Civilizaciones perdidas
27/12/2023 (08:00 CET) Actualizado: 27/12/2023 (08:00 CET)

Göbekli Tepe: Aquí nacieron los dioses

Su hallazgo ha supuesto uno de los descubrimientos más decisivos para la arqueología en las últimas décadas, y podría revolucionar lo que sabemos sobre el surgimiento de las primeras civilizaciones y sus creencias.

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Una columna de Göbekli Tepe
Una columna de Göbekli Tepe
Nº 390, Enero de 2023
Este artículo pertenece al Nº 390, Enero de 2023

Göbekli Tepe (en turco, “Colina panzuda” o también llamada “Colina del Ombligo”) es, según los arqueólogos, un antiguo santuario que se levanta en el punto más alto de una extensa cadena montañosa situada a unos 15 kilómetros al nordeste de la ciudad turca de Sanliurfa (antigua Urfa/Edesa). Se construyó en distintas fases entre los años 9600 y 8200 a.C., ero alrededor del 8000 a.C., el complejo fue enterrado, sin que se conozcan los motivos. Göbekli Tepe constituye el complejo megalítico más antiguo que se conoce hasta hoy, construido 6.000 años antes que el monumento de Stonehenge, de modo que es el templo o santuario más antiguo del mundo, donde pudo nacer, según los expertos que lo han estudiado, «la conciencia de lo sagrado» que dio paso a «la chispa de la civilización».

Como decimos, el consenso general –no quiere decir que sea correcto– es que Göbekli Tepe era un enclave religioso, un templo muy antiguo, un lugar santo y sagrado, una serie de santuarios, un lugar de peregrinaje. Los estudios de herramientas de obsidiana encontradas allí refuerzan la noción de que se trata de un espacio cosmopolita de reunión. Se han identificado varias fuentes diferentes de obsidiana, a una distancia de hasta quinientos kilómetros. El estilo de algunas de las herramientas de piedra encontradas en Göbekli Tepe indica que la gente viajó al yacimiento desde el actual Irak, Irán, a lo largo de la franja media del río Éufrates y varias partes del Mediterráneo oriental (Jarus, 2012).
Göbekli Tepe ha sido aclamado en algunos círculos como la representación figurativa, incluso literal, del jardín del Edén bíblico tal y como se describe en el libro del Génesis:

«Luego plantó Yavé Dios un jardín en Edén, al oriente, donde colocó al hombre que había formado. Yavé Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles deleitosos a la vista y buenos para comer, y en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal.

Göbekli Tepe era visto en algunos círculos como la representación figurativa, incluso literal, del Jardín del Edén bíblico

Los templos más antiguos de la humanidad
Los templos más antiguos de la humanidad

De Edén salía un río que regaba el jardín, y desde allí se repartía en cuatro brazos. El uno se llama Pisón: es el que rodea todo el país de Javilá, donde hay oro. El oro de aquel país es fino. Allí se encuentra el bedelio y el ónice. El segundo río se llama Guijón: es el que rodea el país de Kus. El tercer río se llama Tigris: es el que corre al oriente de Asur. Y el cuarto río es el Éufrates. Tomó, pues, Yavé Dios al hombre y le dejó en el jardín del Edén, para que lo labrase y cuidase.
Y Dios impuso al hombre este mandamiento: «De cualquier árbol del jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio» (Génesis 2:8-17).

Al igual que el legendario Edén, Göbekli Tepe se encuentra entre la parte norte de los ríos Tigris y Éufrates. Aunque ahora es un paisaje desértico, desolado y árido, hace doce mil años era un área de abundante vida vegetal y animal, un paraíso para los cazadores recolectores. Göbekli Tepe es también un área donde tuvo lugar la domesticación y la agricultura tempranas, más o menos al mismo tiempo que el uso de estructuras, durante varios miles de años. La visión tradicional es que erigir un complejo del orden de Göbekli Tepe habría requerido una fuerza laboral se- dentaria, organizada, y esto solo sería posible después de que la domesticación de animales y la agricultura estuvieran bien asentadas. Pero quizá fue al revés. ¿La congregación de un gran número de personas en Göbekli Tepe provocó el agotamiento de los recursos naturales locales y forzó en definitiva el desarrollo de la agricultura? La agricultura temprana pudo haber ofrecido pocas ventajas en comparación con la recolección y la caza en un paraíso. La agricultura era un trabajo agotador que requería mucho tiempo y generaba una nutrición relativamente deficiente. Como Dios le dijo a Adán después de que comiera el fruto prohibido que le ofreció Eva, después de ser convencida por la serpiente para que la probara: «Por haber escuchado la voz de tu mujer y comido del árbol del que yo te había prohibido comer, maldito sea el suelo por tu causa: con fatiga sacarás de él el alimento todos los días de tu vida» (Génesis 3:17)». Hay serpientes y víboras talladas en algunos de los pilares de Göbekli Tepe.

Una imagen de Göbekli tepe
Una imagen de Göbekli tepe

Un significado incierto

A primera vista, los pilares tallados que se han excavado hasta ahora en Göbekli Tepe indican que sus creadores debían de gozar de una cultura social y material increíblemente sofisticada. Además, cabe recordar que en este punto solo se ha excavado una pequeña parte del yacimiento. Al menos otros dieciséis o veinte recintos de piedra todavía están bajo tierra, y puede haber muchas más estructuras y objetos enterrados en las colinas y montañas circundantes. No sabemos si las áreas excavadas de Göbekli Tepe son siquiera representativas del conjunto, o si se encontrarán tallas, símbolos y tipos de estructuras completamente diferentes. En mi opinión, es prematuro intentar «decodificar» o interpretar definitivamente el significado y las funciones de las esculturas y estructuras de Göbekli Tepe. Como ya he señalado, algunos de los pilares excavados allí muestran lo que bien pueden ser símbolos abstractos, incluso indicios de escritura. No me sorprendería que en nuevas excavaciones se descubran más símbolos o incluso lo que podría darse en llamar un lenguaje escrito.

Göbekli Tepe se equipara fácilmente con Stonehenge en Inglaterra, posiblemente uno de los yacimientos arqueológicos más famosos del mundo junto con las pirámides y la Gran esfinge. Pero Stonehenge y cientos de otros círculos de piedra y estructuras relacionadas que se encuentran en toda Europa y las islas británicas (véase, por ejemplo, Burl, 1976) son francamente toscos en comparación con Göbekli Tepe. Sin embargo, estos megalitos de piedra británicos están fechados convencionalmente alrededor de ¡cinco mil a siete mil años o más, después que Göbekli Tepe! Esto, por supuesto, supone que la datación asignada convencionalmente a estas estructuras es correcta. Muchas de las fechas se basan en análisis de radiocarbono de materiales orgánicos encontrados junto a los círculos de piedra, pero bien podría ser que los círculos de piedra sean mucho más antiguos que los restos orgánicos, y que fueran utilizados y reutilizados durante muchas generaciones, de hecho, durante muchos milenios.

Además de su cultura material, el pueblo de Göbekli contaba con una rica tradición oral que incluía mitos y religión

Además de su cultura material, seguramente el pueblo de Göbekli Tepe contaba con una rica tradición oral y no material que incluía mitología, historia, religión, música, danza y conocimiento del mundo natural, desde las estaciones y los cálculos calendáricos y la astronomía hasta la forma de usar las plantas, los animales, las hierbas y las medicinas. Pero me pregunto si tal conocimiento fue enteramente oral y memorístico para ser transmitido de generación en generación. No creo que sea inconcebible que los pueblos de Göbekli Tepe tuvieran algún tipo de papel (ya sea papel como lo concebimos hoy en día o más cercano a una tela o pergamino) en el que hicieran anotaciones o incluso lo que podría clasificarse como escritura real.

Desde que redacté el último párrafo en 2011-2012, ha habido una serie de avances con respecto a la posibilidad de que los pueblos de Göbekli Tepe supieran leer y escribir, y de que tuvieran escritura. Varios estudiosos han llegado a sugerir que tenían alguna forma de escritura o «protoescritura», refiriéndose tanto a las imágenes en los pilares de Göbekli Tepe (Cesarino, 2012) como a las imágenes grabadas en pequeñas placas de piedra encontradas en el yacimiento (véase resumen y referencias en Henley, 2018). Y lo que es más importante: mi colega Manu Seyfzadeh identificó conexiones entre los símbolos de los pilares de Göbekli Tepe y los jeroglíficos posteriores que se encuentran en las escrituras antiguas de Anatolia. Resultan aún más asombrosas algunas de las formas y símbolos, pues parecen reflejar la física del plasma solar.

Si hay algo que debemos aprender de la historia moderna de la arqueología es que hemos subestimado constantemente el nivel de sofisticación y antigüedad de nuestros antepasados.

Una de las numerosas estructuras de Göblekli Tepe
Una de las numerosas estructuras de Göblekli Tepe

Conocimiento bajo tierra

Cuando pienso en Göbekli Tepe, lo primero que me viene a la mente es que se trataba de un centro de conocimiento, lo que por supuesto no es incompatible con un espacio religioso. ¿Podrían las posiciones de los monolitos y las tallas específicas de sus superficies codificar información? Parece obvio afirmar que los diversos círculos de piedra eran calendáricos o astronómicos. ¿Se podrían representar o codificar las constelaciones en los relieves tallados o en las posiciones de los megalitos? ¿Hay alineaciones significativas entre las piedras? ¿Cada círculo se refería a un tema o una rama diferente del conocimiento antiguo?

Creo que es evidente que los restos que encontramos actualmente en Göbekli Tepe no fueron todos construidos al mismo tiempo; no son todos de una sola pieza. Para algunos arqueólogos, antropólogos y prehistoriadores, interpretarlos como si lo fueran es tergiversar los datos. Harvey Whitehouse, de la Universidad de Oxford, publicó una variación extrema de este concepto erróneo. Vale la pena citarlo directamente, para que no se me pueda acusar de tergiversar sus palabras:

«Göbekli Tepe comprende una serie de círculos de losas de piedra similares a Stonehenge, que se asemejan levemente a falos gigantes. De hecho, estas piedras se extrajeron mucho mucho antes que Stonehenge, hace unos doce mil años. Cada anillo espectacular de imponentes monolitos probablemente fue enterrado a los pocos días o semanas de su finalización. El gran esfuerzo del trabajo humano involucrado es asombroso. Nadie sabe cómo pudieron hacerlo sin excavadoras, cabrestantes, grúas o incluso herramientas manuales de acero. Y nadie sabe por qué. ¿Qué inspiró a los recolectores antiguos a llevar su tecnología de la Edad de Piedra al límite, cortando rocas de veinte toneladas de la ladera, arrastrándolas hasta la cima y colocándolas en agujeros cuidadosamente excavados a varios metros de profundidad? ¿Por qué tallar altos relieves de animales exquisitamente realistas en sus costados, solo para ocultar estas asombrosas creaciones debajo de un montón de escombros?».

Detalle de Göbekli Tepe
Detalle de Göbekli Tepe

Basándose en su mala interpretación de los datos –que las estructuras en Göbekli Tepe fueron construidas y luego enterradas a propósito en días o semanas–, Whitehouse interpreta que el yacimiento representa rituales esencialmente religiosos que, en sus componentes específicos, eran realmente bastante inútiles, pero que sirvieron para unir socialmente a grupos de individuos y subgrupos en comunidades más grandes. Si bien ciertamente un yacimiento como Göbekli Tepe ayudó a solidificar y unir a las personas, tal como lo hace una gran iglesia, mezquita, sinagoga o monumento secular hoy en día, reducir Göbekli Tepe a nada más que esto es, en mi opinión, francamente engañoso. Es una artimaña académica más para tratar de forzar a Göbekli Tepe a entrar en el paradigma estándar y así evitar reconocer que el statu quo puede errar.

Las esculturas independientes y otras obras de arte encontradas en Göbekli Tepe, expuestas en el Museo de Şanlıurfa, refuerzan, en mi opinión, la sofisticación de esta civilización. Hay figuras humanas, jabalíes, felinos y otros animales, así como un alto y enigmático pilar de piedra de talla compleja que a simple vista se asemeja a un tótem de una época y cultura posteriores. Su representación real elude cualquier interpretación definitiva en la actualidad, aunque mi primera impresión es que puede registrar las complejidades de los componentes psíquicos del ser humano, expresadas en un ciclo de nacimiento, muerte y renacimiento. No tengo ninguna duda de que las tallas, tanto en los pilares como entre las esculturas independientes, entrañan algún tipo de significado. No se trata de creaciones al azar ni de un trabajo precipitado, emprendido como un simple ritual de unión para luego acabar siendo enterrado de inmediato en los escombros. Me impactan la belleza, la satisfacción y la alegría de algunas de las esculturas de Göbekli Tepe. Se trataba de un pueblo sofisticado, una civilización olvidada que tenía una comprensión de sí misma y del cosmos que haríamos bien en redescubrir.

¿Qué fue de sus creadores?

¿Los constructores de Göbekli Tepe simplemente desaparecieron, o quizá transmitieron parte de su herencia a generaciones posteriores? Posiblemente enterraron sus monumentos, abandonaron su tierra natal y emigraron a otras partes del mundo. Los datos tentadores para apoyar tal escenario han venido de varios campos. El egiptólogo Ludwig D. Morenz (2012) ha señalado que el concepto de buitre celeste, tal y como fue interpretado en un pilar de Göbekli Tepe, se encuentra miles de años después en el antiguo Egipto. Asimismo, Hodder y Meskell (2011) señalan que las estatuas itifálicas de Göbekli Tepe y yacimientos asociados son similares al dios egipcio itifálico Min, aunque se apresuran a señalar que «no desean defender vínculos culturales directos» (p. 238). Sin embargo, Joe Plegge (2012) sugiere explícitamente que puede haber vínculos directos entre el pueblo de Göbekli Tepe y los constructores de Stonehenge de Wiltshire, en Salisbury Plain, Inglaterra. «Creo que los constructores de Göbekli Tepe crearon una estructura megalítica utilizada para observaciones celestes, y sus descendientes trajeron este conocimiento con ellos cuando emigraron a Inglaterra y ayudaron a construir Stonehenge», escribe Plegge (2012, p. 69). Según la datación convencional, las primeras etapas de Stonehenge se remontan aproximadamente al 3100 a.C., unos cinco milenios después de la desaparición de Göbekli Tepe. Además, los dos yacimientos están separados por casi cuatro mil kilómetros y el canal de la Mancha. Sin embargo, estas fechas convencionales para Stonehenge pueden no ser la historia completa; la actividad en el yacimiento de Stonehenge, con marcas de postes muy antiguas, se remonta al menos a hace diez mil años (anónimo sin fecha, «Stone- henge Post Holes»; Kinsley, 2015).

Una de las columnas de Göblekli Tepe
Una de las columnas de Göblekli Tepe

Entonces, ¿podemos afirmar seriamente que el pueblo de Göbekli Tepe fue antepasado de los constructores de Stonehenge? Plegge cita un artículo publicado por la genetista Patricia Balaresque (Universidad de Leicester) y sus colaboradores que concluye, basándose en datos del cromosoma Y, que hubo movimiento, migración y expansión de linajes desde Anatolia (el área general donde se encuentra Göbekli Tepe) hacia Europa occidental durante los últimos diez mil años (Balaresque et al., 2010). Un estudio lingüístico refuerza esta hipótesis. Remco Bouckaert (Ciencias de la Computación, Universidad de Auckland) y sus colaboradores, después de analizar el vocabulario de ciento tres idiomas indoeuropeos diferentes (antiguos y contemporáneos), concluyeron que las lenguas indoeuropeas se originaron en Anatolia, la región general de la Turquía moderna que incluye Göbekli Tepe, hace unos ocho mil a diez mil años (Bouckaert et al., 2012). Así pues, tanto los datos genéticos como el análisis lingüístico apoyan la hipótesis de que el pueblo de Göbekli Tepe o sus descendientes pueden haber emigrado fuera de Anatolia, en última instancia para establecer nuevas sociedades, nuevas culturas, nuevas civilizaciones, en otros lugares miles de años después. En este sentido, ¿podríamos considerar a Göbekli Tepe como el origen, el jardín del Edén, donde la civilización floreció hace unos doce mil años, antes de que terminara la Edad de Hielo?

No es solo un templo

Tanto entre el público como entre los académicos, Göbekli Tepe se conoce con mayor frecuencia como un «templo», incluso como el «primer templo del mundo»; sin embargo, creo que de esta manera imponemos nuestros prejuicios a estas enigmáticas estructuras. Sospecho que, en términos modernos, Göbekli Tepe sirvió más como universidad. Al igual que muchas universidades modernas, puede haber incluido aspectos rituales y religiosos (muchas universidades incluyen Teología en su plan de estudios, tienen capillas en sus campus o están vinculadas a una Iglesia u otra organización religiosa), pero Göbekli Tepe también fue un centro de lo que ahora concebimos como ciencia, y al igual que una biblioteca o museo moderno (que son a menudo parte integral de una universidad) preservó el conocimiento para las generaciones futuras. Göbekli Tepe fue utilizado y reutilizado durante milenios, y luego finalmente enterrado a propósito por quienes emplearon el lugar como respuesta a las catástrofes y cataclismos de finales de la última glaciación (alrededor del 9700 a.C.). Así pues, mientras cubrían su creación con tierra y piedra, ¿creían los habitantes de Göbekli Tepe que estaban dejando una «cápsula del tiempo», un «mensaje para el futuro»? Lo sospecho. Sabían que con el tiempo sus creaciones serían encontradas y descubiertas. Ahora se trata de interpretar exactamente cuál es el «mensaje» que nos dejaron. Este es un tema que me interesa especialmente. 

Algunos autores sugieren que puede haber vínculos directos entre el pueblo de Göbekli Tepe y los constructores de Stonehenge

Por cierto, no me convencen ninguna de las numerosas interpretaciones del «mensaje de Göbekli Tepe» que se han ofrecido hasta ahora. La mayoría sufre, en mi opinión, la debilidad demasiado común de interpretar un yacimiento antiguo a través de los supuestos y prejuicios de nuestra sociedad moderna, en lugar de intentar entenderlo en los términos y con los valores de las personas que realmente lo construyeron. Además, hasta ahora se ha excavado un porcentaje muy pequeño de Göbekli Tepe. Intentar dar una interpretación completa y definitiva a partir de un análisis superficial de solo el 5 por ciento o el 10 por ciento sacado de contexto es simplemente insostenible e irresponsable. Sería como si un arqueólogo del futuro, dentro de doce mil años, interpretara todo un complejo universitario en expansión basado en la excavación parcial de los restos de un solo laboratorio de química o un nicho de la biblioteca que incluye algunos libros y murales que ilustran religión y teología comparadas. Necesitamos deshacernos de nuestros propios prejuicios y nociones preconcebidas, y dejar que los pueblos que erigieron Göbekli Tepe hablen por sí mismos.

Situado en el extremo norte de los círculos de piedra de Göbekli Tepe, mirando hacia el cielo del sur en la misma dirección que los pilares centrales antropomórficos del recinto D, me pregunté acerca de los constructores de este inmenso y sofisticado yacimiento de hace unos doce milenios. En mi opinión, se trataba de personas con un enorme talento, habilidad tecnológica y conocimientos. No eran simples salvajes primitivos o bárbaros, sino un pueblo civilizado. Pero ¿qué significa ser civilizado? ¿Qué es la civilización? ¿Habían cruzado realmente los constructores de Göbekli Tepe la línea del salvajismo a la civilización? Para abordar este debate, debemos volver a la cuestión de qué constituye la civilización. Como veremos, las opiniones difieren, pero al final, estoy convencido de que tanto los constructores de Göbekli Tepe como los creadores de la esfinge original son representantes de un florecimiento muy temprano de la civilización, antes de lo que los arqueólogos convencionales habían soñado posible.

 

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