Ciencia
07/01/2015 (10:34 CET) Actualizado: 15/03/2015 (20:05 CET)

La NASA planea una misión tripulada a Venus

07/01/2015 (10:34 CET) Actualizado: 15/03/2015 (20:05 CET)
La NASA planea una misión tripulada a Venus

La verdad es que la noticia ha pillado por sorpresa a más de uno, ya que es más que evidente que en los últimos años los esfuerzos de la Agencia Espacial Norteamericana, al igual que el resto de agencias espaciales, parece estar dirigido a una futura colonización del planeta rojo.

Ahora, la cuestión no sólo sería llegar a Venus en una misión tripulada, sino que el paso siguiente sería crear estructuras flotantes en su cielo para, entre otras cosas, combatir las altísimas temperaturas de su superficie. Dichas estructuras flotantes conformarían una especie de ciudad en las alturas, que además, según los técnicos de la NASA sería factible, entre otras cosas porque la distancia entre Venus y la Tierra posibilita que el viaje, con todo lo que habría que trasladar, se pudiera desarrollar en apenas 440 días, incluidos los treinta de estancia, lo que a su vez permitiría que si hay algún problema se pueda dar marcha atrás a toda prisa.

Incluso ya se ha bautizado el asunto: tras el acrónimo HAVOC se encuentra, de su traducción del inglés, el Concepto Operativo en Venus de Altitud Elevada, que consistiría, en su primera fase, en una nave espacial diseñada en los laboratorios Langley de la NASA, y que se encargaría de explorar Venus para dar con la ubicación adecuada de la ciudad flotante. Dicha nave estaría diseñada para soportar, al menos durante un mes, la acción de las nubes de ácido de Venus, entre las que se tendría que posicionar, y que permitiría al equipo humano tomar los datos necesarios para saber más sobre la atmósfera de este planeta, que por si nuestros oyentes no lo saben, es el que más cerca está de la Tierra.

Lo curioso de la nave es que parece un dirigible, que en su versión robotizada, que sería la primera que se enviaría a Venus, mediría 31 metros de un extremo a otro, y en su versión tripulada, es decir, la inmediatamente posterior, mediría 130 metros.

Aunque esta primera versión permitiría una estancia como ya he comentado de 30 días, el objetivo de futuras misiones sería estar durante casi un año, situados en una especie de nube flotante. Además tendrían que estar a 50 km del suelo, donde la presión atmosférica sería similar a la que en la Tierra tenemos a nivel del mar, y la temperatura sería algo más elevada: de unos 75 grados centígrados, ya que como ha asegurado Dale Arney, que pertenece al citado Centro de Investigación Langley de la NASA, "la atmósfera de Venus es el entorno más parecido a la superficie de la Tierra que hay ahí fuera".

Tan sólo unos datos más: Venus en su superficie alcanza temperaturas de hasta 500 grados centígrados, y las presiones son casi 100 veces superiores a las de nuestro planeta. Vamos, que en su superficie el plomo se derrite, y la presión es similar a estar a un km de profundidad bajo las aguas del, por ejemplo, océano Atlántico.

Otra de las ventajas de estar a esa altura es que el tirón gravitatorio sería menor a la hora de entrar o salir del planeta, y que la exposición de un ser humano a la radiación, sería similar a la de algunos puntos de la Tierra.

La verdad es que parece de ciencia ficción, pero también lo parecía hasta hace poco más de un mes colocar una sonda espacial en un cometa que se encuentra a más de 500 millones de km de la Tierra, después de haber recorrido algo más de 6.000 millones de km para dar con él, y lo cierto es que ahí está.

Por tanto, ya nada es imposible; sólo es cuestión de tiempo…

 

 

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