Las ECM podrían ser un mecanismo de supervivencia
Un nuevo estudio revela que las ECM y la tanatosis tienen una base y efectos similares
Imaginen a un zorro que sale de caza avista una distraida zarigüeya y corre hacia el animal. El marsupial se siente acorralado, no tiene posibilidad de huir ni tampoco de luchar. De repente, se hace el muerto para que el zorro pierda interés en la presa. Y, en muchas ocasiones, funciona. El depredador se da la vuelta.
Este comportamiento recibe el nombre de tanatosis y es, probablemente, la estrategia más antigua de supervivencia, junto a la lucha o la huida.
Ahora, un equipo de científicos asegura que este mecanismo de defensa de último recurso, fingir la muerte para mejorar las posibilidades de supervivencia, podría explicar por qué sufrimos las llamadas Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM).
La tanatosis es el origen evolutivo de las experiencias cercanas a la muerte
Según un nuevo estudio realizado conjuntamente por la Universidad de Copenhague (Dinamarca) y la Universidad de Lieja (Bélgica) las ECM podrían tener un origen y finalidad biológicos, aunque aún no se haya encontrado exactamente cuál podría ser.
Daniel Kondziella, uno de los responsables de la investigación, ha publicado en la revista 'Brain Communications' que "siguiendo un protocolo preestablecido, investigamos la hipótesis de que la tanatosis es el origen evolutivo de las experiencias cercanas a la muerte".
Los científicos demuestran que los seres humanos atacados por grandes animales tales como leones u osos pardos; “depredadores humanos” como los agresores sexuales y los “depredadores modernos” como pueden ser los vehículos en un hipotético accidente de tráfico, pueden experimentar tanto la tanatosis como las ECM –declara el lider del equipo científico a la agencia de noticias Europa Press.
La neuropsicóloga Charlotte Martial, asegura, además, que “la fenomenología y los efectos de la tanatosis y las experiencias cercanas a la muerte se solapan", por lo que proponen en su estudio que la adquisición del lenguaje permitió al ser humano transformar estos acontecimientos (relativamente estereotipados), de la sensación de muerte bajo ataques depredadores, en ricas percepciones que conforman las ECM y que –hoy por hoy- se extienden a situaciones que no incluyen a depredadores.
Daniel Kondziella explica que los mecanismos cerebrales propuestos para señalar la muerte no son distintos de los que se han sugerido para inducir las ECM, “incluida la intrusión del sueño de movimiento ocular rápido (fase REM) en la vigilia”. Por eso, precisa, “los mecanismos evolutivos son una pieza importante de información necesaria para desarrollar un marco biológico completo para las experiencias cercanas a la muerte".
La nota de prensa indica que ningún trabajo anterior había tratado de proporcionar esa base filogenética. Según Kondziella, “esta puede ser la primera vez que se puede asignar un propósito biológico a las ECM, que sería el beneficio de la supervivencia. "Al fin y al cabo –declara-, las experiencias cercanas a la muerte son, por definición, acontecimientos a los que siempre se sobrevive, sin excepción".
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