Alertan de la hipnosis de la carretera
La hipnosis de la carretera constituye uno de los riesgos de accidente más alto y, sin embargo, no queremos prestar atención a la conducción en "estado de trance"
Cuando oímos la palabra hipnosis, nos viene a la cabeza un señor de mirada penetrante, voz monótona y grave, sujetando un reloj que se mueve de un lado a otro de nuestros ojos y, aunque el proceso hipnótico tenga muy poco qué ver con esto, ya que se trata más bien de una relación de comunicación entre terapeuta y paciente que pretende generar determinados comportamientos basados en la sugestión, el binomio hipnosis igual a somnolencia es un estigma que acompañará siempre a esta fascinante herramienta terapéutica. Más aún cuando, desde los ámbitos científicos, se habla de ‘hipnosis de la carretera’ o ‘fiebre de la línea blanca’ para referirse al cansancio experimentado por los conductores en autovías y carreteras cuando llevan horas al volante pero, también, a otros fenómenos que parecen sumir en un trance a los conductores.
El conductor circula en una especie de estado de trance, en el que es incapaz de reaccionar con rapidez a situaciones imprevistas
Pero el fenómeno de la hipnosis de la vía va mucho más allá de dar una cabezada y el subsiguiente volantazo. Se refiere, sobre todo a los automatismos, es decir, cuando quien está al volante ha olvidado partes del trayecto, o lo ha realizado en estado de trance, ejecutando la acción de conducir de forma automática, sin pensar. Diversos estudios señalan que este fenómeno puede producirse por varios factores: paisajes altamente repetitivos, fatiga, cansancio o exceso en horas de conducción. Lo grave de esta situación es que este “trance” disminuye la capacidad de reacción de los conductores siendo más propensos a protagonizar u ocasionar un accidente de tráfico.
Según datos del “Eurobarómetro de la Fatiga al Volante 2019”, la mitad de los conductores europeos ha sufrido episodios de sueño en un desplazamiento largo, y un 5% afirma que ha llegado a quedarse casi dormido mientras conducía. Además, el 16% ha sufrido algún accidente a causa de la fatiga y el 9% ha tenido que parar a descansar en alguna ocasión por cansancio extremo al volante. No son mejores los datos de Colombia. El pasado año tuvieron lugar 512 accidentes graves de carretera por exceso de horas al volante según se desprende del Observatorio Nacional de Seguridad Vial. De ellos, 107 generaron lesionados, 28 fallecidos y 377 sólo daños materiales.
Fatiga: así son los síntomas
¿Cómo reconocer vamos a ser presa de la hiponsis de la carretera? Cuando experimentemos la necesidad de movernos en el asiento, tengamos pérdida de concentración, calambres musculares o dolor de espalda. También podemos notar somnolencia, lentitud en la toma de decisiones o, llegando al extremo, la visión borrosa. Muchos de estos síntomas eran descritos en los albores de la ciencia hipnótica, en el llamado mesmerismo.
Los estudios demuestran que este fenómeno genera una pérdida de atención y un aumento del tiempo de reacción ante un obstáculo del 86%.
La hipnosis, o la fiebre de la línea blanca, también puede producirse cuando nuestra mente desconecta de la actividad de conducción que estamos llevando a cabo por otras circunstancias; problemas, pensamientos o una desbordante imaginación. Pasados unos segundos, el cerebro vuelve reaccionar a los estímulos externos sin poder recordar qué ha sucedido exactamente en ese tiempo. Ojo con los recorridos habituales pues suelen proporcionarnos una falsa seguridad. Si circulamos cada día por la misma carretera, recorriendo a la misma hora el mismo trayecto, es más fácil que desconectemos la atención y circulemos de forma autómata que si lo hacemos por un nuevo trayecto.
La ya conocida como hipnosis de la carretera empezó a documentarse en los años 20 del siglo pasado pero no fue hasta 30 años después cuando varios estudios confirmaron que este estado mental podría haber sido la causa de una gran cantidad de accidentes que no habían tenido explicación hasta el momento.
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