Europa Clipper: ¿Mensajes para una luna deshabitada?
La sonda Europa Clipper de la NASA viaja destino a una de las cuatro grandes lunas de Júpiter pero ¿sabías que porta una placa llena de mensajes?
La sonda Europa Clipper de la NASA despegó el pasado lunes 14 de octubre de 2024 rumbo a Europa, la cuarta luna más grande de Júpiter. Aunque el objetivo principal de la misión es estudiar esta luna helada y sus secretos subterráneos, hay un detalle en esta misión que despierta la curiosidad de quienes creen en que hay vida más allá de la Tierra: una placa llena de símbolos y mensajes viaja en la sonda, otro mensaje dentro de una "botella" lanzada a la inmensidad del cosmos. Pero, ¿por qué enviar mensajes a un mundo aparentemente deshabitado?
La placa, fabricada en tántalo, mide 18 x 20 centímetros y tiene solo un milímetro de grosor. Lo intrigante es su diseño, cargado de simbolismo y mensajes que parecen trascender nuestra mera búsqueda científica. El agua, como fuente primordial de vida, es el eje central de esta enigmática obra. El sustantivo "agua" aparece inscrito en 103 idiomas, incluyendo el lenguaje de señas estadounidense, como un recordatorio de la importancia universal de este recurso para la vida. Curiosamente, estas ondas de sonido emergen de un círculo central, como si representaran un mensaje que se expande desde nuestro planeta hacia las estrellas.
La placa también incluye el poema "Elogio de un misterio: un poema para Europa", escrito por la poetisa estadounidense Ada Limón. Este poema no solo celebra la belleza y el enigma del cosmos, sino que también destaca la importancia del agua para la vida. ¿Podría este poema ser un mensaje poético no solo para futuras generaciones de humanos, sino quizás para alguna inteligencia que pudiera encontrarlo en el futuro?
Mensajes en una botella... ¿para quién?
El diseño de la placa tiene otra característica aún más intrigante: una botella rodeada por las órbitas de las lunas galileanas de Júpiter, dentro de la cual se ha insertado un microchip con más de 2.6 millones de nombres de personas que participaron en la campaña de la NASA "Mensaje en una botella". ¿Pero para quién está realmente dirigido este mensaje? ¿Se trata de una simple expresión simbólica de la humanidad o, en el fondo, estamos esperando que alguien, o algo, lo descubra?
Este gesto, que recuerda a las placas de las misiones Voyager y Pioneer, parece un eco del eterno deseo humano de comunicarse con otras formas de vida en el universo. Aunque Europa, según nuestros conocimientos, no está habitada, al menos tal y como la conocemos ya que contactados como Sixto Paz aseguraron en los setenta mantener contactos telepáticos con habitantes de este mundo en otro estado y dimensión. En cualquier caso, ¿Por qué seguimos enviando estas cápsulas llenas de mensajes?
La ecuación de Drake y la búsqueda de vida
En la parte superior de la placa aparece grabada la ecuación de Drake, una fórmula matemática diseñada en 1965 por el astrofísico Frank Drake para estimar el número de civilizaciones con las que podríamos comunicarnos en nuestra galaxia. Al incluir esta ecuación, la placa parece enviar un mensaje claro: seguimos buscando compañía en el cosmos. Esta referencia no es solo una declaración de la ciencia, sino también un guiño a todos aquellos que creen en la vida extraterrestre. Si esta misión se dirige a un satélite supuestamente deshabitado, ¿por qué grabar la ecuación que busca civilizaciones?
A la izquierda del poema aparecen las estructuras atómicas del hidrógeno y del radical hidroxilo, componentes esenciales del agua. Junto a ellas, las longitudes de onda que emiten el hidrógeno y el hidroxilo, conocidas como el "waterhole" o "agujero de agua", una ventana de observación clave en la radioastronomía. Estas señales son fundamentales para la comunicación en el cosmos, pero nos llevan a cuestionarnos nuevamente: ¿qué estamos intentando decirle al universo desde esta lejana luna de Júpiter?
Además de estos símbolos científicos, la placa rinde homenaje al geólogo planetario Ron Greeley, uno de los pioneros que impulsó la creación de la misión Europa Clipper hace más de 20 años. Su retrato nos recuerda la dedicación humana para explorar el espacio, pero también refuerza la sensación de que estamos dejando un legado, esperando tal vez que alguna entidad más allá de la Tierra lo descubra.
Europa es un mundo helado con un océano subterráneo que podría albergar más agua que todos los océanos de la Tierra combinados. Sabemos que donde hay agua, podría haber vida. Entonces, ¿es posible que en las profundidades de este océano haya algo o alguien que algún día descifre estos mensajes?
La misión Europa Clipper realizará más de 40 sobrevuelos sobre Europa una vez la alcance en 2030
Hasta ahora no hemos encontrado pruebas concluyentes de vida en Europa, pero la esperanza es lo último que se pierde. La misión Europa Clipper, que realizará más de 40 sobrevuelos sobre la luna una vez que llegue en 2030, está destinada a desvelar los secretos de este misterioso océano. Mientras tanto, la placa que viaja en la sonda sigue siendo un enigma: un mensaje para el futuro, para la ciencia, o quizás para una civilización que aún no conocemos.
La placa de la misión Europa Clipper no es solo un protector para la electrónica de la sonda, sino un símbolo de nuestra eterna curiosidad y esperanza. Solo el tiempo nos dirá si estos símbolos y mensajes serán algún día descubiertos, ya sea por futuras generaciones de humanos o, tal vez, por algo más.
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