Las ventajas de la experiencia mística

Ante un fenómeno tan inasible como la experiencia mística, la ciencia está dividida. Para una buena parte de los investigadores se trataría de un síntoma posible o futuro de trastorno mental. En cambio, otros estudios alaban las ventajas psicológicas de esta clase de experiencias para el sujeto que las vive, porque suelen suponer un positivo punto de inflexión en su vida. Un reciente artículo publicado en Psychology of Consciousness incide en ese segundo planteamiento. D. K. Bitena, y K. Martinsone, de la Universidad Riga Stradinš de Letonia, han examinado la relación entre la experiencia mística y la inteligencia espiritual como concepto relacionado con la salud mental. Para ello buscaron la relación con los rasgos esquizotípicos de personalidad y con los síntomas psicóticos.

Para quienes experimentan experiencias trascendentes este estudio proporciona cierto consuelo

Para llevar a cabo el trabajo contaron con 299 mujeres letonas de entre 18 y 69 años sin ninguna enfermedad mental diagnosticada a lo largo de su vida. Todas ella fueron sometidas a cuatro cuestionarios: la Escala de Misticismo, la Encuesta de Inteligencia Espiritual, el Inventario de Personalidad Clínica de Letonia y una encuesta de datos sociodemográficos. Al cruzar los datos recopilados por estos instrumentos de evaluación, las investigadoras encontraron que personas que habían dado puntuaciones muy altas en la escala de misticismo, en cambio no tenían ningún indicio de patología mental. A su vez, la inteligencia espiritual representaba el 58% de la varianza de las experiencias místicas, lo que confirmaría una correlación estrecha entre ambos elementos.

CONTRA LA ANSIEDAD

En palabras de Bitena a PsyPost, "para quienes experimentan experiencias trascendentes (especialmente si se producen de forma espontánea y no provocadas intencionadamente), este estudio proporciona cierto consuelo, reduce la ansiedad sobre la claridad de la mente y normaliza la experiencia". Por otro lado, los resultados no quieren decir que esta clase de experiencias siempre sean positivas, porque "los estados de conciencia intensamente alterados están asociados a riesgos como el desarrollo de un trauma psicológico y la activación de enfermedades mentales latentes". La mente no es un juguete. Conviene ser precavidos.