Civilizaciones perdidas
25/05/2009 (13:06 CET)
Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)
AZTECAS, SOBERANOS DE MESOAMÉRICA
Sus míticos orígenes en Aztlan, la fundación de Tenochtitlan, las epopeyas de sus dioses, sus templos, costumbres y míticos calendarios En "Breve Historia de los Aztecas" (Nowtilus), el arqueólogo mexicano Marco Antonio Cervera nos ofrece un recorrido tan didáctico como ameno por la historia de esta cultura precolombina, sin duda una de las civilizaciones más fascinantes y misteriosas de Mesoamérica.
La historia del pueblo azteca puede dividirse en dos grandes periodos: el azteca temprano, que abarca del 1111 d. C. que fija el año de la salida de los mexicas de Aztlan y la fundación de su ciudad México-Tenonchtitlan en 1325 hasta el 1428. Un segundo es denominado etapa imperial o periodo azteca tardío, que comienza en 1428 y se caracteriza por la conformación de la Triple Alianza, la expansión de los mexicas con Moctezuma Ilhuicamina hasta la caída de Tenochtitlan, en 1521.
A lo largo de su peregrinaje, los aztecas, quienes se autodenominaban mexicas ya que eran el pueblo protegido del dios Huitzilopochtli, conocido también como Mexi, se dividieron en dos pequeños grupos: los mexica-tenochcas y los mexica-tlatelolcas, quienes a su vez fundarían respectivamente México-Tenonchtitlan y México-Tlatelolco. Finalmente, los mexicas formaron parte de un grupo muy extenso de culturas, la mayoría habitantes de la cuenca de México, quienes tenían por lengua el náhuatl, de ahí que a todos los hablantes de este idioma se les denomine genéricamente nahuas.
EN EL LUGAR DE LA BLANCURA
Se dice que varios pueblos nahuas se establecieron en una zona descrita en las fuentes como «el lugar de la blancura», sitio paradisíaco ubicado en una isla rodeada por cañaverales. Este sitio, llamado Aztlan, aún se resiste al intento de ubicarlo como un enclave histórico o bien mítico. Los partidarios de la primera versión lo sitúan geográficamente en el noroeste de la República mexicana o hacia el occidente de ésta; aquellos que apuestan por la hipótesis mítica, ven en Aztlan una visión retrospectiva de la verdadera México-Tenochtitlan.
Los «aztecas» fueron el último de siete pueblos de habla náhuatl que partieron de Aztlan, enclave que algunos identifican con Chicomoztoc el «lugar de las siete cuevas» y otros con Culhuacan o «el de los antepasados». Cada uno de estos pueblos tenía un dios fundador, identificados ambos como «los abuelos», «los creadores de hombres», «las primeras semillas humanas», denominaciones de las cuales derivan los nombres de los pueblos protegidos. Los dioses patronos son resultado del parto de la diosa Citlalicue, quien dio a luz un gran cuchillo de obsidiana que, al ser arrojado a Chicomoztoc, se partió en 1.600 pedazos, los cuales, a su vez, se transformaron en otros tantos dioses, que se encargaron de crear un pueblo en particular.
A lo largo de su peregrinaje, los aztecas, quienes se autodenominaban mexicas ya que eran el pueblo protegido del dios Huitzilopochtli, conocido también como Mexi, se dividieron en dos pequeños grupos: los mexica-tenochcas y los mexica-tlatelolcas, quienes a su vez fundarían respectivamente México-Tenonchtitlan y México-Tlatelolco. Finalmente, los mexicas formaron parte de un grupo muy extenso de culturas, la mayoría habitantes de la cuenca de México, quienes tenían por lengua el náhuatl, de ahí que a todos los hablantes de este idioma se les denomine genéricamente nahuas.
EN EL LUGAR DE LA BLANCURA
Se dice que varios pueblos nahuas se establecieron en una zona descrita en las fuentes como «el lugar de la blancura», sitio paradisíaco ubicado en una isla rodeada por cañaverales. Este sitio, llamado Aztlan, aún se resiste al intento de ubicarlo como un enclave histórico o bien mítico. Los partidarios de la primera versión lo sitúan geográficamente en el noroeste de la República mexicana o hacia el occidente de ésta; aquellos que apuestan por la hipótesis mítica, ven en Aztlan una visión retrospectiva de la verdadera México-Tenochtitlan.
Los «aztecas» fueron el último de siete pueblos de habla náhuatl que partieron de Aztlan, enclave que algunos identifican con Chicomoztoc el «lugar de las siete cuevas» y otros con Culhuacan o «el de los antepasados». Cada uno de estos pueblos tenía un dios fundador, identificados ambos como «los abuelos», «los creadores de hombres», «las primeras semillas humanas», denominaciones de las cuales derivan los nombres de los pueblos protegidos. Los dioses patronos son resultado del parto de la diosa Citlalicue, quien dio a luz un gran cuchillo de obsidiana que, al ser arrojado a Chicomoztoc, se partió en 1.600 pedazos, los cuales, a su vez, se transformaron en otros tantos dioses, que se encargaron de crear un pueblo en particular.
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