La vespa mandarinia, una nueva amenaza surgida durante la pandemia
Aunque a día de hoy toda la actualidad queda en segundo plano a causa de la pandemia por el coronavirus, muchas voces muestran su preocupación por una nueva amenaza: la vespa mandarinia, un avispón gigante asiático que en EE. UU. ya denominan "murder hornet" (avispón asesino)
La vespa mandarinia, o comunmente conocido como avispón gigante asiático, es la avispa más grande jamás vista hasta el momento de escribir estas líneas. Mide 5 centímetros de largo y tiene una envergadura de hasta 7,5 centímetros. Además de su gran corpulencia, tal y como lo imaginan dispone de un veneno muy potente y peligroso, capaz hasta de disolver tejidos. Es fácilmente reconocible por su color naranja, además de su tamaño (una reina puede llegar hasta los 10 centímetros), y sus antenas de tono marrón. Tiene unas mandíbulas bastante grandes, también de color naranja, y un diente negro que usa para escarbar.
Este peligroso insecto ha sido noticia en las semanas recientes porque ha sido localizado en EE. UU., más concretamente en el estado de Washington, muy lejos de su hábitat habitual, Japón. Representan una amenaza para apicultores y las abejas, y es que son capaces de acabar con colmenas enteras en escasas horas gracias a su fuerza y enormes mandíbulas. Su modus operandi es de lo más reconocible, y es que decapitan las abejas y se llevan el tórax para alimentar a sus larvas. Por si fuera poco, el veneno y su mordedura son tan potentes que son capaces de atravesar el traje de un apicultor. Los que han sufrido su ataque coinciden en describirlo como un metal caliente perforando su piel... Y es que en Japón mueren 50 personas al año en consecuencia del ataque de este espécimen.
El primer avistamiento de estos avispones asesinos, según el Departamento de Agricultura del Estado de Washington (WSDA), se produjo en Blaine, estado de Washington, a finales de 2019. Algunos expertos han afirmado que su mordedura puede ser mortal para algunas personas (especialmente aquellas que padecen de algún tipo de alergia, no necesariamente a las abejas), ya que inyectan una neurotoxina muy fuerte, por lo que también producen un gran dolor, tal y como explicábamos anteriormente. Es por este motivo por el que, dada su peligrosidad, tanto para personas como para las abejas, se están haciendo búsquedas a gran escala para intentar frenar su expansión. También se han dejado ver en Canadá, a unos 16 km de donde se encontraron en el estado de Washington.
"Esta es nuestra ventana para evitar que se establezca y si no podemos hacerlo en los próximos años, probablemente no se pueda hacer" - Chris Looney, Entomólogo del Departamento de Agricultura del Estado de Washington
Cabe destacar la importancia del asunto, ya que las abejas son de lo más necesarias para la cadena de la vida; su desaparición sería catastrófica: un 60% de las frutas y verduras de nuestro consumo diario desaparecerían, ya que no serían polinizadas. La actividad agrícola también sufriría una debacle, y es que dependen directamente de la actividad de las abejas. No hace falta decir las implicaciones que tendría a nivel económico mundialmente, y aunque a día de hoy la especie no está amenazada, si que es necesario vigilar y frenar la expansión de un insecto que representa una amenaza para su existencia.
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