Las figuras de Nazca tenían gato encerrado
El descubrimiento de una nueva figura con forma de gato en las pampas de Nazca, Perú, ha asombrado a todo el mundo.
Estaba ahí, a los pies del mirador de las Pistas de Nazca sin que nadie se hubiera percatado de su presencia… Hasta ahora. Un nuevo geoglifo de 37 metros de longitud que parece representar un gato ha emergido tras 2.200 años de confinamiento bajo las arenas de la pampa peruana. La figura es tan nítida que despertó escepticismo en las redes sociales, pero es real. Muy real.
El descubrimiento se produjo de forma casual, cuando los responsables del sistema de gestión del Parque Arqueológico Nazca-Palpa, decidieron mejorar el acceso al principal mirador natural que permite a los visitantes contemplar desde tierra una parte de las gigantescas figuras que dominan el paisaje de la zona.
“Nos dimos cuenta de que el acceso al mirador discurría sobre un geoglifo, y nos planteamos cambiarlo, pues no es posible que se promoviera el acceso dañando patrimonio” –declaró el arqueólogo Jhonny Isla a la agencia Efe. “Y en ese proceso, nos percatamos que en esa ladera había trazos que no eran de ninguna manera naturales" –concluye el responsable de la gestión del Parque.
Drone footage captures never-before-seen figure of an ancient giant cat etched into a hillside in Peru 🐱 pic.twitter.com/cErRPherGC
— Al Jazeera English (@AJEnglish) October 20, 2020
El hallazgo tuvo lugar a principios de 2020 pero, a causa de la pandemia, no se pudo poner al descubierto esta figura animal que mira al frente y se sienta de costado.
El trazado de la figura posee un grosor de unos 30 centímetros y creen que fue realizado por la cultura de Paracas. La visión desde un dron es realmente espectacular. Cuesta creer que nadie se hubiera percatado antes de su presencia.
Los especialistas asumen que, mientras las figuras de la cultura Nazca se realizaron por hombres para los dioses, las de los paracas son de hombres para los hombres. Las Líneas y geoglifos de Nazca, sólo visibles desde el aire, fueron descubiertas en 1927. Son un entramado de líneas, formas geométricas, así como imágenes zoomorfas o de plantas. A este patrimonio cultural estudiado por la investigadora germano-peruana María Reiche (1903-1998) hay que sumar entre 80 y 100 figuras más entre los valles de Palpa y Nazca.
Todo parece indicar que el animal pertenece a la cultura Paracas, que antecedió varios siglos a la cultura Nazca que creó los geoglifos por los que esta región es conocida.
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