Ciencia
25/05/2021 (16:29 CET) Actualizado: 25/05/2021 (16:29 CET)

Un tratado interestelar para evitar catástrofes cósmicas

Avi Loeb, astrónomo de la Universidad de Harvard, propone en un artículo para 'Scientific American' la firma de un tratado interestelar con otras civilizaciones para evitar una catástrofe cósmica.

autor Jesus Ortega

Periodista

25/05/2021 (16:29 CET) Actualizado: 25/05/2021 (16:29 CET)
Un tratado interestelar para evitar catástrofes cósmicas
Un tratado interestelar para evitar catástrofes cósmicas

Avi Loeb, ex presidente del departamento de astronomía de la Universidad de Harvard y principal defensor de que Oumuamua, el extraño objeto que surcó nuestro sistema solar en 2017, podría pertenecer al fuselaje de una nave extraterrestre, propone firmar un tratado interestelar de cara a evitar una catástrofe cósmica.

Su artículo de opinión para Scientific American comienza así: "Imagine que una civilización avanzada en algún lugar del universo ha desarrollado un acelerador de partículas que colisiona electrones en la energía de Planck", una escala de energía inalcanzable para nosotros, ya que se requeriría "un colisionador lineal de 10.000 años luz de longitud".

Si se desarrolla un super colisionador, todas las civilizaciones del universo deberían preocuparse

Pues bien, en el hipotético caso de que una civilización muy avanzada fuese capaz de "generar colisiones de electrones con las energías de Planck dentro de su sistema planetario de origen", deberíamos preocuparnos. Pero no sólo los habitantes del planeta Tierra, sino "todas las civilizaciones del universo".

Teniendo en cuenta la expansión acelerada del universo y que, incluso en el vacío, existe energía oscura, "las colisiones de partículas en la energía de Planck pueden desencadenar un túnel local de vacío a un estado de menor energía". Esta transición cuántica entre los diferentes estados "puede requerir altas energías".

Loeb explica que "activar la descomposición del vacío en una burbuja lo suficientemente grande produciría un frente de combustión en expansión" que se desplazaría a la velocidad de la luz y liberaría "una cantidad de energía sin precedentes en el espacio" que calentaría todo a su paso.

No recibiríamos ninguna advertencia previa. Nunca sabríamos qué acabó con nosotros

Si se está preguntando de qué modo podría afectarnos un evento como el que plantea Loeb, no se preocupe. Loeb hace una lectura optimista sobre esta posibilidad, ya que la aniquilación sería fugaz, en apenas un parpadeo y sin enterarnos. "La mala noticia es que no recibiríamos ninguna advertencia previa", ya que "ninguna señal precursora puede moverse más rápido que la velocidad de la luz para alertarnos de los riesgos". "Nunca sabríamos que nos golpeó".

Es aquí donde entra la propuesta de Loeb de un tratado interestelar, "similar al Tratado de Prohibición de Pruebas Nucleares" firmado durante la Guerra Fría, para evitar "una catástrofe cósmica" de estas dimensiones. "El objetivo del Tratado del Colisionador de Planck sería proteger nuestro entorno cósmico", ya que sin él "solo podríamos desear que todas las civilizaciones se comportaran de manera responsable cuando adquieran la madurez tecnológica para construir un colisionador" capaz de trabajar con dicha energía.

El Tratado del Colisionador de Planck sólo sería urgente en las proximidades de nuestra galaxia

Avi Loeb señala que la necesidad de firmar un tratado como el que propone "sólo es urgente dentro de nuestra galaxia, la Vía Láctea y Andrómeda", ya que la expansión acelerada del Universo "finalmente nos salvará del riesgo" de una catástrofe similar. "Una vez que todas las demás galaxias abandonen nuestro horizonte de eventos cósmicos, nada de lo que ocurra dentro de ellos podrá afectarnos".

Conforme las galaxias se vayan alejando entre sí, más a salvo estaremos de los potenciales peligros de que una civilización más desarrollada decida experimentar con un colisionador de Planck. "Estamos bendecidos por un distanciamiento social ineludible a escala cósmica".

Sobre el autor
autor Jesus Ortega

Periodista. Dirige y presenta el programa radiofónico El Dragón Invisible (Radio Castilla-La Mancha) y forma parte del equipo de El Colegio Invisible (Onda Cero).

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