La máquina del tiempo cada vez más cerca
Científicos de diversas universidades trabajan en un proyecto para crear una máquina del tiempo
Seguramente, Ronald Mallet es el científico que más tiempo lleva batallando por crear una máquina para viajar en el tiempo. Este profesor emérito de la Universidad de Connecticut, a sus 77 años acaba de conceder una amplia entrevista a The Guardian donde expone la situación actual de su proyecto.
La clave reside en unos láseres giratorios que generaran un bucle temporal
Hace ya varias décadas que Mallet creyó haber descifrado la clave para desplazarse en el tiempo retorciendo el tejido del espacio-tiempo con un anillo de láseres giratorios que generaran un bucle temporal. El aparato permitiría viajar, eso sí, solamente hacia atrás. Aunque muchos otros científicos no son tan optimistas, no faltan departamentos académicos enteros que trabajan en el concepto, como el Centro del Tiempo de la Universidad de Sídney y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). La fascinación de Mallett por esta posibilidad comenzó cuando tenía solo diez años y su padre, Boyd, falleció de un ataque al corazón. El joven había estado muy unido a su progenitor y quedó en estado de shock, sin poder entender que algo así ocurriera. Hundido por el percance, se recluyó a un mundo de fantasía entre libros y revistas para escapar de la realidad. La lectura de uno ellos, La máquina del tiempo de H.G. Wells, le cambió la vida
Cautivado por la novela, fabricó una réplica con las piezas de repuesto de la televisión, la radio de su padre y su bicicleta. Por supuesto, no funcionó, pero a Mallett se le quedó grabada la idea. De hecho, tras doctorarse en astrofísica, ha pasado los últimos cincuenta años trabajando en el problema, y cree que por fin lo ha resuelto. Su anillo de láseres giratorios para generar un bucle temporal no es tan descabellado como parece.
RETORCER EL ESPACIO
«Resulta que los agujeros negros en rotación pueden crear un campo gravitatorio capaz de generar bucles temporales que permitan viajar al pasado –explica Mallett a The Guardian–. A diferencia de un agujero negro normal, un agujero negro giratorio tiene dos horizontes de sucesos (la superficie que encierra el espacio del que no puede escapar la radiación electromagnética), uno interior y otro exterior. Entre estos dos horizontes de sucesos se produce lo que se denomina arrastre del espacio-tiempo». En otras palabras, «digamos que ahora mismo tiene delante una taza de café. Empieza a removerlo con la cuchara. Empieza a arremolinarse, ¿verdad? Eso es lo que hace un agujero negro en rotación. En la teoría de Einstein, el espacio y el tiempo se relacionan entre sí. Por eso se llama espacio-tiempo. Así que como el agujero negro está girando, en realidad va a causar una torsión del tiempo».
Lo primero que hace falta es demostrar que podemos retorcer el espacio, no en el tiempo
La cuestión es si ese fenómeno cósmico se puede replicar a escala humana. «Aún no lo sé», continúa diciendo Mallett en la entrevista. «Lo primero que hace falta es poder demostrar que podemos retorcer el espacio –no el tiempo–, retorcer el espacio con la luz».
¿Encontrará este viejo profesor un mecenas multimillonario para financiar sus experimentos? Lo frustrante del asunto es que, aun obteniendo los mejores resultados, su máquina solo permitiría ir hasta el momento en que fue generado el bucle temporal. Nunca a 1955, año en el que falleció su padre. Así que nunca podría atenderle adecuadamente durante su paro cardíaco.
No obstante, al margen de estas expectativas personales, una máquina así tendría enormes ventajas para la humanidad. Por ejemplo, dice Mallett, «supongamos que ya hubiéramos tenido este aparato en marcha hace algunos años, y pudiéramos crear la medicina del Covid antes de que apareciese. Imaginemos que pudiéramos predecir con precisión cuándo se van a producir terremotos o tsunamis» para informar a nuestros antepasados que ya tuvieran la máquina. «Así que he abierto la puerta a una posibilidad. Y creo que mi padre habría estado muy orgulloso de ello».
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