Ya es posible viajar por agujeros de gusano
Científicos españoles construyen una clase de agujeros de gusano en cuatro dimensiones del espacio-tiempo, sin necesidad de ninguna forma de materia exótica.
No tenemos una máquina que produzca agujeros de gusano a voluntad, pero se están produciendo sugerentes avances en el plano teórico para hacer que, a partir de efectos cuánticos sencillos, los puentes Einstein-Rosen puedan permanecer abiertos.
Lleva el nombre de estos dos científicos porque este hipotético atajo a través del espacio y del tiempo fue descrito por Albert Einstein y Nathan Rosen en el siglo pasado. Ambos estudiaron sobre el papel los "agujeros negros" y descubrieron que, al menos en teoría, su superficie podría actuar como un puente de conexión con otra región del espacio. Eso era magnífico para, por ejemplo, viajar a lugares muy alejados del Universo. Pero las extrañas ecuaciones pusieron de manifiesto dos problemas que impedían la formación de agujeros de gusano: su inestabilidad y su pequeñez.
Brendan Z. Foster, doctor en física por la Universidad de Maryland, explica en un artículo publicado en Investigación y Ciencia que, de acuerdo con la teoría de la relatividad de Einstein, "la atracción gravitatoria de cualquier materia conocida que atravesara un agujero de gusano tendería a cerrar el túnel". Una circunstancia que ha dado mucho juego en las escenas épicas de las películas de ciencia ficción pero que es subsanable si ponemos en ese túnel un ingrediente atípico al que los científicos llaman: materia exótica.
Hasta ahora, las ecuaciones mostraban que era posible mantener abierto el túnel a nivel microscópico gracias a 'materia exótica'
El auge de la investigación sobre los agujeros de gusano continúa. Así, en 2017 los físicos Ping Gao, Daniel Jafferis y Aron Wall descubrieron que el túnel podía mantenerse abierto gracias al "entrelazamiento", una conexión a distancia entre objetos cuánticos.
Si dos partículas distantes se "entrelazan", no importa la distancia a la que estén la una de la otra, cualquier variación en una de ellas afectará inmediatamente a la otra, incluso si ambas se encuentran en extremos opuestos del Universo. Este fenómeno desafía tanto al sentido común como a las leyes de la física clásica.
El problema del trabajo de los científicos de Harvard y el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, residía en el tamaño del túnel pues conseguía agujeros microscópicos.
Es aquí donde entra en juego el trabajo de José Luis Blázquez Salcedo, de la Universidad Complutense de Madrid. También prueba la existencia de agujeros de gusano transitables (aunque microscópicos) sin necesidad de materia exótica. Los autores emplean un modelo simplificado, que trata la materia como un conjunto de fermiones descritos por funciones de onda cuánticas y en el que la carga eléctrica juega un papel crucial. Los fermiones son uno de los dos tipos básicos de partículas elementales que hay en la naturaleza.
Con aceleraciones inferiores a 20 g, el modelo propuesto podría permitir un viaje a través de galaxias en menos de un segundo
Estos trabajos ponen de manifiesto ese punto más delicado que mencionábamos en la construcción teórica de agujeros de gusano: ¿Cómo hallar un proceso realista que no requiera añadir algo situado mucho más allá de los límites de la física conocida? Otro físico español del Instituto de Estudios Avanzados, Juan Maldacena, que ya había sugerido años atrás conexiones entre los agujeros de gusano y el entrelazamiento cuántico, y su colaborador Alexey Milekhin, de la Universidad de Princeton, han hallado un método que podría producir agujeros de gran tamaño.
En su estudio, los investigadores muestran que un agujero de gusano compatible con los humanos, con aceleraciones inferiores a 20 g, podría permitir un viaje a través de galaxias en menos de un segundo. Esta corta duración solo se aplicaría a la persona en el agujero de gusano, ya que un observador externo mediría el viaje como si duró miles de años. Cosas de la relatividad.
Comentarios (7)
Nos interesa tu opinión