Descubren el camino al inframundo en Teotihuacán
Después de más de una década de estudios, análisis y búsquedas la teoría de los investigadores del INAH fue comprobada: Existe un túnel subterráneo que lleva a un grupo de fosas bajo las ruinas del templo de la Serpiente Emplumada de Teotihuacán.
Investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México dieron a conocer ayer el descubrimiento de un conducto a de aproximadamente 150 metros, a tan sólo 18 metros bajo las entrañas del templo de la Serpiente Emplumada de Teotihuacán. al que los científicos han llamado el inframundo de la ciudad que surgió entre el siglo II y V de nuestra era.
El corredor se encontraba sellado, en su interior se descubrieron cerca de 50 mil objetos que van desde semillas y conchas, hasta cerámica y huesos de animales que, según los especialistas, formaban parte de ofrendas puestas a lo largo del subterráneo.
De entre ellas, los objetos más llamativos fueron cientos de esferas de metal que se hallaban depositadas en tres cámaras secretas. Las misteriosas esferas tenían entre 2 y 2,5 cm de diámetro y eran de magnetita y pirita. Creen que se trata de algún tipo de ofrenda pero, a día de hoy constituyen un misterio, lo mismo que misterioso código simbólico que los antiguos teotihuacanos elaboraron en las primeras fases de la urbe, hace 1.900 años, relacionado con la Luna.
Los primeros estudios del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México estiman que el túnel funcionó entre el principio de nuestra era hacia el año 250, cuando habría sido sellado.
Sergio Gómez, el arqueólogo mexicano responsable del proyecto, indicó que es al final de este túnel donde encontraron las cámaras que esperan explorar por al menos un año más en busca de lo que cree serían recintos mortuorios de personalidades que permitirían dar luz sobre la estructura de poder de esa civilización prehispánica.
El túnel, ahora corroborado por equipo del INAH es húmedo y la temperatura baja a medida que se desciende en una especie de chimenea. Según Sergio Gómez, "quisieron recrear el mundo exterior, por eso escavaron hasta el manto freático, para que también hubiera ríos",
Justo a unos metros de la entra se encuentra un observatorio, el lugar que se hundió por azar en 2003 y por el cual se inició esta investigación. El lugar está protegido con 25 muros que sellaron y no volvieron a abrir al menos en mil 800 años. Por esta razón creen que se hallan frente a uno de los lugares más sagrados de Teotihuacán que podría haber sigo utilizado para que los gobernantes asistieran a estos lugares para adquirir la investidura divina que les permitiera gobernar en la superficie.
Al final, se encuentra tres cámaras en forma de trébol cuyo centro se localiza justo debajo del vértice de la pirámide. Aquí termina el recorrido, por lo menos hasta ahora, pues los investigadores del INAH continuarán con los estudios pertinentes en cada una de estas cámaras, en las que esperan encontrar el féretro de "alguien muy muy importante.
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