Ciencia
13/12/2021 (15:24 CET) Actualizado: 13/12/2021 (15:24 CET)

Una 'réplica' del disco de Nebra viaja a la Estación Espacial

El Disco de Nebra podría ser la representación más antigua del cielo nocturno. Ahora, una 'réplica' moderna viajará hasta la Estación Espacial.

Javier Garcia Blanco

Periodista y fotógrafo

13/12/2021 (15:24 CET) Actualizado: 13/12/2021 (15:24 CET)
Una 'réplica' del disco de Nebra viaja a la Estación Espacial
Una 'réplica' del disco de Nebra viaja a la Estación Espacial

El pasado 11 de noviembre, la nave Crew Dragon de SpaceX –la empresa aeroespacial del magnate Elon Musk– despegó del Kennedy Space Center de Florida (EEUU) rumbo a la Estación Espacial Internacional (ISS). La moderna aeronave formaba parte de la misión SpaceX Dragon Crew-3, y en su interior viajaban cuatro astronautas, tres de ellos estadounidenses y uno alemán, perteneciente a la Agencia Espacial Europea (ESA). Los astronautas viajaban para hacer el relevo a sus colegas de la misión SpaceX Crew-2, que llevaban más de seis meses en órbita.

Aunque el despegue de la misión se realizó con varios días de retraso debido a varios imprevistos –estaba programado para el 31 de octubre–, el lanzamiento fue como la seda y los astronautas llegaron a la ISS sin más contratiempos. Al igual que sus predecesores, los astronautas realizarán diversas labores en la estación espacial, entre las que destacan varios experimentos científicos, como el Bioprint First Aid Experiment, que llevará a cabo el alemán Matthias Maurer, y cuya finalidad es probar una nueva técnica de "bioimpresión" que permitiría tratar heridas, cortes y fracturas óseas de forma rápida y efectiva en el espacio.

Maurer
Matthias Maurer, astronauta perteneciente a la Agencia Espacial Europea (ESA)

Pero además de por sus tareas científicas a bordo de la ISS, Maurer ha llamado la atención de la prensa especializada por un detalle de su ropa "espacial", y más concretamente un parche de la parte de la misión que corresponde a la agencia europea, y que se ha bautizado como Cosmic Kiss (Beso cósmico). Dicho parche es una "réplica" de una llamativa pieza arqueológica descubierta hace más de 20 años en Alemania, y que hoy se conoce como "Disco de Nebra". La particularidad de este "disco", y la razón de que Maurer haya escogido esta pieza arqueológica para diseñar el parche que adorna sus ropas espaciales, es que se cree que es la representación más antigua que se conoce del firmamento nocturno. Pero, ¿en qué consiste exactamente este singular objeto?

Disco
Parche de la misión Cosmic Kiss inspirado en el Disco de Nebra

La historia –bastante agitada y no exenta de polémica– del disco de Nebra comenzó en el año 1999, cuando una pareja de "arqueólogos amateurs" –en realidad cazatesoros equipados con detectores de metales–, descubrieron un singular tesoro en una colina cerca de Nebra, una pequeña localidad a 35 kilómetros de Halle (Alemania). En el interior de una cista, los saqueadores descubrieron dos espadas de bronce, varias hachas, joyas y fragmentos de brazaletes, además del objeto que nos ocupa, una pieza circular realizada en bronce y con decoraciones en oro.

Las llamativas decoraciones en oro de la pieza podían tener un significado astronómico

Según el testimonio de los propios cazatesoros, al día siguiente consiguieron vender la mayor parte del botín a un coleccionista de Colonia por unos 16.000 euros. A partir de ese momento, las piezas pasaron de manos de un comprador a otro, hasta alcanzar un valor de medio millón de euros. Ya en el año 2002, una operación policial llevó a la detención de los saqueadores, que estaban intentando vender en Basilea (Suiza), el singular disco de bronce hallado tres años atrás en Nebra. Los cazatesoros fueron juzgados y condenados a un total de 18 meses de cárcel.

A partir de entonces, el disco de Nebra quedó bajo la custodia de Harald Meller, un arqueólogo estatal que inició el estudio de la pieza y para quien resultaba evidente que las llamativas decoraciones en oro de la pieza podían tener un significado astronómico. Sin embargo, no todos los estudiosos coincidían en que el disco fuera una pieza auténtica. Peter Schauer, un reputado arqueólogo de la Universidad de Ratisbona, no dudó en calificar de falsificación lo que para otros era uno de los más destacados hallazgos arqueológicos de los últimos años.

Para algunos el disco tendría un uso práctico, quizá como calendario utilizado en distintos cálculos astronómicos

Según Schauer, la pátina del disco habría sido creada artificialmente, al igual que unas muescas que presenta la pieza, y que en su opinión no podían haber sido creadas hacia el 1.600 a.C. Aunque el arqueólogo alemán insistió durante años en su idea de una falsificación más o menos reciente, la mayor parte de los expertos coinciden en lo contrario, y de hecho criticaron duramente que el arqueólogo realizara tales afirmaciones sin tan siquiera haber tenido el disco entre sus manos.

Las evidencias definitivas sobre su antigüedad llegaron con el hallazgo en el yacimiento de una pieza de oro que encaja perfectamente con un ·hueco· presente en el disco, y también con la comparación positiva entre la tierra adherida al objeto y la existente en la colina donde se descubrió el tesoro. Demostrada –al menos así lo parece– la autenticidad del disco, los expertos se afanaron en su descifrar su significado. La hipótesis más popular es de carácter astronómico, aunque entre sus defensores también existen distintas interpretaciones.

Mientras para unos sería simplemente una representación simbólica del firmamento, para otros el disco tendría un uso práctico, quizá como calendario utilizado en distintos cálculos astronómicos. Si estudiamos la superficie verdosa de la pieza, vemos que destaca una gran circunferencia dorada, una especie de media luna, dos "arcos" situados uno frente a otro en el borde del disco, 32 puntos de oro, y un tercer arco en la parte inferior. Para los defensores de la interpretación astronómica, el gran círculo podría representar al Sol o a la Luna llena y los 32 puntos serían estrellas –siete de ellas que aparecen apiñadas simbolizarían las Pléyades–.

Sobre el autor
Javier Garcia Blanco

Periodista y fotógrafo especializado en temas de arte, historia y viajes. Ha publicado sus trabajos en medios como El Mundo, GEO, Lonely Planet, Condé Nast Traveler Destinos, entre otros. Autor de varios libros, como Historia negra de los Papas, Ars Secreta o Héroes y villanos. Fue jefe de edición de Año/Cero, y actualmente dirige el magazine de viajes y cultura Wanderer.es

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