Las élites ante el apocalipsis climático

Si algo tiene el Apocalipsis es que nos hará a todos iguales ante el severo final de los tiempos. Sin embargo, los milmillonarios se resisten a aceptar semejante escenario distópico. En el caso de que nuestra especie corra el riesgo de sucumbir a una nueva pandemia, la III Guerra Mundial con armas termonucleares, catástrofes climáticas a escala planetaria o el impacto de un gran meteorito venido del espacio exterior, la élite sueña con que su modo de vida sufra el menor número de alteraciones posibles. De ahí que esté proliferando un lucrativo e innovador negocio inmobiliario: la construcción y venta de refugios subterráneos de lujo. El profesor Douglas Rushkoff, de la Universidad de Nueva York,  reflexiona sobre este panorama en su libro La supervivencia de los más ricos: fantasías escapistas de los milmillonarios tecnológicos (Capitán Swing, 2023).

Rushkoff, un destacado analista del futuro de la tecnología e investigador de la cultura ciberpunk, fue invitado a un remoto complejo turístico para dialogar con cinco de los hombres más ricos del mundo sobre sus preparativos para un posible apocalipsis. Aunque no reveló las identidades de los multimillonarios con los que conversó, el autor compartió detalles reveladores sobre sus preocupaciones y acciones. Para esta élite adinerada, la charla no giró en torno a si ocurrirá un evento catastrófico, sino en torno a cuándo sucederá. Acuñaron además el término «El Evento» como un eufemismo para referirse a una variedad de desastres potenciales como el colapso medioambiental, el malestar social generalizado, explosiones nucleares, tormentas solares, virus incontrolables y hackeos informáticos maliciosos.

Douglas Rushkoff

FORTALEZAS AUTOSUFICIENTES

Uno de los hombres más ricos del mundo compartió con Rushkoff sus planes para construir su propio sistema de búnkeres subterráneos y expresó su preocupación por mantener el control sobre su fuerza de seguridad después de que «El Evento» tuviera lugar. Este encuentro revelado por Rushkoff subraya la seriedad con la que los más acaudalados se toman la seguridad y la protección de sus seres queridos. Es más, esta élite millonaria no se conforma con refugios subterráneos rudimentarios. Empresas como Vivos y Rising S Company se han convertido en las elegidas para llevar a cabo sus proyectos de supervivencia, ofreciendo búnkeres de lujo con una amplia gama de comodidades, desde piscinas y establos hasta salas informáticas para minería de criptomonedas.

Vivos, por ejemplo, vende estas construcciones a partir de instalaciones reconvertidas de la Guerra Fría y silos de misiles en todo el mundo. Los refugios de lujo cuentan con zonas comunes donde las personas pueden reunirse, así como espacios privados para cada individuo. La perspectiva de pasar un año o más en estos recintos subterráneos no es descartada por la élite millonaria. Algunos de estos lugares son auténticas fortalezas autosuficientes, con sistemas de energía, purificación de agua y filtración de aire, además de reservas de alimentos para una duración de doce meses o más.

Algunos de estos búnqueres pueden almacenar recursos para años

EUROPA ONE

Uno de los centros más impresionantes de Vivos, Europa One, ubicado en Alemania, ofrece a las familias más de 232.258 metros cuadrados de espacio habitable. Dispone de un bar, una capilla y piscinas, convirtiendo el complejo en un pequeño pueblo completo con alojamientos privados de lujo. Para favorecer la salud mental de sus residentes, este «hormiguero humano» incorpora simulaciones de luz natural y comodidades que incluyen un cine, un jardín y una bodega.
Otro ejemplo es Vivos xPoint, que se encuentra cerca de Black Hills, en Dakota del Sur, y consta de 575 búnkeres militares. Este complejo puede albergar a cerca de 5.000 personas y ofrece la posibilidad de personalizar cada búnker según las preferencias y necesidades de los propietarios. Con todas las comodidades de una pequeña ciudad, que incluyen un teatro, escuelas, jardines hidropónicos y una clínica médica, estas comunidades buscan ofrecer no solo seguridad, sino también comodidad y una sensación de normalidad en medio del caos. A pesar del atractivo de estas casi versallescas instalaciones, surgen preguntas sobre su capacidad real para proteger a sus ocupantes de las múltiples amenazas apocalípticas. Rushkoff plantea la preocupación de que los ecosistemas cerrados de estas instalaciones subterráneas son frágiles y, por lo tanto, podrían no garantizar la supervivencia a largo plazo.

Uno de los búnqueres de lujo de Vivos

Si bien es cierto que algunos multimillonarios están invirtiendo en su propia seguridad y la de sus familias, esta tendencia también plantea preguntas más amplias sobre el impacto de sus acciones en nuestro planeta. Mientras algunos buscan escapar de la realidad en sus búnkeres de lujo, el resto del mundo sigue enfrentando desafíos globales que requieren soluciones urgentes colectivas y sostenibles de las que nadie podrá huir por mucho dinero que se tenga.

SUBTERRÁNEOS DE ALTA GAMA

La empresa Vivos afirma que sus refugios están diseñados para permitir que los residentes sobrevivan durante al menos un año sin necesidad de salir al mundo exterior, pero en el caso de un colapso total de la civilización, no se podría prolongar mucho más la existencia con vida. Pese a estas limitaciones, la demanda de estructuras de supervivencia de lujo está en constante aumento. Según los informes aportados por las propias compañías constructoras, en 2016 los pedidos de búnkeres subterráneos de alta gama aumentaron un 700% en comparación con el año anterior. Además, las ventas totales de refugios subterráneos crecieron un 300% al vaivén de las elecciones presidenciales de EE UU.