continúa en AÑO/CERO 273).
¿SEREMOS CAPACES DE EDUCARLOS?
Las probabilidades de éxito aumentaron enormemente en 2010, cuando científicos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (Alemania) lograron decodificar el 60% del ADN neandertal, de modo que sería posible completar la secuencia completa del genoma. Una vez conseguido, se añadiría a los cromosomas de una célula viva para que los genes pudieran expresarse convenientemente. Después, estas células madre se implantarían en un embrión humano, del cual se extraerían todas las células no neandertales pasado un cierto periodo. Si finalmente se consiguieran resolver ciertas cuestiones técnicas, obtendríamos el primer bebé prehistórico del siglo XXI.
Curiosamente, llevar a cabo la clonación de un Neandertal podría ser el menor de los problemas. La mayor dificultad estribaría en educar a una nueva especie, cuya psicología desconocemos por completo. ¿Seríamos capaces de comunicarnos o convivir con los Neandertales? Si no lo lográramos, podría resultar catastrófico para ellos. Lejos de obtener un congénere perfectamente adaptado al «mundo sapiens» del siglo XXI, quizá convertiríamos al Neandertal en un ser traumatizado, una mera mascota o algo peor: un siervo u obrero destinado a sustituirnos en las tareas más arriesgadas y duras. En definitiva, mano de obra barata o tropa menuda para nuestros ejércitos. En cualquiera de estos supuestos, se daría la paradoja de haber propiciado el renacimiento de una especie humana sólo para deshumanizarla (Continúa en AÑO/CERO 273).
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