Ciencia
18/02/2019 (18:10 CET) Actualizado: 08/10/2020 (09:45 CET)

El Cazador de Espíritus. La verdadera historia del exorcista más popular de España

Este hombre ve espíritus desde los 3 años de edad, ha ejercido 25 como exorcista y la historia de su vida es trepidante ante las numerosas experiencias que tiene y demuestra con el más allá y lo espiritual. Ahora se ha publicado una biografía de este cazador de espíritus.

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18/02/2019 (18:10 CET) Actualizado: 08/10/2020 (09:45 CET)
El Cazador de Espíritus. La verdadera historia del exorcista más popular de España
El Cazador de Espíritus. La verdadera historia del exorcista más popular de España

«Me llamo Antonio, soy de Sabadell y veo espíritus desde los tres años». Así comienza el libro, El Cazador de Espíritus, la biografía de Antonio Jiménez, el hombre que ejerció como exorcista durante 25 años como ayudante de M. Àngels Bertolín.

Sin acercarse ni de lejos a la literatura de terror, de la que Antonio abomina, el libro rebosa humanidad, acción y hasta humor, sin olvidar el alcance metafísico de las experiencias espirituales.

Ya de niño veía cada noche personajes de luz alrededor de su cama. Fue también en la cama, en esa hora mágica semi-inconsciente justo antes de dormirse, cuando recibió entre los 3 y los 10 años, sus primeras lecciones desde el más allá para controlar la energía, proyectarla, dosificar su fuerza, realizar viajes astrales y tener vivencias premonitorias como el entierro de su padre, con todo lujo de detalles, seis meses antes de su muerte.

«Cuando se me abre una pantalla de 360 grados a mi alrededor no es videncia sino vivencia. Yo estoy allí, huelo los olores y siento la temperatura del lugar. Así es como viví entre los escombros de los atentados del 11-S en Nueva York meses antes de que ocurriera el atentado. Lo malo es que no supe donde estaba ni comprendí qué había sucedido», dice Antonio Jiménez en El Cazador de Espíritus.

La adolescencia y juventud fueron una auténtica tortura para Antonio quien seguía viendo seres espirituales en su casa, en la calle y en el trabajo y, peor aún, a veces sin distinguirlos de las personas físicas.

No entendía por qué su padre, hombre hospitalario, ofrecía el porrón de vino a dos invitados, pero ignoraba a los otros dos. Con el tiempo comprendería que a esos otros dos su padre no los veía; sólo los veía él.

En la adolescencia empezó a sentirse bicho raro y ocultó su don como una maldición. El niño Antonio sólo quería ser normal. Intentando obviar sus facultades, empezó a retar a la muerte, lo que le comportó numerosos accidentes de caballo, de tráfico, de ahogo en un lago y otros con un sufrimiento que, en la práctica, le acercaba mas aún a ese otro mundo del que huía.

De cada accidente extrajo una lección espiritual que luego le iba a servir para ejercer el exorcismo. Cada contratiempo de su triste vida le sumergía más todavía en el aprendizaje de esas facultades espirituales de las que él pretendía huir.

En su huida hacia adelante, trabajó durante 20 años de comercial de cosméticos vendiendo perfumes, lacas y jabones por toda España y, luego, de jardinero arreglando parterres y rosales de jardines públicos y privados.

La casualidad le llevó a conocer a sus 35 años el Centre d'Ajuda Espiritual Àngels de Sabadell, regentado por M. Àngels Bertolín, donde terminó por asumir que su destino era ayudar a los demás.

«Empecé a trabajar allí contra mi voluntad, pero enseguida vi que aquello era sencillo para mi. Ver el espíritu que acompaña a las personas y extraerlo de su interior, es algo que había hecho toda la vida sin pretenderlo. Yo creo que es incluso a lo que me he dedicado en otros planos de existencia antes de nacer en éste». Y Antonio se convirtió en cazador de espíritus.

Ahí trabajó durante 25 años con tanto éxito que atendía cada día a medio centenar de pacientes, viajaban cada fin de semana a Madrid, Bilbao, la  Coruña, Las Palmas y otras capitales españolas donde ya les estaban esperando largas colas de personas en la calle.

Se hicieron famosos y aparecieron en todas las cadenas televisivas españolas junto a M. Teresa Campos, Pepe Navarro y demás mediáticos de la época. Terminaron por ser solicitados en México e Inglaterra a donde se trasladaron para «limpiar» casas encantadas o personas poseídas.

Para erradicar las entidades de un muerto que suelen acompañar a la persona, Antonio fue depurando su técnica hasta lograr una práctica rápida y segura que permitía a los pacientes notar un alivio inmediato y, por lo general, no regresar más al Centro de Ayuda Espiritual. Normalmente bastaba con una sola sesión. Antonio explica en el libro con todo detalle su técnica de exorcismo.

Ante un poseído Antonio se convierte en cazador implacable. Sabe que la mayoría de espíritus son simples almas en pena de baja energía y fáciles de extraer y enviar a la luz.

Pero no hay que bajar la guardia porque algunos son almas viejas de muchos años en el inframundo, listos y agresivos. La lucha con ésos, que pueden disfrazarse de animal, niño o hasta bailarina de strip-tease con tal de asustar o disuadir al exorcista, puede ser larga, laboriosa y agotadora. En más de una ocasión, Antonio ha terminado en Urgencias de algún hospital español a consecuencia de los ataques de esos espíritus malignos.

Con el tiempo Antonio ha desarrollado, gracias a su práctica, una cosmovisión personal, un corpus teórico único que en unas ocasiones le aproxima a la Iglesia Católica, pero en otras le sitúa en la línea de las modernas leyes de la Física Cuántica.

Antonio cree en las almas gemelas, no cree en el Diablo, no cree en la reencarnación (cuando menos de animal a hombre), no cree que el aborto sea un pecado (puesto que el feto no adquiere alma hasta que se corta el cordón umbilical), piensa que la transexualidad puede estar influida por seres espirituales, critica el ritual católico de exorcismo aprobado por el Vaticano por ineficaz y anacrónico,  está convencido de que el tiempo no es lineal sino que hay varios planos paralelos de realidad y repite hasta la saciedad que «solo somos un eco del pasado».

Redactado por el ex–periodista de Diario de Sabadell, Víctor Colomer, el libro atrapa desde la primera página y avanza a ritmo de thriller. La vida real de Antonio el exorcista podría convertirse en una trepidante película de acción y fantasía. La diferencia es que aquí no hay ficción, todo es realidad.

El libro puede descargase gratuitamente en PDF como eBook, en la plataforma lulu.com para leerlo en ordenador, tablet o móvil. En esa misma web, hay la posibilidad de encargar un ejemplar, o varios, en papel, y recibirlo en casa por correo en menos de cinco días.

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