Cada vez más cerca de los viajes en el tiempo
Dos investigadores de Pricenton han publicado un trabajo en el que aseguran que ya estamos en condiciones de viajar en el tiempo
William Taylor, afirma haber pasado cerca de seis horas en el año 8973. Este ciudadano británico, es un insider (palabra del inglés que significa literalmente “el que está dentro”). ¿Dentro de qué? Te preguntarás, pues de un proyecto secreto del Gobierno del Reino Unido para viajar en el tiempo. Según dice, en las seis horas que permaneció en el 8973 vio habitantes que eran cyborgs, con “cabezas y ojos anormalmente grandes y pequeñas bocas”, casi como la de los “grises” y que, entre otras cosas, gozaban de inmortalidad y se comunicaban por telepatía.
Los viajes al futuro, sin embargo, son objeto de investigación científica y de acuerdo a los trabajos del teórico argentino Juan Martín Maldacena, del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton y de Alexey Milekhin, del Departamento de Física de Universidad de Princeton, son ya viables sobre el papel.
Esta historia surrealista ha sido difundida en el canal británico ApexTV y su contenido se hizo viral de inmediato. Viendo el filón, el canal de Youtube ha difundido otros tantos y estrafalarios viajeros en el tiempo que son objeto de divertimento para millones de usuarios. Bajo el título de "Agujeros de gusano atravesables por seres humanos", ambos físicos hacen referencia a objetos cósmicos factibles en la física cuántica y en dimensiones microscópicas. Nos explicamos: Maldacena y Milekhin aseguran que una serie de partículas que podrían formarse en ciertas condiciones para que un ser humano pudiera atravesarlas y, al hacerlo, por efectos de la Teoría de la relatividad de Einstein, viajarían al futuro distante.
Los agujeros de gusano, conocidos también como puentes Einstein-Rosen, son singularidades cósmicas que nunca ha visto nadie pero que existen de forma teórica.
En 1915, los agujeros negros aún no se habían visto. Eran artefactos de las matemáticas. El mismísimo Einstein pensaba así. Entonces, con el físico Nathan Rosen, publicaron un artículo en el que señalaron que, cambiando un poco las matemáticas, la singularidad de un agujero negro (donde en su centro toda la materia se comprime a tamaño cero y la densidad es infinita) se convierte en un puente que lleva del centro del agujero negro a otro lugar, quizás a otro agujero negro o incluso a un agujero blanco.
Según Maldacena y Milekhin, los agujeros de gusano parecen dos agujeros negros conectados entre sí. Sin embargo, difieren en un hecho clave: "No tienen un horizonte, una frontera más allá de la cual, si uno pasa, no puede volver a salir.” El tubo de uno se conecta con el del otro, y uno puede entrar por una boca y salir por la otra, e incluso puede salir del otro lado, volver a tirarse y salir por la entrada original. Son como túneles que conectarían dos lugares muy distantes de nuestro universo, a miles de años luz de distancia.
De acuerdo con los parámetros que estudiaron Maldacena y Milekhin, cada boca de los agujeros de gusano tendría unos 10.000 Km. de ancho. Si uno entrara en ese agujero, saldría un segundo después del otro a 10.000 años luz de distancia, pero desde el observador que está fuera, el tiempo que habría transcurrido sería un mayor por efecto de la relatividad. Es decir, los viajes en el tiempo hacia el futuro son posibles. Uno podría viajar 10.000 años en un segundo. Para ir y volver, tardaría 20.000 años. El problema radica en que es improbable hallar un agujero de gusano que pueda transportarnos a través de nuestra galaxia sin emplear nave alguna. Al menos no ahora… tal vez vengan desde el futuro a instruirnos cómo hacerlo.
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