Una misión de la ESA es capaz de crear eclipses solares
La Agencia Espacial Europea ha lanzado al espacio su propio generador de eclipses artificiales para estudiar la corona solar
El pasado 5 de diciembre, echaba andar la primera misión de la Agencia Espacial Europea (ESA) que utiliza tecnología de vuelo en formación para realizar observaciones científicas de la corona solar, en condiciones nunca conseguidas hasta ahora. La misión, que recibe el nombre de Proba-3 despegó desde el Centro Espacial Satish Dhawan, en Sriharikota (India).
Así lucía, a un centenar de kilómetros de distancia el despegue del cohete PSLV-XL. El vídeo obtenido por Karthik Naren muestra, en un solo fotograma, el contraste entre el rico y antiguo patrimonio cultural de la India y su ambicioso programa de vuelos espaciales.
The launch of @ISRO/@ESA #Proba3 mission as seen from 100km away.
— Space Intelligence (@SpaceIntel101) December 5, 2024
I love the contrast between #India's rich cultural ancient heritage and its ambitious spaceflight program in one frame.
Video credit: @nkknspace for Space Intelligence pic.twitter.com/gH71xLsPEd
Tecnología de vuelo en formación precisa
Proba-3 está compuesta por dos pequeños satélites que operan como una sola entidad. Su capacidad de mantener una posición relativa con una precisión de milímetros y un apuntamiento de milésimas de grado permite realizar maniobras en órbita con una exactitud nunca vista. Los satélites llevarán a cabo operaciones clave que incluyen el mantenimiento de estaciones a distancias relativas que van de 25 a 250 metros, la realización de acercamientos y separaciones en formación precisa sin perder su alineación milimétrica, y la reorientación de la formación como si fueran un cuerpo rígido virtual.
Estas capacidades permitirán demostrar que pequeñas plataformas independientes pueden sustituir estructuras voluminosas como telescopios, trabajando en conjunto para lograr resultados de alta calidad.
Un eclipse solar artificial
El aspecto más fascinante de Proba-3 es su capacidad para crear eclipses solares artificiales en el espacio. La Nave Espacial Coronógrafo (CSC) y la Nave Espacial Ocultadora (OSC) trabajan en conjunto para bloquear la cara brillante del Sol y observar su tenue atmósfera, conocida como corona solar. La OSC, situada a una distancia precisa de 150 metros frente a la CSC, proyecta su sombra sobre el coronógrafo a bordo de la CSC, permitiendo capturar imágenes de la corona con un nivel de detalle sin precedentes.
Este logro es significativo porque elimina las interferencias de luz directa del Sol, que suelen dificultar la observación desde telescopios terrestres. Las imágenes obtenidas aportarán datos valiosos para comprender los procesos dinámicos de la corona solar, como las eyecciones de masa coronal y los vientos solares, que tienen un impacto directo en el clima espacial y la tecnología terrestre.
Uno de los retos clave de la misión es que la mayor parte de las operaciones se realizarán de manera completamente autónoma. Los satélites coordinarán sus movimientos y actividades basándose en una línea de tiempo predefinida, ajustándose a cualquier imprevisto. En caso de fallos, los satélites tienen la capacidad de separarse y adoptar una configuración segura hasta que los controladores en tierra puedan intervenir.
Liderazgo tecnológico de España
La misión Proba-3 ha sido liderada por el grupo tecnológico español Sener, que actuó como contratista principal en colaboración con más de 29 empresas de 17 países. Además, Sener diseñó y fabricó componentes clave de los satélites, como los ensamblajes de Banco Óptico de Alta Estabilidad, que aseguran la precisión en el apuntamiento de los instrumentos, y el mecanismo de despliegue del panel solar de la CSC. Este esfuerzo fue posible gracias al apoyo del Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI) de España.
Proba-3 no solo abrirá nuevas posibilidades para el estudio del Sol, sino que también servirá como base para el desarrollo de futuras misiones espaciales que requieran tecnología de vuelo en formación. La capacidad de coordinar pequeñas plataformas espaciales con una precisión tan alta podría revolucionar el diseño y la ejecución de misiones científicas y comerciales, optimizando recursos y reduciendo costos.
Con esta misión, la ESA y sus colaboradores no solo reafirman su liderazgo en la exploración espacial, sino que también amplían los límites del conocimiento humano sobre el universo.
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