Las misiones secretas del Vaticano en el espacio
¿Qué hay de cierto en los rumores que aseguran que la Santa Sede participa en un programa secreto de exploración espacial? ¿Qué relación tiene con el Planeta X?
A principios de la década de los noventa, la Santa Sede participó en un nuevo programa de exploración espacial que recibió el nombre en clave de «Siloé» en colaboración con la NASA. Si todo es cierto, en 1995 fue lanzado al espacio, a través de este programa secreto, un hermano gemelo del telescopio Hubble llamado "Skyhole 12". Este es uno de los elementos que el Vaticano utiliza en sus misiones secretas cuyos primeros datos se recibieron en el Observatorio Secreto espacial del Vaticano en Alaska.
La sonda Siloé fue construido en el Área 51 y fue puesto en órbita por una nave secreta tipo Aurora (super-aeronaves secretas capaces de entrar y salir del espacio). Este tipo de proyectos reciben la clasificación "Secretum Omega" por parte del Vaticano.
El padre Jesuita Malachi Martin desveló en algunas entrevistas realizadas a finales de los noventa una información inquietante relacionada con este proyecto supersecreto. Contó que se había encontrado un planeta que se llamaba Hercóbulus, y que causaría millones de muertos décadas después. Misteriosamente el padre Martin falleció en 1999 en circunstancias desconocidas. Muchos piensan que el padre fue silenciado.
¿Es Hercóbulus una intoxicación del Vaticano? Los intentos de asociar con el Planeta X, Nibiru o el mencionado Hercóbulus con Ajenjo, un cuerpo celeste que menciona la Biblia en el libro de Apocalipsis forman parte de la teoría de la conspiración.
El Ajenjo en el Apocalipsis se describe como un gran meteorito que cae a la Tierra y no como un planeta. Ambos casos no corresponden con el mismo caso. De hecho, los informes del SIV (Servicio Secreto Vaticano) durante el pre-embarque de la nave Siloé, se habló de que este planeta, Hercóbulus, estaba habitado por seres extraterrestres.
Por orden del Papa Pío XII, los obispos James Mc Intyre, Los Ángeles y Edward Mooney de Detroit, organizan la creación del SIV, el Servicio de Inteligencia del Vaticano para discutir la coordinación de la información sobre el tema extraterrestre, en colaboración con las Comisiones Secretas.
Desde Roma, según este rumor se destinan fondos millonarios a estos programas del Servicio Secreto de Inteligencia Vaticano para asuntos espaciales y extraterrestres.
Algunas informaciones parecen respaldarlo. El pasado 11 de octubre de 2016, Wikileaks publicó la tercera tanda de los correos electrónicos intervenidos a John Podesta, jefe de campaña de la candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Hillary Clinton y exconsejero del expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, entre ellos los mensajes que intercambió con el fallecido astronauta Edgar Mitchell quien sugería que el Vaticano es conocedor de la existencia de vida extraterrestre, y le hace saber a Podesta que su "colega católica" Terri Mansfield podría "contarnos todo lo que sabe sobre el conocimiento del Vaticano acerca de la inteligencia extraterrestre". Mansfield se describe en Internet como la directora del Grupo de Trabajo para la paz ETI (Inteligencia Extraterrestre), organización que a su vez se describe como "la más alta forma de inteligencia que trabaja directamente con Dios". Entonces, ¿tienen fundamento los rumores acerca del proyecto Siloé?
El objetivo de la nave Siloé era aproximarse al escurridizo planeta Nibiru y fotografiarlo. Una vez realizado la primera fase de la misión, la nave regresaría a la Tierra para transmitir imágenes al observatorio espacial del Vaticano en Alaska, el cual empezó a recibir información de Siloé en octubre de 1995.
Las fotos del Vaticano revelarían la verdadera naturaleza de un planeta de dimensiones enormes, parecida a la Tierra. Esa información secreta se consideraba muy peligrosa, por lo que se ordenó la clasificación de "omega secretum" con nivel 1.
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